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Según el BCV El gasto público se define como el gasto que realizan los gobiernos a través de inversiones públicas. Un aumento en el gasto público producirá un aumento en el nivel de renta nacional, y una reducción tendrá el efecto contrario. Durante un periodo de inflación es necesario reducir el gasto publico para manejar la curva de la demanda agregada hacia una estabilidad deseada. El manejo del gasto público representa un papel clave para dar cumplimiento a los objetivos de la política económica. El gasto público lo rigen principios que dependen de los objetivos que se quieran alcanzar. Gastar lo menos posible; Obtener el máximo beneficio posible con los recursos posibles; los gastos deben ser adecuados a la capacidad económica; Incentivar pero no inmiscuirse en la economía privada; Se origina como respuesta a las necesidades públicas. • Necesidades absolutas, propias e ineludibles del estado, las realiza directamente: Defensa; Seguridad y Paz Social; Administración de justicia • Necesidades relativas. Pueden ser satisfechas por particulares. El estado delega pero supervisa: Salud; Educación; Energía eléctrica; Control de calidad. Se clasifica: • Gastos Ordinarios (atiende el normal desenvolvimiento del país). • Gastos Extraordinarios (hace frente a situaciones imprevistas del estado) • Gastos esenciales: Primordiales para cubrir las necesidades del estado. • Gasto Compensatorio: Redunda en beneficio de la nación. • Gastos personales. Para cubrir prestaciones sociales o de servicio. Se ejecuta: A través de los Presupuestos o Programas Económicos establecidos por los distintos gobiernos, y se clasifica de distintas maneras pero básicamente se consideran el Gasto Neto que es la totalidad de las erogaciones del sector público menos las amortizaciones de deuda externa; y el Gasto Primario, el cual no toma en cuenta las erogaciones realizadas para pago de intereses y comisiones de deuda publica, este importante indicador económico mide la fortaleza de las finanzas públicas para cubrir con la operación e inversión gubernamental con los ingresos tributarios, los no tributarios y el producto de la venta de bienes y servicios, independientemente del saldo de la deuda y de su costo. Gasto Programable: es el agregado que más se relaciona con la estrategia para conservar la política fiscal, requerida para contribuir al logro de los objetivos de la política económica. Por otro lado resume el uso de recursos públicos que se destinan a cumplir y atender funciones y responsabilidades gubernamentales, así como a producir bienes y prestar servicios. La clasificación económica permite conocer los capítulos, conceptos y partidas específicas que registran las adquisiciones de bienes y servicios del sector público. Con base a esta clasificación, el gasto programable se divide en gasto corriente y gasto de capital. Estos componentes a su vez se desagregan en servicios personales, pensiones y otros gastos corrientes dentro del primer rubro, y en inversión física y financiera dentro del segundo. Gasto corriente: Dada la naturaleza de las funciones gubernamentales, el gasto corriente es el principal rubro del gasto programable. En él se incluyen todas las erogaciones que los Poderes y Órganos Autónomos, la Administración Pública, así como las empresas del Estado, requieren para la operación de sus programas. En el caso de los primeros dos, estos recursos son para llevar a cabo las tareas de legislar, impartir justicia, organizar y vigilar los procesos electorales, principalmente. Por lo que respecta a las dependencias, los montos presupuestados son para cumplir con las funciones de: administración gubernamental; política y planeación económica y social; fomento y regulación; y desarrollo social. Por su parte, en las empresas del Estado los egresos corrientes reflejan la adquisición de insumos necesarios para la producción de bienes y servicios. La venta de éstos es lo que permite obtener los ingresos que contribuyen a su viabilidad financiera y a ampliar su infraestructura. Gasto de Capital: El gasto de capital comprende aquellas erogaciones que contribuyen a ampliar la infraestructura social y productiva, así como a incrementar el patrimonio del sector público. Como; gastos de Defensa Nacional, también se pueden mencionar la construcción de Hospitales, Escuelas, Universidades, Obras Civiles como carreteras, puentes, represas, tendidos