Puig, amigos: La magnitud de los daños causados por “Ingrid” y “Manuel” revelan otra vez la fragilidad de la cultura de prevención de los mexicanos y sus autoridades. Nuevamente, las víctimas y la mayoría de los afectados las encontramos en comunidades que surgen y crecen en la precariedad de la tolerada ilegalidad de asentamientos humanos irregulares. Evidente, las autoridades estatales y municipales son negligentes o complacientes; no aplican la Ley que tiene la finalidad de evitar que asentamientos humanos se establezcan en lugares de alto riesgo. Sin pretender disculpar el descuido de la autoridad y de la misma ciudadanía, les recuerdo que en junio pasado cinco estados federales de Alemania, motor económico de la Unión Europea, padeció severas inundaciones generadas por tormentas sin precedentes y también por la falta de previsión de autoridades y ciudadanos. En efecto, los alemanes no ignoraron los fatídicos efectos de las inundaciones del 2002. Hoy los daños de ese nefasto meteoro costará, a los contribuyentes alemanes ocho mil millones de euros. Cifra que causa vértigo. En pesos mexicanos, el desastre de junio costaría, en pesos, unos 136 mil millones de pesos. Concluyo; parece que el cambio climático obligará a México y a la comunidad internacional a mejorar medidas de prospectiva y ordenamiento regional. Que quede claro, esa tarea rebasa fronteras municipales, estatales, regionales y desde luego nacionales. Obvio, Alemania, México y otras latitudes requieren de políticas enfocadas a la prevención que evite colapsos, esos que podrían generar nuevos factores de inestabilidad e incertidumbre económica, política y social. Acepto repicas congruentes. Desde Renania, saludos, J Muiño - Kielman
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 22:59:33 +0000
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