PARASHA PINJAS BAMIDVAR CAP 25 VR 10 AL 30 V R 1 YOHANAN CAP 2 VR - TopicsExpress



          

PARASHA PINJAS BAMIDVAR CAP 25 VR 10 AL 30 V R 1 YOHANAN CAP 2 VR 12 AL 22 Yeshua purifica el templo Yohanan 2:12-22 presenta dos aspectos de cómo el Señor se ocupó del templo: el aspecto de la purificación y el de la edificación. HaSatan, el enemigo de Elohim, siempre trata de dañar o frustrar el templo de Elohim. Intenta contaminarlo introduciendo muchas cosas pecaminosas. Esta es la razón por la que la casa de Elohim requiere purificación. El Señor Yeshua purificó el templo cuando “estaba cerca el Pesaj de los judíos” (2:13). En ese tiempo el Pesaj era una conmemoración de la salvación de Elohim (Éx. 12:2-11; Dt. 16:1-3); y los judíos la recordaban adorando a Elohim en el templo. Pero cuando el Señor Yeshua subió a Jerusalén, encontró el templo lleno de bueyes, ovejas, palomas y cambistas de monedas. Así que, el templo requería ser purificado, y el Señor Yeshua lo hizo. El Pesaj prefiguraba la memoria que hacemos del Señor (1 Co. 11:24-25). Y nosotros somos el templo de Elohim (1 Co. 3:16). Es muy posible que cuando venimos a celebrar el Pesaj del Señor para hacer memoria de Él, nos encontremos llenos de asuntos terrenales. Así que, también nosotros necesitamos ser purificados para poder ser el templo adecuado de Elohim. Leamos Yohanan 2:14-16: “Y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de Mi Padre casa de mercado”. El Señor purificó la casa de Elohim usando un azote de cuerdas de junco. El Señor hizo el azote con algo ordinario, con juncos, y lo utilizó para limpiar el templo. Él echó fuera los bueyes, las ovejas, las palomas y las monedas. Esto representa el echar fuera todas las ocupaciones terrenales. Nosotros somos el templo de Elohim, pero no estamos llenos de Él. Al contrario, estamos ocupados con muchos otros asuntos que no son Elohim. Y aunque, como casa de Elohim, deberíamos estar llenos de Él, la realidad es que estamos llenos de mercadería, dinero y mesas de cambistas. Por lo tanto, el Señor debe hacer un azote de cuerdas para echar esas cosas fuera de nosotros. A menudo, el Señor usa las cosas ordinarias y comunes, como los juncos, para purificarnos. A veces utiliza a un familiar, por ejemplo nuestro cónyuge o nuestros padres o nuestros hijos, nuestro jefe o nuestros empleados. Todos hemos experimentado el azote de cuerdas que el Señor ha hecho de familiares o de cosas ordinarias, con el fin de purificarnos. Muchas veces el Señor interviene en nuestras vidas, revolviéndolo todo. Echa fuera las ovejas, los bueyes, las palomas, y vuelca las mesas a fin de confundir toda la situación. Por ejemplo, tal vez el año pasado usted ganó mucho dinero en sus negocios, pero este año lo pierde todo; éste es un azote que el Señor usa para purificarlo. Con cada creyente que busca al Señor siempre hay alguien o algo que lo purifica. Una esposa, que es hija de Elohim y busca más del Señor, por lo general siempre anhela que su esposo sea espiritual y ame al Señor, pero esto muchas veces es al revés. Un esposo que ama al Señor y siempre ora pidiendo que su esposa sea espiritual y ame al Señor, hallará muchas veces que sucede lo contrario a su deseo. También los padres que sinceramente buscan al Señor y oran diariamente por sus hijos, en ocasiones sufren al ver que éstos se descarrían del camino del Señor. El azote que usted experimenta es preparado por el Señor. Si su cónyuge fuera muy espiritual, el Señor no tendría un azote con que purificarlo. Si sus hijos fueran como Pedro y Yohanan y su hija fueran como Miriam, el Señor no tendría juncos disponibles para hacer un azote. Si sus padres fueran como