¿Sabía usted que la fe todo resuelve y sin ella Dios no negocia? El don de la fe está manifestado en la doctrina y la práctica, hoy Jesucristo Hombre nos revela cómo identificar y vencer los enemigos que ambas tienen, para ser aprobados. El don de la fe en cuanto a la doctrina: Pablo registra en Romanos 9:30 que los judíos creyeron que la justicia de Dios se lograba con la ley, esa fue ‘su piedra de tropiezo’. Hoy después de la cruz, la justicia de Dios es por fe y su peor enemigo son las obras de la ley. Si la palabra que creemos y pensamos no es acompañada con fe, no se da la petición por tener en poco el cambio de pacto. Dios espera que se honre el cambio de pacto, debemos tener cuidado con la doctrina de la gracia dada por Jesucristo Hombre. Moisés dañó toda la sociedad aun aquel que no fue a la iglesia, todos fuimos contaminados, pues: “…el dios de este siglo cegó el entendimiento.” Por esa razón Jesucristo Hombre trae esta enseñanza, para limpiar la mente de la vieja levadura y que poco a poco la gracia quite la contaminación de la religión, enemiga de la fe doctrinal. ¿Por qué Pablo no tuvo éxito? Fue el único arrebatado al tercer cielo, el pacto cambió pero pocos se enteraron. Los apóstoles lo consideraron un loco y lo mataron y así Moisés siguió hasta hoy. Algunos dicen: -Si yo tuviera la fe de María…, ella no tenía fe. La fe llegó cuando Dios se la reveló a Jesucristo Hombre en el paraíso. Solo el elegido tiene la fe de Dios y llama las cosas que no son como si fuesen, (Gálatas 3:23). Pablo educó la mente de los gálatas con la gracia (5:7), pero prefirieron la religiosidad y los milagritos de los apóstoles, práctica que se mantiene hasta hoy en las iglesias. El don de la fe en cuanto a la práctica: Tus ojos, es el máximo enemigo de la fe. Lo que vemos por lo que creemos cambia, LO ESCRITO NO CAMBIA (2da Corintios 4: 17). Hay cosas que uno no concibe pero se dan: Un inmaduro o débil en la fe lo que ve arruina su confesión. Ambos pueblos oyeron esto (Hebreos 4: 2). La fe es personal, según el crecimiento; los temores y los excesos nos sacan de fe, no todo conviene. Con fe y paciencia heredo la promesa (Hebreos 6:12). Nuestra edad no debe ser una barrera para confesar mi sanidad, como nuestro abuelo Abraham cada vez estoy más cimentado en la palabra, no soy el estorbo del mañana (Romanos 4:19), vivo por fe y para fe. Amado Lector JH dice: Declaro que su confesión está en pie. Todo está bien. Lo que creí el año pasado, hoy lo creo mejor, con más gloria y certeza. ¡Bendecido!!
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 14:50:44 +0000
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