eléctricos, oleoductos, plantas etc.; que contribuyan al aumento de la productividad para promover el crecimiento que requiere la economía. Gasto social es un subconjunto del gasto público que agrupa los recursos que el Estado destina directamente para atender el desarrollo y el bienestar de su población. Hay diferentes criterios sobre las partidas presupuestarias que deben incluirse en el cómputo del gasto social, pero hay acuerdo respecto a sectores básicos tales como la educación, la salud y la vivienda. En este trabajo se utilizan los datos suministrados por la OficinaCentral de Presupuesto (OCPRE) donde se especifican los siguientes sectores sociales: educación, salud, seguridad social, cultura y comunicación social, ciencia y tecnología, vivienda y servicios y desarrollo social. Estrategia del gasto en los sectores sociales: La distribución sectorial del gasto con relación al PIB permite analizar cómo el gasto se reparte entre los distintos sectores sociales y establecer la priorización en su distribución. La participación del sector educación fluctuó entre un mínimo 2,12 % en 1996 y un máximo 3,74% en 1992, Esta asignación es bastante baja si se considera que expertos de la UNESCO establecen que el gasto en educación debe ser por lo menos el 6% del PIB. La participación del sector salud, disminuyó en 1.993 aunque se aprecia una pequeña recuperación en el año. El sector vivienda y sus servicios mantuvo su participación, advirtiéndose disminuciones durante el lapso 1993-1995 e incrementos en 1997 y 1998. Los sectores de seguridad social y desarrollo social mejoraron su prioridad en los dos últimos años. El análisis de la distribución del gasto social sectorial no permite evaluar el impacto en el progreso y desarrollo de un país o región, es necesario especificar dentro de estos sectores inversiones sociales eficientes en el progreso social. Para analizar el Desarrollo Humano es importante considerar las agrupaciones del gasto que tengan un importante impacto diferenciado en los niveles de desarrollo de la población (gasto social destinado a la inversión). En la búsqueda de esta eficiencia se define la prioridad del gasto social como los gastos en educación básica, atención primaria en salud e infraestructura social básica (de acuerdo a lo establecido internacionalmente por el Programa para las Naciones Unidad para el Desarrollo PNUD). La razón de prioridad social refleja el porcentaje de gasto social destinado a acciones de prioridad humana. Si bien la información disponible en estos momentos no permite el análisis de esta razón para Venezuela, existe bibliografía donde se resalta la inadecuada distribución del gasto en educación, al favorecer programas altamente regresivos como la educación universitaria descuidando la inversión en el sector básico, y la concentración del gasto del sector salud en programas de atención médica curativa de menor impacto colectivo, en desmedro de los recursos para atender las prioridades de la estrategia de atención primaria en salud (García, 1988) (De Venanzi, 1996). Sin embargo, según el nivel de desarrollo socioeconómico alcanzado en un momento dado por un país, será necesario definir indicadores diferentes de gasto en capital humano con una concepción más amplia. Si se toma en cuenta esta acotación, la razón de prioridad social, en un sentido amplio, se puede calcular con los gastos totales en educación y en salud (CEPAL, 1994, p. 37). De acuerdo con lo antes expresado, la razón macroeconómica del gasto en capital humano (educación y salud) para Venezuela, durante el período considerado, fluctuó entre 2,89% en 1996 y 5,62% en 1992 y la razón de prioridad social se mantuvo en niveles bastante elevados, moviéndose entre el 39,9% en 1996 y el 59,3% en 1994 (ver Gráfico No. 5.3). En 1998, esta razón registró un porcentaje de 52,1%. Sobre la base del concepto de desarrollo humano, el PNUD recomienda, en general, alcanzar el valor del 50% para la razón de prioridad social y del 5% para la razón macroeconómica en capital humano (ibídem, p. 36). El elevado gasto público, en vez de contribuir a mejorar la situación de los más pobres, ha favorecido como siempre a determinados grupos de interés y amenaza ahora con alterar (como ya lo ha hecho en Argentina) los propios equilibrios económicos básicos. Las ilusiones de que puede servir para mejorar la calidad de vida y reducir las distancias sociales se han mostrado, una vez más, como un peligroso mito que deberíamos