“Nunca hubo una auditoría, ni demanda penal o administrativa - TopicsExpress



          

“Nunca hubo una auditoría, ni demanda penal o administrativa por parte del gobierno. Nunca actúo la Contraloría General de la Federación; así como tampoco se dio un seguimiento de parte de las autoridades de la Secretaría de Salud. En apariencia no había pasado nada, había concluido el asunto de la leche contaminada.” Retro: La leche en polvo contaminada de la CONASUPO En 1987 tres barcos arribaron al puerto de Veracruz procedentes dela República de Irlanda. Los navíos descargaron en México cerca de 45 mil toneladas de leche en polvo que el gobierno mexicano, a través de la paraestatal y hoy desaparecida Conasupo, compró a la compañía Irish Dairy Borrad. Ese cargamento de lácteo estaba contaminado con elementos radioactivos liberados durante la explosión de Chernobyl. Pese a ello, el producto se distribuyó y comercializó entre la población mexicana. En abril de 1986, el accidente en la central nuclear de Chernobyl provocó que durante varias semanas y meses una nube radioactiva afectara varios países europeos, entre ellos, la República de Irlanda. Naciones europeas, como Alemania, prohibieron la comercialización de lácteos y otros productos para el consumo humano, debido a las altas concentraciones de elementos radioactivos que registraban. Incluso, la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre los riesgos de comercializar alimentos contaminados. La organización ecologista española Alternativa Verda denunció que entre 1986 y 1987 comenzaron a venderse en diversos países, entre ellos España, productos contaminados con la radiactividad que provocó el accidente de Chernobyl. México fue una de las naciones en donde se comercializó esos productos. El caso de la leche contaminada con elementos radioactivos se conoció gracias a que elementos de la 3ª. Zona Naval de Veracruz enfermaron de diarrea. En la búsqueda del foco de infección, el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo encontró que los marinos habían consumido leche en polvo que había llegado de Irlanda y se encontraba en la aduana marítima. El periodista Guillermo Zamora, quien realizó una serie de reportajes sobre el tema para la revista Proceso, explica en su libro Caso Conasupo: la leche radioactiva (Planeta, 1997), que Rodríguez Gordillo destacaba dentro de la marina por sus conocimientos en física, matemáticas y guerra submarina, así como por su honestidad y conocimiento de la realidad mundial. Este marino había leído todo lo relacionado sobre el accidente de Chernobyl y la contaminación de alimentos que provocó la catástrofe nuclear. Para despejar sus dudas, el vicealmirante llevó unas muestras de la leche de Irlanda al físico Miguel Ángel Valdovinos, jefe de laboratorio de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, quien analizó el lácteo y confirmó la contaminación: “Contiene altas concentraciones de estroncio 90 y cesio 137, en una cantidad superior en diez veces al mismo tolerable por el organismo humano, ambos elementos atómicos son considerados como altamente cancerígenos. Debe prohibirse, sobre todo, a los lactantes y a mujeres embarazadas”. Las Madres Veracruzanas contra Laguna Verde y el Grupo de los Cien denunciaron la existencia de la leche contaminada, algo que el gobierno mexicano negó en un principio y, después, minimizó. Por ejemplo, la Secretaría de Salud, bajo la dirección del doctor Guillermo Soberón y del subsecretario Jaime Martuscelli, autorizó la distribución y comercialización de la leche, argumentando que no tenía “contaminación radioactiva y puede ser consumida por el serhumano”. En ese entonces, el director de Conasupo era José Ernesto Costemalle, mientras que Raúl Salinas de Gortari era el director de Liconsa, organismo que comercializó la leche entre la población y algunas empresas dedicadas a la elaboración de productos lácteos. Después de la denuncia de las Madres Veracruzanas y del Grupo de los Cien, el director de Conasupo, José Ernesto Costemalle señalaba que “sólo 42 toneladas de leche en polvo —y no las siete mil quehabía dicho el Grupo de los Cien— se hallaron contaminadas por radioactividad”. Días después, el subsecretario de salud, Jaime Martuscelli, reconoció que Conasupo adquirió de Irlanda “mil toneladas de leche contaminada por radioactividad con niveles muy por encima de los permitidos”. Y aseguró que se regresarían al país de origen. La investigación periodística realizada por Guillermo Zamora mostró que las cifras del gobierno eran falsas. En realidad se habían importado de Irlanda cerca de 45 mil toneladas de leche, de las cuales, sólo se regresaron al país europeo 4 mil toneladas. Nadie pudo explicar qué ocurrió con el resto. Guillermo Zamora señala atinadamente qué ocurrió con el caso de la leche contaminada: “Nunca hubo una auditoría, ni demanda penal o administrativa por parte del gobierno. Nunca actúo la Contraloría General de la Federación; así como tampoco se dio un seguimiento de parte de las autoridades de la Secretaría de Salud. En apariencia no había pasado nada, había concluido el asunto de la leche contaminada.” greenpeace.org/raw/content/mexico/press/reports/la-amenaza-nuclear.pdf greenpeace.org/raw/content/mexico/press/reports/la-amenaza-nuclear.pdf
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 23:51:48 +0000

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