Abraham y Sara, no habría nada que pudiera purificarlo. Por un lado, usted debe disfrutar diariamente al Señor como un banquete, pero por otro, muchas veces el Señor le enviará un azote de cuerdas para purificarlo. A menudo, el Señor usará aun a los hermanos y hermanas de la congregación como un azote de cuerdas para echar fuera la mercancía y a los cambistas que hay dentro de usted. El versículo 17 dice: “Entonces se acordaron Sus discípulos que está escrito: El celo de Tu casa me consumirá”. Dentro del Señor Yeshua había un celo por la casa de Elohim. Este celo lo devoraba, lo consumía. Él era absoluto para la casa del Padre. La casa del Padre era el deseo de Su corazón. Cuando Él vio la situación corrupta que existía dentro del templo, no pudo tolerarlo, de manera que lo limpió usando un azote. El celo que tenía por la casa de Su Padre le impulsó a que echase fuera de ella toda contaminación. Su corazón era puro para el Padre. No pudo soportar ver que el templo, la casa de Su padre, estuviera contaminada por las cosas relacionadas con la avaricia del hombre, así que, Él la purificó. HaSatan trata a toda costa de contaminar la vida de congregación con muchas cosas pecaminosas y mundanas. Dondequiera que haya una congregación local, sucederá esto. Pero bendito sea el Eterno que la contaminación de HaSatan sólo ocasiona la purificación del Señor. HaSatan, el enemigo, siempre está activo; nunca duerme. Dondequiera que una congregación local haya sido establecida, HaSatan tratará de corromperla. Mientras menos experiencia tengamos en el Señor, más nos preocuparemos de que la congregación sea contaminada por el enemigo. Permítame decir algo que lo confortará. Si su congregación local ha sido contaminada, no debe desanimarse. Al contrario, debe decir: “Señor, ahora es Tu tiempo. Señor, ven a esta situación. La contaminación de HaSatan sólo ocasionará Tu purificación”. La meta de HaSatan no era sólo contaminar el templo, sino destruirlo. Su mayor propósito era destruir la casa de Elohim. Pero lo que el enemigo destruyó, el Señor lo levantó en tres días (2:19). Esto significa que en Su vida de resurrección, el Señor edificó lo que Su enemigo había destruido. No es necesario preocuparnos por el retorno del Señor con respecto a la congregación, porque cuanto más daño haga el enemigo, más edificación el Señor llevará a cabo en resurrección. El Señor dijo: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré” (2:19). En otras palabras, es posible que el enemigo dañe y destruya la congregación, la cual es la casa de Elohim, pero el Señor la edificará en resurrección y por resurrección. Después de que el enemigo haga daño, el Señor, en resurrección, levantará una edificación de mayores dimensiones. No debemos preocuparnos por cualquier confusión que exista en la congregación, porque el Cuerpo del Señor, la congregación, está en el proceso de resurrección. El daño causado por el enemigo es necesario porque todo lo natural debe ser destruido. El enemigo sólo puede destruir lo natural. Pero después, el Señor levantará a Su congregación en resurrección. Cada vez que algo perjudica la congregación, en cada ocasión ésta será recobrada y levantada en la novedad de la vida de resurrección. Anteriormente he visto mucho daño causado a la congregación, pero cuanto más hizo el enemigo, más el Señor edificó Su congregación en Su resurrección y por medio de ella. Hace varios años , las congregación Israel Vive eran muy prevaleciente. Entonces, sucedieron algunas cosas que dieron oportunidad a que el enemigo entrara. Una gran “tormenta” asoló a las congregación. Yo me encontraba en aquel tiempo pasando por un momento difícil