desenmascarar y combatir. Nivel y estructura del gasto público en Venezuela Los gastos planeados del Gobierno Central se reducirían tanto en términos reales (-2%) como en proporción al PIB (-1,5%); como estos ajustes son menores que los esperados en los ingresos ordinarios se supone que tanto el déficit como los requerimientos financieros del gobierno se incrementaran. De nuevo debe advertirse que un análisis más riguroso exige incluir las denominadas erogaciones sin afectación presupuestaria que se estima podrían ascender a casi 2 billones de bolívares. Considerando este concepto ampliado del gasto, el nivel del mismo podría alcanzar a casi 25% del PIB . Si se examina con más detalle dónde el Ejecutivo Nacional esta proponiendo como políticas fiscales, ajustes fundamentales como instrumentos de estabilización, se nota con claridad que estos ajustes se concentran en las transferencias corrientes y de capital a las regiones. Estas transferencias pasan a representar, en la propuesta del nuevo presupuesto, el 12,2% del PIB y 54,1% del total de gastos, en contraste con el presupuesto actual donde alcanzan el 15,1% del PIB y 62,5% de los gastos (sin incluir erogaciones sin afectación presupuestaria) Cabe destacar, adicionalmente, que los gastos corrientes aumentan su participación relativa en la estructura del gasto en detrimento de los gastos de capital. La inversión directa del Gobierno Central sigue siendo de relativa poca importancia con respecto a los gastos totales (4,2 %), aunque debe acotarse que en términos reales, de cumplirse los supuestos inflacionarios gubernamentales, se incrementaría en 29 %. Muy probablemente el Ministerio de Finanzas tendrá que corregir, aumentando el situado que se le aporta a las gobernaciones y alcaldías, así mismo el aumento salarial está muy por debajo de las expectativas del sector laboral. Téngase en cuenta que aquí tampoco se están incluyendo gastos adicionales que podrían financiarse con la transferencia de utilidades cambiarias desde el Banco Central de Venezuela ( BCV). En síntesis, muy probablemente, los niveles de gasto del gobierno central durante el 2001 terminarán siendo muy similares a los de este año y bastante superiores a los que se alcanzaron en el anterior quinquenio. El déficit fiscal y las necesidades de financiamiento Tanto el déficit primario como el fiscal en el 2001 serían mayores en casi 1% del PIB a los que se calculan para el 2000. Si consideramos los gastos sin afectación presupuestaria, el déficit fiscal podría elevarse hasta 7,5% del PIB. Este incremento del resultado deficitario es consecuencia, como ya se explicó, del insuficiente ajuste en el nivel de gasto ante la caída esperada en los ingresos ordinarios. Como el Gobierno prevé pagos por amortización de deuda pública interna y externa que ascienden a los 3,5 billones de bolívares, sus requerimientos financieros estarían en el orden de 11,6% del PIB, superando en casi 3 puntos las ya históricamente elevadas necesidades del 2000. Con el objeto de cubrir las necesidades de financiamiento previstas, el Gobierno se plantea recurrir al endeudamiento público por un monto equivalente a unos 11.400 millones de dólares, además de utilizar recursos acumulados en el FIEM por un monto de unos 2.300 millones de dólares. Aunque no se han establecido metas precisas con relación a cuanto obtener en el mercado interno y cuanto en el externo, se presume que la mayor presión se ejercerá en el mercado financiero nacional. Esta hipótesis se basa en la aún reducida accesibilidad que tiene el país al crédito externo a costos razonables. Venezuela sigue siendo castigada con una elevada prima por riesgo, si se tiene en cuenta el boom que están experimentando sus ingresos ante la favorable coyuntura petrolera y la mayor estabilidad política que se ha alcanzado una vez que finalizó la fase crítica del ciclo político electoral. Es importante señalar que el stock de deuda interna ha crecido en forma vertiginosa, esperándose que se multiplique su nivel por seis en apenas tres años. Esta situación está planteando serios retos a la gestión fiscal futura por la incidencia que tendrá el servicio (un gasto rígido), sobre el nivel de egresos. Sí consideramos que el Gobierno puede disponer discrecionalmente de recursos adicionales procedentes del FIEM e, incluso, hacer que el Banco Central le transfiera utilidades cambiarias acumuladas por el instituto emisor como reservas de capital, el nivel