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SOBRE EL TABAC0 Me encuentro muchos anuncios de cómo dejar de fumar. Lo dejé a los 32 años de la peor manera que dicen de hacerlo, con fuerza de voluntad. Un domingo de octubre de 1981 a las 24 horas, o las cero horas del lunes, dije que ya no fumaba más en mi vida y lo he cumplido. Se pasan mal los dos primeros días, pero luego uno se acostumbra y a la semana ya se está preparado para dejarlo definitivamente. Hay peligro de caer en un mes, pero ya es menor que al principio. Te queda una limpieza de pulmones y organismo que parece que has resucitado en una nueva vida con unos colores y sensaciones más vivas. Todo eso de los parches, cigarrillos electrónicos, no llevar tabaco, me suena a milongas que no sirven para nada. Cuando dejé de fumar llevaba encima un paquete de tabaco y tenia la cigarrera de casa abestecida. No los usé nunca. Tengo 20 paquetes de celtas cortos envueltos en plásticos, que los compré cuando dejaron de venderlos, hace ya mucho, mucho tiempo. Cualquier día los pongo a la venta en eBay. LOS HOSPITALES Y MI PADRE No me encuentro bien, el día 30 de agosto a las 7,45 se murió mi padre en el Hospital de Alcázar, después de 5 ingresos en 20 meses, le dejaron de funcionar los riñones y el hígado, pues le contagiaron una infección hospitalaria, de la cual nos infectamos los 15 o veinte que pasamos por la habitación 227. Dos de ellos sufrieron síncope, o sea, pérdida de conocimiento. Uno fué mi cuñado el periodista y el otro mi mujer, que a las dos de la mañana del jueves día 29, se despertó en en suelo de la cocina rodeada de un charco de sangre al perder el conocimiento y golpearse con el suelo, todavía tiene fuertes secuelas. Me lo comunicaron a las 8 de la mañana mientras estaba en la habitación con mi padre, que se estaba muriendo, ahogándose con los pulmones encharcados, por fallo renal, mientras me peleaba con las llamadas enfermeras para que le dieran más sedantes y morfina, pues era una tortura oirle respirar con tanta dificultad. Me relevó mi hermano y me fuí a Cuenca a ver a mi mujer. Me sorprendió una terrible tormenta y tuve que pararme 50 Kms antes pues no se veía la carretera. Como el chalé me viene de paso, hice una escala a ver si paraba de diluviar. Cuando llegué a casa, ya le habían dado de alta, pero me llama mi hermana y me dice que padre ha muerto. Eran las tres de la tarde, se lo dijo mi cuñada que estaba con él. El panorama que se nos presentaba era desolador, todos estabamos sin dormir y a mi mujer la dieron de alta con la condición de que descansara. ¡Menudo descanso iba a tener en dos días!. A la media hora llama mi hermana otra vez y dice que no se ha muerto, que mi cuñada se ha equivocado. Consigo dormir una hora y media y me vuelvo a Alcázar. Mi mujer y mis dos hijos, uno de los cuales viene desde Cartagena con su mujer, se reunirán en Cuenca y se marcharán a Alcázar al día siguiente, pues a mi padre le quedan horas, la infección que le han contagiado le ha provocado fallo multiorgánico. Mientras tanto casi toda la familia menos dos, que caerían después nos contagiamos de una extraña infección con afectación profunda del estado general, pulsaciones elevadas, pérdida de apetito, algo de fiebre, varios con intensas diarreas y dos síncopes. El jueves, antes de dejarle el turno a mi hermano fuí a protestar a la Gerencia del Hospital, pues no venía el médico de guardia y a esta gentuza no se le ocurre otra cosa que mandarle un psicólogo a mi hermano, al confundirlo conmigo. ¡ A mí me lo tenían que haber mandado estos h.d.p....!, que no iban a irse de vacío. Bueno, lo demás ya se sabe, menos mal que tenían contratado El Ocaso y todo fué muy fácil, aunque a mí, como a casi todo el mundo no me gustan las sepulturas, ni los nichos ni los mármoles. Cuando pique billete, a mí que me saquen por la chimenea, que es más limpio y dejas menos residuos.Me sorprendió el encargado del cementerio de Campo de Criptana, muy buena persona y optimista, para el oficio que tiene. Les ayudé a quitar la losa y dejar el nicho abierto, junto con la inestimable ayuda de mi primo José Luis, otra buena persona, optimista y alegre aún en los momentos más difíciles, me dió buenos ánimos. Cuando una persona muy mayor fallece, como mi padre con 91 años, ya se le da casi por muerto antes, pero cuando pasa, entonces no te lo crees. Hay muchas cosas más, interesantes para poner por aquí, otro día seguiremos. Saludos a todos
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 01:24:29 +0000

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