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¿Puede el creyente perder su salvación? Con frecuencia y en discusiones entre cristianos, esta pregunta surge y permite un debate saludable acerca de si es posible o no, perder la salvación. Tanto la pregunta como la respuesta son importantes ya que pueden afectar nuestra relación con Dios. Por ejemplo, si alguien cree que puede perder la salvación, podría caer en el error de tratar de guardarla por todo lo que hace. Y esto, es un serio error: Gálatas 3:1-3: “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” De otro lado, si la persona cree que no puede perder la salvación, entonces, podría caer en el error de pecar voluntariamente porque cree no perderla sin importar cuánto peque. Este extremo también está equivocado: Romanos 6:1-2, 11-12: “1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;” El correcto entendimiento de la salvación, podría ser el siguiente: Las obras no juegan un papel importante en la salvación: Romanos 4:5: “mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” La salvación es un regalo/una dádiva: Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” La salvación se recibe por fe: Efesios 2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.” Una vez salvos, debemos vivir una vida santa: 1ª Tesalonicenses 4:7: “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” Afortunadamente, el creer que una persona pueda o no perder la salvación, no afecta para nada esa salvación. Esto es, su salvación realmente depende de aceptar a Jesús como Salvador, arrepintiéndose de sus pecados, creyendo en Su sacrificio y no mirar ni a nadie ni a nada más. Su salvación no depende de si Ud. piensa o no que es posible perder la salvación. El punto principal es que Ud. haya estudiado la Palabra de Dios y esté convencido, por el Espíritu Santo y en su mente de lo que cree: “... Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” (Ro 14:5). Ud. es quien tendrá que responderle a Dios: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;” (Ro 3:19). Y es su deber el estudiar para presentarse aprobado: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Ti 2:15). Para ambos argumentos existen buenos versículos de apoyo. Hay algunos que parecen sugerir que es posible perder la salvación: Salmo 69:28: "Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos entre los justos." 2ª Pedro 2:1: "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina." Gálatas 5:4: "De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído." Hebreos 6:4-6: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” Hebreos 10:26: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,” Y existen aquellos que parecen decir que Ud. no puede perder la salvación: Mateo 7:21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad." Juan 10:27-28: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." Romanos 8:38-39: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." Hebreos 13:5: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;" 1ª Juan 2:19: "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros." Ahora bien, si existen versículos que apoyan ambos lados, ¿será que la Palabra de Dios se contradice? ¡Claro que no! No existe contradicción es la inspirada Palabra de Dios; sólo en nuestra falta de entendimiento no inspirado. Es mi opinión, y directa, que no es posible perder la salvación de uno. Me baso en las Escrituras que parecen tener una perspectiva más “eterna”. Por ejemplo, en el día del juicio cuando alguien busque la salvación basado en sus propias obras, Jesús les dirá a ellos: Mateo 7:21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad." “Nunca os conocí”, es, en otras palabras, que aunque parecían ser salvos desde la perspectiva humana, nunca lo fueron. Jesús dice: Juan 10:28: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” ¿Cómo puede ser la vida “eterna” si se puede perder, particularmente cuando Jesús dice que “no perecerán jamás”? Si nunca perecerán, entonces no pueden perder la salvación. Pablo también dice: Romanos 8:38-39: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Veo esta clase de versículos desde la “perspectiva divina” como dándonos atisbos del punto de vista de Dios. Los otros versículos los veo como si fueran establecidos desde una perspectiva humana, que ellos parecen ser salvos y también pareciera que pierden la salvación: Gálatas 5:4: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” Hebreos 6:4-6: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” Sin embargo, la Biblia refiriéndose a los anticristos dice: 1ª Juan 2:19: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” Por este versículo vemos dos cosas: Primero: Se afirma de falsos maestros que, “salieron de nosotros”; pero para empezar, estos no eran regenerados. En otras palabras, si alguien pensó que tenía la salvación y después no fue salvo, era porque esa persona, nunca fue salva. Segundo: Se dice que si alguien es salvo, él/ella permanecerá en la fe. Sin embargo, existen diferentes posiciones acerca de este tema. Una posición declara que si es posible perder la salvación, pero sólo, si Ud. así lo quiere. En otras palabras, habiendo sido liberado del pecado, la persona es entonces capaz, por un acto de su voluntad, negar al Señor y desear no ser más parte de Él. Otra posición declara que es posible perder la salvación si peca demasiado. Entonces, necesita confesar su pecado y volver así, a obtener la salvación. Esto presenta un problema obvio y es que podría llevar a la persona a confiar en que al mejorar sus obras unidas a la gracia de Dios, podrá entonces, ser salvo. Existe además otra posición que afirma, que no es posible perder la salvación, y esto, porque Jesús lo ha redimido y Ud. es una nueva creación: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Co 5:17), y que por lo tanto, no puede darle la espalda a Dios. Debido a que obtener la salvación no dependió de algo que Ud. hiciera, sostenerla no depende en nada de lo que Ud. haga, por lo tanto, perderla no puede ocurrir por algo que Ud. haya hecho. Desafortunadamente este tema ha causado demasiado roce en la iglesia hoy día. Mi esperanza es que las personas que no estén de acuerdo puedan aprender a vivir armoniosamente con sus ojos puesto en Jesús, autor y consumador de la fe. javier
Posted on: Sat, 14 Sep 2013 01:23:36 +0000

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