No para de dar titulares a la prensa internacional el caso - TopicsExpress



          

No para de dar titulares a la prensa internacional el caso Snowden. Si en días anteriores la polémica vino de la mano de Correa y su hipotético interés por acoger al ex técnico de la CIA y ex contratista de la NSA que robó documentos secretos y ha comprometido gravemente a la seguridad nacional de Estados Unidos, ahora ha sido su colega boliviano el que ha puesto patas arriba las relaciones diplomáticas entre la Unión Europea y América Latina. Morales, que en los últimos días participó en Moscú en una cumbre de países exportadores de gas, tuvo un viaje difícil, muy difícil, de regreso a La Paz. Francia, Italia y Portugal le negaron el permiso a sobrevolar su espacio aéreo, haciendo que su Falcon tuviera complicaciones para dar con un aeropuerto en el que pudiera parar a repostar combustible. Lo cierto es que la situación resultó bastante pintoresca. Es humillante que se trate así al presidente de un país democráticamente elegido (habría que ver la calidad democrática de Bolivia, pero eso es harina de otro costal y tema para otra columna). Pero lo cierto es que, dadas las circunstancias, dichos gobiernos europeos han obrado bien. De hecho, muy bien. ¿Por qué se le negó al avión de Morales el derecho a sobrevolar ciertos países? Porque había sospechas muy razonables de que Snowden pudiera viajar en él. Unas sospechas que, además, estaban fundamentadas en las propias palabras del presidente boliviano, que horas antes de despegar de Moscú jugó al despiste con este asunto. Por un lado, Morales se había hecho el tonto, haciendo ver que prácticamente no sabía quién era Snowden y qué había hecho. Por otro, había afirmado examinar la petición de asilo si recibiera una solicitud. Y había añadido que “estamos en una permanente conspiración de parte del imperio estadounidense y cuando hay denuncias de espionaje, sabemos lo que hace”. ¿A qué suenan estas palabras? A mí a invitación a Snowden a que envíe la solicitud de asilo a Bolivia. Estrategias y juegos de palabras para, por un lado, restarle importancia al asunto y, por otro, recibir con los brazos abiertos al estadounidense. Todo con el objetivo de darle una buena bofetada a la Administración de Obama. Evidentemente el tiro le ha salido por la culata, y la bofetada se la ha llevado él. Bien sonora y bien merecida, porque las reacciones de los países señalados dan a entender claramente que todo el mundo pensaba que tras las declaraciones de Morales se podía esconder un intento de sacarlo de Rusia. De hecho, Austria (país en cuya capital aterrizó el avión de Morales) sometió al avión a un registro para certificar que en la nave sólo viajaban personas con pasaporte boliviano. Una vez que quedó claro que Snowden no estaba ahí, y de que se planificara bien el plan de vuelo para evitar más sonrojos internacionales, la comitiva de Morales se puso otra vez en ruta, con destino a las Islas Canarias, donde volvió a repostar combustible antes de que adentrarse en el Atlántico rumbo a Brasil, siguiente escala. Ahora bien, no pregunten en Bolivia por el registro del avión. La versión oficial del gobierno boliviano es que nunca se produjo tal evento. Ayer su ministro de Defensa, Rubén Saavedra, fue claro al respecto. Un nuevo atropello a la verdad y a la falta de libertad y transparencia del régimen de Morales, que prefiere quedar bien ante su pueblo antes que contarle las cosas como son. El único culpable de lo que le pasó a Morales fue el propio Morales, que debería extraer la moraleja del asunto: no pasarse de listo. Sin embargo, lejos de querer aprender, él y su gobierno parecen empeñados en seguir dando pataletas para que el mundo se fije en ellos. El mandatario indígena, que compite con Correa por ver quién se queja más de lo “malo” que es Estados Unidos, ha permitido que su gobierno se despache a gusto con el país norteamericano. Así, ministros y embajadores no han escatimado esfuerzos en decir que la negación había venido de Washington. Morales y sus alegres compadres pueden pensar lo que quieran. Lo cierto es que la orden lógicamente provino de Francia, Italia y Portugal, países completamente soberanos que, como buenos aliados de Estados Unidos, obraron de forma responsable al tener la sospecha bien fundamentada de que Snowden podía estar a bordo. Hay que recordar que Snowden es un traidor acusado de crímenes muy serios en Estados Unidos, y Europa ha obrado muy bien. Pero no ha quedado aquí la cosa. Morales no ha podido resistir la tentación de hacerse la víctima, incluso arguyendo que su vida llegó a estar en juego (se entiende que como consecuencia de que el avión se pudiera quedar sin combustible en pleno vuelo -una idea absolutamente peregrina-). En cualquier caso, el incidente ha despertado la furia de los gobiernos y elementos de izquierdas de América Latina. Brasil, el ex presidente paraguayo Lugo, Maduro, Correa, UNASUR… todos pusieron el grito en el cielo. Por su parte, Cristina Fernández, que también quería un papel en esta historia, habló de “colonialismo”, de la necesidad de “defender nuestra patria suramericana como una vez lo hicieron San Martín, Bolívar, O’Higgins y la unidad de nuestros ejércitos y nuestros pueblos para nuestra liberación política y geográfica”. ¿Cuántas copas de más llevaba encima? Porque es difícil decir tantas tonterías con tan pocas palabras. Incluso José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, habló del escándalo que, a su juicio, el tema supone. Y, cómo no, el ALBA se puso manos a la obra para defender al “camarada” Morales. Es comprensible el enfado de la izquierda latinoamericana; tiene que sacarse la cara entre sí. Hoy por ti, mañana por mí. Ahora bien, hay que insistir: el único culpable de lo que ha pasado ha sido el propio Morales, que por culpa de su cerrazón ideológica ha provocado un nuevo incidente internacional. Más allá de que esta vez el presidente boliviano se quedara sin gasolina en sentido literal, debería darse cuenta de que, con incidentes absurdos como este (y con pretensiones que no van ningún lado, como su disputa con Chile por recuperar una salida al mar), cada vez más se queda sin “gasolina política”, sin crédito internacional para llevar a cabo unas relaciones diplomáticas serias con el exterior.
Posted on: Fri, 05 Jul 2013 01:32:38 +0000

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