de endeudamiento podría ser finalmente bastante menor al previsto en el Proyecto de Ley de Presupuesto. El gasto fiscal de Venezuela alcanzó en enero de 2002 a 1,24 billones de bolívares (US$1=VEB 902,25), cerca de un 9% menos que en el mismo periodo del año anterior, informó el jueves el banco central a través de su sitio web. El gasto fue apoyado por 1,05 billones de bolívares en ingresos ordinarios, lo que incluyó 172.120 millones de bolívares en regalías del monopolio estatal Petróleos de Venezuela S.A. PDVSA. Los impuestos a la renta contribuyeron con 288.320 millones de bolívares, el impuesto al valor agregó 431.340 millones de bolívares y los aranceles aduaneros aportaron 105.680 millones. Con los ingresos por concepto de petróleo cayendo, Venezuela continuó recortando el gasto público, lo que ayudó a que la economía creciera un 2,7% en el 2001, menos que el 3,2% del 2000. El precio promedio del petróleo venezolano fue inferior a US$16 por barril en enero 2002, frente a los US$20,18 por barril del 2001 y el promedio de alrededor de US$25,91 por barril del 2000, cuando la producción además fue mayor. El petróleo equivale a cerca de la mitad de los ingresos fiscales y a cerca del 30% del PIB del país de aproximadamente US$110.000 millones. Según CEPAL . Clasificación Económica del Gasto Público Este tipo de clasificación del gasto público nos permite identificar indicadores que reflejan el tamaño del sector público y permiten dar cuenta de las políticas públicas implementadas para proveer bienes y servicios, fomentar la inversión y redistribuir ingresos, entre otras políticas sociales. Esta clasificación nos permite relacionar el tipo de gasto con las estrategias definidas en el programa de gobierno, conocer los capítulos, conceptos y partidas específicas en las cuales se registran las adquisiciones de bienes y servicios del sector público. Con base a esta clasificación, el gasto público programable se divide en gasto corriente y gasto de capital (ver cuadro 1). El Gasto Corriente es el principal rubro del gasto programable, se desagrega en Sueldos y salarios, Compras de bienes y servicios, Pago de intereses, Subsidios y Transferencias corrientes, otros gastos corrientes (CEPALSTAT)3 El Gasto de Capital comprende aquellas erogaciones que contribuyen a ampliar la infraestructura social y productiva, así como a incrementar el patrimonio del sector público. La inversión pública a través del gasto en infraestructura permite promover los sectores productivos de la economía, lo que mejora la tasa de crecimiento en el mediano plazo. Este tipo de gasto se clasifica a través de la adquisición de activos de capital, transferencias de capital y otros gastos de capital. CUADRO 1 ESTADÍSTICAS FINANZAS PÚBLICAS CEPALSTAT CLASIFICACIÓN ECONÓMICA GASTO PÚBLICO Gasto Público Total (I+II) Gastos Corrientes (I) Sueldos y salarios Compras de bienes y servicios Pagos de intereses Subsidios y otras transferencias corrientes Otros gastos corrientes A partir de esta estructura podemos analizar distintos indicadores para gasto público. • Indicador 1: Gasto Público Total en porcentaje del PIB • Indicador 2: Gasto Público Corriente en porcentaje del PIB • Indicador 3: Gasto Público de Capital en porcentaje del PIB • Indicador 4: Subsidios y transferencias corrientes en porcentaje del PIB Panorama del Gasto Público en América Latina En esta última década la región ha presentado un gasto público que se ha incrementado en la mayoría de los países de América Latina (ver gráfico 1). Las reformas implementadas durante los años noventa han permitido que este aumento en el gasto sea de manera sustancial y sostenida durante estos años, Incrementándose casi en 6 puntos porcentuales (en porcentaje del PIB) el promedio de la región. Los países que presentan mayores avances son aquellos que han mantenido altas tasas de este indicador desde mediados de los noventa, como son Argentina, Bolivia y Brasil con tasas promedio de 26.8%, 28.6% y 38.9% del PIB, respectivamente. Ecuador que presenta tasas más cercanas al promedio de la región, es el país con mayor variación en su gasto, incrementándose en 14 puntos porcentuales (medido en porcentaje del PIB), en estas décadas, aumentando en 8 puntos sólo entre el año 2007 y 2008, como parte de los paquetes de estímulos fiscales para disminuir los efectos de la crisis del 2008.
Posted on: Sat, 09 Nov 2013 05:22:30 +0000

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