PARECIÉNDOLES QUE YA TENÍAN LO QUE DESEABAN Durante su viaje a Italia, el apóstol Pablo llevado por voluntad del Padre para testimonio a la casa de César y predicación del Reino de Dios, pasados muchos días y siendo ya peligrosa la navegación, amonestaba diciendo: Varones, veo que con trabajo y mucho daño, no sólo de la cargazón y de la nave, mas aun de nuestras personas, habrá de ser la navegación. Hechos 27: 9-10. Pero el centurión (a cargo de quien estaba Pablo y los presos), creía más al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía. Hechos 27: 11 Y soplando el austro, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, alzaron velas. Hechos 27: 13 Pablo no hablaba de cuenta propia, hablaba lo que el Señor le decía que hablara, pero igual que nosotros, el centurión creyó más al piloto y a las circunstancias. Muchas veces desechamos las advertencias del Padre para que desistamos de algún camino o proyecto, o para que lo pospongamos, diciéndonos Él que no es el tiempo adecuado y enseñarnos así obediencia. Pero no, creemos más a otros supuestos sabios y entendidos del tema y proseguimos obstinados en nuestra meta, en pos muchas veces de la invención de nuestro perverso corazón. El Señor desea ser el piloto de nuestra nave, estar a cargo y tomar el control, pues el conoce el camino, es más, Él es el camino. Su voluntad es llevarnos al puerto seguro en el tiempo adecuado y que durante la navegación y en medio de las tempestades aprendamos a conocerle y a confiar en Él. ¿Pero cuántas veces en nuestro viaje ha soplado un viento del austro, nos ha parecido entonces que tenemos lo que deseamos, alzamos las velas y arrancamos en pos de nuestros propios deseos, no atendiendo el consejo del Señor? ¿Y luego qué? Hch 27:14 Pero no mucho después dio en ella un viento repentino, que se llama Euroaquilo. Hch 27:15 Y siendo arrebatada de él la nave, que no podía resistir contra el viento, dejada la nave a los vientos, éramos llevados. Hch 27:18 Más siendo atormentados de una vehemente tempestad, al siguiente día alijaron; El Señor quiere enseñarnos la lección de que el fruto de nuestro propio camino es terriblemente amargo además de podrido; entonces nos permite seguir por un tiempo en pos de nuestro deseo y experimentar lo espantoso del asunto, con el fin de darnos un corazón que no lo dejé a Él, para no andar en pos de nuestros antojos, caprichos, vanidades e ídolos. En la versión antigua dice así: Hch 27:19 y al tercer día nosotros, con nuestras manos, arrojamos las obras muertas de la nave. Aquí de nuevo vemos el propósito y la Gracia del Señor: Que arrojemos de nuestra nave las obras propias que son muertas. Pero esto no sucederá sino hasta el tercer día, en el cual estamos entrando, el día del Señor, cuando las cosas se harán a Su manera y no a la nuestra; cuando ya estaremos hastiados de nuestros propios caminos e invenciones, cuando ya aborreceremos nuestra propia vida y podremos ser entonces verdaderos discípulos; no de palabra, sino de hecho y verdad. Luego el Señor nos dirá como dijo el apóstol a la tripulación: Fuera de cierto, oh varones, haberme oído, y evitar este inconveniente y daño. Hechos 27: 21 Muchos de los inconvenientes y daños que pasamos son debidos a nuestra dureza, rebeldía y obstinación, los cuales habrían podido evitarse; pero Bendito el Señor que usa todas las cosas para bien de quienes ha llamado a ser santos (Apartados para hacer Su voluntad). Es Su testamento quitar de nosotros el pecado y Él ha prometido y jurado meternos en la tierra prometida que no es otra cosa que la naturaleza de Cristo: Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano… Ezequiel 20: 42 Y luego añade esta maravillosa promesa de su inefable y sublime GRACIA: Eze 20:44 Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando hiciere con vosotros por causa de mi Nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras perversas obras, oh Casa de Israel, dijo el Señor DIOS. Finalmente Pablo para confortar y consolar a la tripulación les dice: Hch 27:25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como me ha dicho; Oh Señor de toda GRACIA, de toda consolación y esperanza, que nos has llamado a tu gloria eterna, ayúdanos para desistir de nuestros propios caminos y obras, concediéndonos un verdadero arrepentimiento y confianza en ti, que será hecho como nos has dicho. Bendito tu Nombre por los siglos de los siglos. Amén.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 20:05:20 +0000