Queridos amigos, comparto con ustedes el artículo que me publicó ayer miércoles el Decano en torno a la crisis política en curso: Ante la ira popular Hugo Guerra Pese a todas las advertencias, a consecuencia de la soberbia de los congresistas, la falta de reflejo del Ejecutivo y la descalificación de algunos personajes pésimamente elegidos para el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, la crisis política ha estallado con estruendo. Frente a eso es urgente que el régimen reaccione creativa y democráticamente. La repartija no solo consiste en la componenda para designar a un puñado de funcionarios sobre la base del blindaje partidario; es también la práctica sistémica de un Parlamento aquejado de disloque funcional, en el cual la mayoría de los congresistas usan a los electores solo para llegar al cargo y luego obtener beneficios personales y grupales. La protesta ciudadana es contra eso, contra la corrupción, los escándalos continuos y la mala calidad de leyes que, al no corresponder al auténtico interés ciudadano, se convierten en un denso contratexto subversivo. El hartazgo igualmente se manifiesta contra un gobierno que se equivoca cuando supone que al país solo le basta con que se administre inercialmente el modelo económico heredado. La ausencia de un liderazgo presidencial claro, la intrusión impertinente de la señora Heredia, el poder cuasi omnímodo del ministro Castilla, el intento de llevar a cabo reformas clave (en FF.AA., la PNP, salud, educación y administración pública) por la vía de las facultades delegadas sin elemental debate democrático, así como las confusiones ideológicas del mandatario son combustible de la protesta. La falta de ética, la procacidad de algunos líderes de oposición, la terrible inconsistencia de los partidos políticos (mayoritariamente apenas clubes electorales), la ausencia de alternativas ideológicas y programáticas y el aprovechamiento del extremismo en situaciones de crisis contribuyen a que el sistema político se esté convirtiendo en una fogata que ya chamusca el viejo republicanismo. En este contexto es imprescindible una reacción autocrítica y prudente del oficialismo, a no ser que todo esté maquiavélicamente planeado para que las contradicciones se agudicen y ‘justifiquen’ la peligrosa disolución del Congreso como antesala al caos de una Asamblea Constituyente y un régimen autoritario. La alternativa es clara: comandante Ollanta Humala recomponga de inmediato su Gabinete, recupere su liderazgo, reafirme expresamente su adhesión a una hoja de ruta de estabilidad económica y social sin sorpresas ideológicas, busque mejores asesores, despliegue operadores políticos confiables y ordene que el control del orden no se convierta en represión abusiva. Señores ministros, den un paso al costado de inmediato y faciliten la gobernabilidad porque con personalidades inaparentes como Jiménez, Cateriano, Pedraza y Jara, entre otros, ningún cambio será posible. Señores congresistas, dejen de espectar la crisis por televisión y aprueben con carácter de emergencia la renovación parlamentaria por tercios. En el Perú no tenemos una ‘primavera’ política como la de los árabes y tampoco a un puñado de ‘indignados’ como los europeos. Aquí empieza a estallar la ira popular de una nación que todavía se cura las cicatrices del terrorismo y donde acechan los extremismos, tal como se ha comprobado en las marchas de esta semana. Por eso que no se pierda más tiempo y que estas fiestas patrias sean la oportunidad de enmendar rumbos y no de incentivar la confrontación entre peruanos.
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 05:15:51 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015