SSSSSSECRETOS AMOROSOS DEL LIBERTADOR Bolívar fue siempre viva llama del amor. Un leño que jamás se apagó. Una brasa ígnea e inagotable que, al sentir la caricia suave de un embeleso, brotaba chispas y luego llamas: en la guerra, en la paz, en la victoria o en la derrota, Simón Bolívar estuvo siempre listo y arrogante, varonil y entusiasta, en las citas que en su destino le deparo venus. Jamás falló a ninguna. Jamás como en la propia trinchera, le fallo el entusiasmo para alcanzar loa máximos y supremos goces del delirio y del placer. Aún en la propia fatiga, en la huida-cuando el empeño de las tropas imperiales era superior que el de sus propios soldados--, Bolívar tuvo tiempo para escanciar los licores perfumados y enervantes de cupido. Bolívar fue amado hasta el delirio. Por donde pasó dejó imborrables recuerdos que jamás se extinguieron, y atrás quedaron damas que vivieron siempre con nostalgia el encuentro; hembras que esperaron una eternidad el retorno del glorioso amador; niñas que con miles de castillos en el aire vieron envejecer su propia existencia ante un regreso imposible. Guardaron todas ellas los besos y caricias de Bolívar como lo más sagrado que les cupo en su propia vida: nacieron exclusivamente para ello y al cumplir su cometido de satisfacer al guerrero indomable, al genio de América, rindieron el encargo para el cual vinieron al mundo. Fuerzas exotéricas la de este indiano americano no podía fallar en aspecto humano tan notorio y protuberante como son las cosas de CUPIDO. Fue completo el genial caraqueño en su tránsito por los caminos del mundo: en todos los aspectos de la vida mordió el polvo de la derrota o saboreó los zumos de la victoria. Así lo fue en las batallas del AMOR.
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 23:27:51 +0000
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