Siria, ¿Una opción moral? La intervención norteamericana - TopicsExpress



          

Siria, ¿Una opción moral? La intervención norteamericana contra Siria sigue aparentemente un curso inexorable. La opinión pública internacional está abrumadoramente en contra y EEUU ha perdido el apoyo hasta de su habitualmente incondicional aliada, Gran Bretaña, cuyo parlamento ha negado la aprobación para embarcarse en una invasión armada. Pero Barack Obama sigue intentando conseguir el apoyo de su congreso para embarcarse en una intervención militar. La justificación del gobierno norteamericano es “castigar” al régimen de Bashar al Assad por el uso de armas químicas contra la población, un cargo no probado y ante el cual la ONU ha demandado hacer una investigación independiente. Pero Obama rechaza esta y exige que se proceda aceptando la palabra de su gobierno, que responsabiliza al régimen sirio. ¿Es realmente una legítima preocupación moral por el daño causado a la población lo que motiva al gobierno de los EEUU? Si fuera así resulta ilógico rechazar una investigación independiente para confirmar la responsabilidad del régimen sirio, más aún cuando existe el antecedente del uso de un pretexto falso por el gobierno de Bush –la existencia de armas de destrucción masiva– para lanzar una intervención contra Irak. Pero tampoco hay antecedentes de preocupación de las administraciones norteamericanas por los daños causados a la población civil que avalen esta versión. No es necesario remitirse al uso masivo del “agente naranja”, un defoliador causante de graves daños en el cuerpo humano, usado por las tropas norteamericanas y los daños que este produjo a la población en Vietnam. Allí EEUU solo se interesó por el daño infringido a sus propias tropas. Pero hay un antecedente más reciente. En octubre de 2009 se realizó en Kuala Lumpur (Malasia) un evento dedicado a analizar las consecuencias de la intervención militar norteamericana en Iraq sobre la salud de la población (Kuala Lumpur International Conference to Criminalise War, Putra World Trade Centre, 28-31 October 2009). En él se presentó un estremecedor informe sobre las consecuencias del uso de bombas de racimo, napalm, armas con fósforo blanco y, sobre todo, del uso de uranio empobrecido, incorporado a las municiones usadas por las tropas norteamericanas e inglesas (“The Responsibility of the US in Contaminating Iraq with Depleted Uranium”, bit.ly/1akDkPF). El uranio empobrecido es un metal pesado químicamente tóxico que al ingerirse, inhalarse, o al penetrar en el cuerpo humano a través de la piel o las heridas permanece allí durante decenios, constituyéndose en una fuente continua de emisión de mortíferas partículas alpha. Estas afectan, entre otros, “a los tejidos linfáticos, a los riñones, el desarrollo del feto, al sistema neurológico, a los huesos; causan cáncer de pulmón, fibrosis pulmonar y aumentan el riesgo de padecer muchos tipos de cáncer y tumores malignos”. Se lanzaron cientos de toneladas de bombas con uranio empobrecido sobre áreas densamente pobladas: Basora, Bagdad, Nasiriya, Diwaniya, Samawa y otras ciudades. Las mediciones realizadas después confirmaron la existencia de contaminación en la mayor parte del territorio iraquí. La ministra de Medio Ambiente de Iraq admitió el 2007 que hay al menos 350 lugares contaminados con uranio empobrecido y añadió que la nación estaba registrando una cifra terrorífica de casos de cáncer: “Pocos años después de haber estado expuestos a la contaminación con uranio empobrecido, en las zonas periféricas de Basora y en otros territorios de los alrededores se ha registrado un incremento múltiple de tumores malignos, malformaciones congénitas, abortos, leucemia infantil y casos de esterilidad. Problemas similares aparecieron en Faluya, donde también las fuerzas ocupantes utilizaron intensamente armas ilegales en el ataque de 2004 contra la ciudad. Más de dos millones de iraquíes han muerto a causa del impacto múltiple sinérgico del uso de armamento con uranio empobrecido, de las sanciones económicas y de la destrucción del sistema de atención sanitaria”. Detalló además cómo las sanciones económicas impuestas por EEUU y el Reino Unido privaron a los niños y al pueblo de Iraq de sus derechos a la alimentación, al agua potable, a los cuidados sanitarios, a los servicios de saneamiento y a otras necesidades. El informe califica estos hechos de “crimen contra la humanidad, debido a sus indiferenciados y perjudiciales efectos durante decenas de años sobre la salud de los civiles en las zonas contaminadas, aunque hayan terminado ya los enfrentamientos”. Hasta donde sé, el uranio empobrecido se sigue utilizando ampliamente en el armamento norteamericano. ¿Es verdaderamente una preocupación moral la que motiva a Barack Obama?
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 00:17:26 +0000

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