Sigo con Rayuela. Capitulo 21. Una serie de pensamientos de - TopicsExpress



          

Sigo con Rayuela. Capitulo 21. Una serie de pensamientos de Oliveira. Piensa Oliveira en sus cuarenta años, en su realidad de los cuarenta años que se codea con la realidad de los veinte. Y en sus realidad mirando desesperadamente para atras. Me apasiona el hoy pero siempre desde el ayer. Piensa en los jovenes que hablan y sienten una actualidad de la que no se siente parte aunque la conozca: Argelia, Adenaur, Mijanou Bardot, Guy Trebert, Sidney Bechet, Michel Butor, Nabokov, Tao-Wu-Ki-Louison Bobet. Piensa en los jovenes de su juventud en Buenos Aires, que ya no hablan de Spilimbergo, Justo Suarez, Tiburon de Quilla, Leguisamo. Piensa en su realidad que mira al Etes-vous fours? de Crevel, a Artaud, a las Ionisations de Edgard Varese, a Picasso, a Arlt, a Jarry, a Mondrian. Piensa en la Maga, piensa en ella mediante Crevel, Mondrian, Raul Gonzalez Tuñon. Este es un pasaje bellisimo. Los incesantes pensares de Oliveira son muchas veces tristes, lugubres. Estos pasajes donde la ve a Ella son luminosidad, no excenta de su esencial ironía, cinismo y escepticismo. Pero es un pasaje profundamente conmovedor. Sobre todo la piensa a traves de CREVEL. Y la extraña y le duele. Oh mi amor, te extraño, me dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacio me entrara en el pecho donde ya no estas. Piensa en la felicidad de amar a la Maga en esa vertiginosa rayuela salido del tiempo y sus jaulas con monos y etiquetas que marcan las horas y los minutos de las sacrosantas obligaciones castradoras. Es texto entero es bellisimo, algo asi como poesia erotica, pero lo reduzco demasiado con eso. Piensa en las palabras. A traves de CREVEL piensa en que todo lo nombrado es una equivocacion y que las palabras sirven para no entendernos. Otro pasaje exquisito. Piensa todo esto porque piensa en la Maga. Piensa que la Maga no habla con palabras. Y mucho menos con las palabras que usa él. Yo describo y defino esos rios metafisicos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Piensa en Spinoza. Tremenda y espantosa intelectualizacion de todo, continua, avasallante, infinita, ubicua. Esta angustia la percibe el lector. Pobre Oliveira! Y finalmente un ruego. Cuando lei este ruego me acorde del alma de la novela Amor y Pedagogia. Me recuerda esa misma desesperacion del que NO PUEDE DEJAR DE PENSAR. Y tambien recuerdo a la defensa de la vieja Clota (¿se llamaba asi) en la novela de Marechal. Dice el precioso ruego de Oliveira: Dejate caer, golondrina, con esas filosas tijeras que recortan el cielo de Saint- Germain-des-Pres, arranca estos ojos que miran sin ver, estoy condenado sin apelacion, pronto a ese cadalso azul al que me izan las manos de la mujer cuidando a su hijo, pronto la pena, pronto el orden mentido de estar solo y recobrar la suficiencia, la egociencia, la conciencia. Y con tanta ciencia una inutil ansia de tener lastima de algo, de que llueva aqui dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, si, por fin a cosas vivas.
Posted on: Sat, 20 Sep 2014 21:29:09 +0000

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