allí y vi la situación claramente, pero no tuve temor. Cuando llegué a este mismo punto del capítulo 2 de Yohanan, del cual comparto en este mensaje, dije: “Algunos de ustedes están siendo utilizados por el enemigo para derribar la congregación. Quiero que sepan que si la congregación aquí ha sido edificada por el Señor, mientras más traten de derribarla, más será edificada”. Si las congregación Israel Vive fue establecida por el Señor, nadie podrá derribarla. Cuanto más traten de destruirlas, más serán edificadas”. Ahora, en el año 2013, la congregación Israel Vive está sólidamente establecida, estamos comenzando en la ciudad de Ibague. No se decepcione por la condición actual de las iglesias cristianas y las congregaciónes mesiánicas ni diga que la situación da lástima. Pues sólo está viendo un aspecto del caso.. ¿Cree usted que HaSatan puede derrotar al Señor Yeshua? Eso es imposible. ¿Piensa que HaSatan es más fuerte que el Señor? Por supuesto que no. Basado en este hecho, siempre he estado en paz. No importa cuántos problemas ha tenido la congregación, mi esposa puede testificar que siempre he dormido bien. Tengo la plena seguridad de que HaSatan nunca podrá derrotar al Señor Yeshua y que el Señor siempre prevalecerá sobre él. El Señor Yeshua dijo a Sus opositores que si ellos destruían ese templo, Él lo levantaría en tres días (2:19). Ellos no entendieron de lo que el Señor les hablaba, pero el Señor les decía: “Vosotros podéis llevarme a la muerte y crucificar Mi cuerpo en el madero, pero en tres días Yo lo resucitaré”. Uno no debe tratar de entender solamente las letras impresas de la Biblia, porque si hace eso, se encontrará con dificultades. Por un lado, el Señor Yeshua le dijo a la gente que después que ellos lo mataran, Él resucitaría (Mt. 10:18). Por otro lado, el Nuevo Testamento nos dice en otro versículo que Elohim lo levantó de los muertos (Hch. 2:24). En el Nuevo Testamento, la resurrección del Señor se presenta en dos aspectos: que Elohim lo levantó y que Él resucitó. ¿Cómo debemos entender o interpretar esto? ¿Elohim lo levantó o Él mismo resucitó? En el Mensaje de Lucas, el cual nos muestra al Señor Yeshua como el Salvador que se ofreció como sacrificio por nuestros pecados, vemos que el Señor necesitaba que Elohim lo levantara de los muertos (Lc. 9:22, gr.). En el Mensaje de Yohanan la situación es distinta. En este libro, el Señor no fue inmolado como sacrificio por los pecados, sino que Él mismo puso Su vida. Yeshua dijo: “Yo pongo Mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo de Mí mismo la pongo. Tengo potestad para ponerla, y tengo potestad para volverla a tomar” (10:17-18). En el Mensaje de Yohanan no era necesario que Elohim lo levantara. Como el sacrificio por los pecados, Él necesitó que Elohim lo levantara, pero como Aquel que da vida, Él podía poner Su vida y volverla a tomar. Podía entrar en la muerte y salir de ella. Parece que el Señor dijera: “En cierto sentido, sois vosotros quienes me matáis, pero por el otro, por Mi lado, Yo entro en la muerte, doy un recorrido por ella y salgo otra vez”. El cuerpo físico de Yeshua fue destruido en el madero. Cuando Mashiaj se encarnó, se puso un cuerpo físico. En Yohanan 1:14 se nos dice claramente que Su cuerpo físico era un Mishkan, y según el capítulo 2, Su cuerpo físico era también el templo. Deseo señalar que en todo el Nuevo Testamento, el templo de Elohim no denota un lugar, sino una Persona. Cuando Yeshua estaba en la carne, Su cuerpo era el Mishkan y el templo de Elohim. Tanto el Mishkan como el templo son la morada de Elohim. HaSatan sabía esto. Ya que él comprendió que el cuerpo físico de Yeshua era la