Querida amiga: Te escribo esta carta para contarte lo que - TopicsExpress



          

Querida amiga: Te escribo esta carta para contarte lo que pienso, lo que siento y para decirte aquellas palabras que nunca fui capaz de pronunciar. Cada noche nos abrazábamos, como si el mañana no tuviera sentido. Hambrientos. El uno del otro. Nos besábamos, y me perdía en aquellos labios, olvidándome del mundo entero. Nos tocábamos con pasión, con sinceridad. El calor llenaba nuestros cuerpos y dejamos que la locura nos guiara. Todos y cada uno de los días me levantaba pensando en ti, en que nos depararía la vida. Se me olvidaba, tu preferías llamarlo destino. Ninguno de los dos mostraba sus sentimientos. Estábamos perdidos en un amor a fuego lento. Limitado. Oculto. Los días eran largos y las noches junto a ti se hacían cortas. Nuestros cuerpos se unían como si, con tan solo un milímetro de separación, nos faltase algo. Teníamos que ser uno, unirnos hasta que fuésemos una masa de brazos, piernas y pasión descontrolada. Me conformaba con eso. Nunca puse impedimento alguno en esa relación que cada día nos consumía más y más. Era feliz así. Comencé a darme cuenta que algo en mi había cambiado cuando, al verte, no podía dejar de mirarte. Me dolía no tenerte delante. Aun así, me calle. Sabía que te tenía en mi cabeza las veinticuatro horas del día, que no había ni un sólo minuto en que no ocuparas mi mente. Me estaba volviendo loco. Y tú me mirabas, me sonreías y, en ese mismo instante todo dejaba de tener sentido. ¿Cómo pude ser tan tonto? Nuestras noches cada vez eran más cortas. Creo que los dos nos estábamos dando cuenta de lo que pasaba entre nosotros. Aun así, yo con aquello me conformaba. Me conformaba con pasar unas pocas horas cada noche contigo, me conformaba con verte y no poder besarte ni abrazarte, me conformaba a verte con otros y yo sabía que los celos me comían por dentro. Aun así, yo era feliz sabiendo que te tenía conmigo cada noche. Y así, los encuentros nocturnos empezaron a ser menores. Ya no era como antes. Algo entre tú y yo había cambiado. Lo sabíamos y pretendíamos negarlo. Pero, a pesar de todo eso, no tuve el valor para decirte nunca lo que pensaba, lo que sentía. Esas palabras se quedaron en mi boca para siempre. Y de repente, desapareciste. Y contigo desapareció tu olor, tu risa, tus miradas, tu calor. Cada noche me abrazaba a mí mismo buscando el calor de tus brazos. Cada noche miraba el espejo recordando tus labios y los besos que me dejaban sin aliento. Ahora me costaba respirar pero no era por el mismo motivo. Mi piel no encontraba la tuya y sólo sentía frio y soledad. Te fuiste, amiga. Y contigo se fue la primavera, los rayos del sol, el olor de las flores y el sentido de la palabra amor. Sí, me enamore como un loco. Me enamore de una forma en la que me dolía el corazón al tenerte cerca. Aun así, más me duele ahora. Porque ahora no duele un sólo corazón, duele cada uno de sus trozos que quedaron cuando tú te fuiste. Te fuiste amiga, y contigo se fue el te quiero que nunca pude decirte, los abrazos que me quedaban por darte, y los besos que decían que eras mía. Te fuiste, y contigo se fue mi corazón. Aun así, siempre estarás conmigo. Siempre te querré
Posted on: Mon, 11 Nov 2013 11:49:11 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015