UNO YA NO ES LO QUE ERA. Llevo cerca de un mes en la playa y - TopicsExpress



          

UNO YA NO ES LO QUE ERA. Llevo cerca de un mes en la playa y todavía no he conseguido ponerme morena la entrepierna. Quiero decir, esa parte que va de la mitad del fémur hasta las ingles. Es normal porque casi siempre llevo bañador de pata larga y asi no hay manera. Tengo las rodillas más negras que el armario de un heavy y las cachas más blancas que las tetas de mi tía, la monja. ¿Qué le voy a hacer? Llega uno a una edad en que te da corte ponerte los "speedo" aquellos que te daban un aire de nadador olímpico ruso y que te permitian broncearte de forma integral dejándo sin tostar sólo la parte que luego cubrian los slips, en simetría perfecta con la señal del bañador. Por eso, ayer, cuando mi mujer me mandó a comprar fideos para el almuerzo, no lo dudé un instante: cogí un sombrero de paja que lleva conmigo desde principio de verano, una sombrillita pequeñita de muchos colores que se fija a la silla playera mediante una palometa y que suelo llevar abierta cuando vuelvo de la playa para protegerme aún más del sol, me arremangué el bañador de pata larga por los laterales, como si fuera Espartaco, para que por el camino me diera un poquito el sol en las partes antes descritas y me dirigí, sin camiseta y con toda la inocencia del mundo, a la tienda de los desavíos, a por los fideos. La primera alarma saltó cuando, cruzando la calle, un tío que iba en una moto, me silvó. Yo en ese momento fui consciente de la pinta que debía llevar y aunque los que me conocen saben la poca vergüenza que me gasto en estos casos, me puse colorao y sobre aviso. Seguidamente, al cruzar un parquecito previo a la tienda, evité pasar cerca de un grupo de canis que escuchaban música con las puertas del coche abiertas, por si acaso se metian conmigo por la indumentaria y al final el paseíto me costaba un par de ostias. Por fin llegué a la tienda en el momento en que uno de los parroquianos alli reunidos al verme con la pinta que llevaba: el dorso desnudo, el sombrero de paja, la sombrillita de colores y el bañador arremangao como Kirk Douglas, y que se estaba bebiendo un botellín, le guiñaba el ojo a sus compadres que también estaban alli bebiendo cruzcampo, como diciendo: "¡Anda! vaya ejemplar que viene ahí..." y yo ya me rendí...antes de entrar en la tienda cerré la sombrilla, me bajé el bañador y quitándome el sombrero saludé diciendo "buenas" con el tono más grave que podía emitir, para disipar cualquier duda. Cuando ya volvía con mis fideos en la mano y con tol tinglao bajo el brazo, me dije muy seriamente: "definitivamente, José Manuel, te estás haciendo mayor".
Posted on: Mon, 26 Aug 2013 08:19:02 +0000

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