morada de Elohim sobre la tierra, hizo todo lo posible por destruir ese cuerpo. Y en verdad lo destruyó en el madero. En cierto sentido, HaSatan destruyó el cuerpo físico del Señor, pero en otro, el Señor Yeshua entregó Su cuerpo a la muerte. Parece que el Señor dijera a HaSatan: “HaSatan, haz tu mejor esfuerzo; veamos lo que puedes hacer. Cualquier cosa que hagas sólo me dará la oportunidad para hacer algo más”. Después de que el cuerpo físico del Señor fue destruido por HaSatan en el madero, Su cuerpo fue puesto en una tumba y reposó allí. Luego el Señor Yeshua entró en la muerte, dio un paseo por la “Casa Negra”, y salió en resurrección. Cuando resucitó, Él mismo resucitó Su cuerpo muerto y sepultado. El cuerpo de Yeshua que fue destruido en el madero era pequeño y débil, pero el Cuerpo de Mashiaj en resurrección es vasto y poderoso. ¿Cuál prefiere usted, el cuerpo de Yeshua o el Cuerpo de Mashiaj? Después de la resurrección del Señor, Su Cuerpo, esto es, el templo, resucitó en una dimensión mucho mayor. El cuerpo que el enemigo destruyó por medio de la crucifixión era meramente el cuerpo físico de Yeshua, pero el que el Señor levantó en resurrección no sólo fue Su propio cuerpo, sino también a todos los que se han unido a Él por la fe (1 P. 1:3; Ef. 2:6). Después de la resurrección del Señor, HaSatan tuvo que haber dicho: “He perdido el caso. Fui muy tonto. No debería haberlo destruido”. Sin embargo, ya era muy tarde para que HaSatan se arrepintiera. Una vez que una congregación local ha sido perjudicada y aun destruida, podemos estar seguros de que, en resurrección, llegará a ser aun más grande de lo que fue originalmente. El Señor Yeshua siempre prevalece sobre el enemigo. No debemos temer la obra de HaSatan. Muchas veces no necesitamos orar tan desesperadamente, sino simplemente decir: “HaSatan, haz tu mejor esfuerzo. Cualquier cosa que hagas simplemente dará a nuestro Señor Yeshua la oportunidad para que te venza”. Siempre que se presenta algún problema en la congregación, muchos hermanos sienten la necesidad de convocar a una reunión urgente para orar. Sin embargo, no es necesario actuar con tanta prisa. Tengan paz. Que no los aterrorice la actividad de HaSatan. Cuando el Señor Yeshua supo que los judíos intentaban matarlo, Él no oró: “Oh Padre, mata a estos judíos, Padre, sálvame y protégeme”. En lugar de orar de esta manera, parece que el Señor les dijera: “Haced vuestro mejor esfuerzo para matarme, pero tened la seguridad de que después de que me matéis, tendré la oportunidad de incrementarme”. Nadie puede frustrar el propósito del Señor. Mientras más el enemigo trate de hacerlo, más oportunidad le dará al Señor para que haga algo más. Todo lo que el Señor hace siempre está en resurrección. El Señor edifica el templo “en tres días”, lo cual significa que lo edifica en resurrección. Los judíos le pidieron a Yeshua que les mostrara una señal. El Señor respondió: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn. 2:19). La única señal es la resurrección del Señor. En la edificación de la congregación es frecuente que ciertas personas, como los judíos de aquella epoca, nos desafíen para ver qué milagros hacemos. Pero no debemos ser tentados a tratar de hacer ningún milagro. Tenemos que seguir al Señor y dejar que seamos llevados a la muerte. Entonces Mashiaj se manifestará en resurrección. Éste es el milagro, la señal, que se necesita en la edificación de la congregación. La única señal para la edificación de la congregación es la vida en resurrección. SHABAT SHALOM L.S M
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 22:08:09 +0000

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