Nuestra Señora de los Ángeles A 5 kilómetros de Asís, Italia, - TopicsExpress



          

Nuestra Señora de los Ángeles A 5 kilómetros de Asís, Italia, en el valle, se encuentra Santa María de los Ángeles, hermosa basílica construida sobre la capillita de la Porciúncula. La Porciúncula es donde San Francisco fundó la Orden de los Frailes Menores en 1209, confiándola a la protección de la Virgen Madre de Cristo, a quien fue dedicada la iglesia, y que recibió de los Benedictinos para hacerla centro de su comunidad. Aquí vivió San Francisco con sus primeros hermanos. En marzo 28 de 1211, Clara de Favarone de Offreduccio recibió ahí el hábito de manos de San Francisco, dando inicio a la Orden de las Damas Pobres, conocidas mejor como Clarisas, por su fundadora. En 1216, en una visión, Francisco obtuvo del mismo Jesús la conocida como «Indulgencia de la Porciúncula» o «el Perdón de Asís», que fue aprobada por el Papa Honorio III. El Pobrecillo reunía ahí cada año a sus frailes, en los capítulos, y ahí fue donde murió. Entre las reliquias que custodia la actual Basílica de Santa María de los Ángeles, están: - El cordón de San Francisco. - Su estatua, con las palomas que siempre allí anidan. - Las rosas sin espinas, fruto del milagro ocurrido cuando se tiró sobre el rosedal para rechazar una tentación. - La Capilla de las Lágrimas, donde San Francisco rezaba por la Pasión de Cristo y por los pecadores. El nombre completo de la famosa ciudad de Los Ángeles, California, en Estados Unidos de Norteamérica, es ‘Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles’, pues se fundó como un eslabón en la cadena misional de Fray Junípero Serra. María Santísima está siempre rodeada de ángeles... San Gabriel Arcángel le anuncia que Dios la eligió para ser Madre del Verbo. Cuando da a luz al Redentor, coros de ángeles cantan y anuncian la Buena Nueva en torno al establo de Belén. Los ángeles se la llevan al cielo, en cuerpo y alma, en la Asunción. Según la tradición, los ángeles trasladaron su casa de Nazaret a Loreto, Italia. En Costa Rica, la ciudad de Cartago, como muchas otras en la época colonial, segregaba a los blancos de los indios y mestizos. Una cruz de piedra señalaba los límites. Hacia 1635, en la sección llamada Puebla de los Pardos, o sea, el barrio de la gente no blanca, Juana Pereira, una pobre mestiza, se levantó al amanecer para buscar su leña cotidiana. Era agosto 02, fiesta de nuestra Señora de los Ángeles, y la luz del alba que iluminaba el sendero entre los árboles, le permitió descubrir una pequeña imagen de la Virgen, sencillamente tallada en una piedra oscura, colocada sobre una gran roca en la vereda del camino. Con gran alegría, Juana Pereira recogió aquel tesoro, sin imaginar que otras cinco veces más lo volvería a hallar en el mismo sitio, pues la imagen desaparecía de armarios, cofres, y hasta del sagrario parroquial, para regresar tenazmente a la roca donde había sido encontrada. Entonces todos entendieron que la Virgen quería tener allí un lugar de oración donde pudiera dar su amor a los humildes y los pobres. La imagen, tallada en piedra del lugar, es muy pequeña; mide menos de diez centímetros de alto. Nuestra Señora de los Ángeles lleva cargado a Jesús en el brazo izquierdo, en el que graciosamente recoge los pliegues del manto que la cubre desde la cabeza. Su rostro es redondeado y dulce, sus ojos son rasgados, como achinados, y su boca delicada. Su color es plomizo, con algunos destellos dorados como diminutas estrellas repartidas por toda la estatuilla. «La Negrita», como la llama el cariño de los costarricenses, fue coronada solemnemente en abril 25 de 1926. Su Santidad Pío XI elevó el Santuario de la Reina de los Ángeles a la dignidad de Basílica Menor.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 14:43:59 +0000

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