Octubre 07-2013 No esta enferma Primero sintió una molesta - TopicsExpress



          

Octubre 07-2013 No esta enferma Primero sintió una molesta comezón en casi todo el cuerpo. Pensó que era alergia o picaduras de insectos. Pero la comezón siguió, y se complicó con cansancio y dolores en los brazos y las piernas. Comenzó entonces para Patricia Delaney una larga e intensa odisea. La vieron veinticinco especialistas en Estados Unidos y Europa. Todos le dijeron lo mismo: «Usted, señora, no tiene ninguna enfermedad.» Pero la realidad era que Patricia sufría del mal de Hodgkin, cáncer glandular. Felizmente, por fin diagnosticaron su mal, y comenzó la etapa de recuperación. Pero lo que le pasó a esta mujer, consultora industrial, le ocurre a muchas personas. Tienen una debilidad general. A su condición la acompañan fuertes dolores de cabeza y un desgano que no les permite estar activos. Entonces consultan médicos, recorren una ciudad tras otra y van de hospital en hospital, pero todos aseguran lo mismo: «Usted no tiene ninguna enfermedad.» Esto es triste, y ocurre con más frecuencia de lo que las autoridades médicas están dispuestas a admitir. Pero hay algo que entristece aún más. Es cuando un hombre o una mujer van de un remedio a otro, de un consejero a otro, buscando la paz. Lo consultan todo: el horóscopo, el vaticinio, la adivinación, el augurio. Hasta se van tras religiones extrañas—el vudú, la hechicería, el satanismo—, todo para encontrar satisfacción en la vida. Y su búsqueda no produce más que desengaño. ¿Cuál es el mal universal que acosa al hombre? Es el pecado. Cuando el hombre infringe las leyes morales de Dios, acarrea consecuencias que él no entiende. No entiende por qué está triste. No entiende por qué no puede controlar sus apetitos. No entiende por qué sigue tras lo que lo destruye. Se está muriendo de temor, de confusión, de desesperación, y no comprende qué le está pasando. Es que el ser humano necesita un Médico supremo, un Médico para la enfermedad universal, que es el pecado. Fuimos creados para funcionar de cierto modo, y cuando no seguimos las instrucciones, todo se vuelve confusión y desorden. Jesucristo desea ser nuestro Salvador. Él es el Creador, y sabe cuál es nuestro mal y qué necesitamos para vivir en paz. Invitémoslo a que sea nuestro Salvador. Entreguémosle nuestra vida y sometámonos a su divina voluntad. Él nos ama intensamente y tiene la gracia y el poder para sanarnos de ese mal espiritual que nos agobia. Cristo quiere ser nuestro Salvador. Ya no busquemos más. Aceptemos su diagnóstico y la ayuda sobrenatural que nos ofrece. Romanos 3:12-18 y 22-26 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 3:11 | No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 3:12 | Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 3:13 | Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 3:14 | Su boca está llena de maldición y de amargura. 3:15 | Sus pies se apresuran para derramar sangre; 3:16 | Quebranto y desventura hay en sus caminos; 3:17 | Y no conocieron camino de paz . 3:18 | No hay temor de Dios delante de sus ojos. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 3:22 | la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 3:23 | por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 3:24 | siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 3:25 | a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 3:26 | con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 17:31:31 +0000

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