Un article de Elisenda Paluzie al diari AVUI, que he traduït al espanyol. **Este mes de julio se han conocido los datos de la liquidación de la financiación autonómica de 2011. Como ya ocurría en 2010, la financiación per cápita de la Generalitat de Cataluña es inferior a la media española. Cabe decir que centrarse en la financiación en relación con la media significa asumir que el esfuerzo fiscal que hace nuestro país no tiene ninguna importancia, y elimina cualquier consideración de eficiencia en el sistema de financiación. Es indicativo, pero, de la extrema injusticia del sistema en el que se encuentra inmersa Cataluña. Esta liquidación también nos ofrece otros datos que vale la pena remarcar. La LOFCA de 2009 fue presentada como un gran avance para Cataluña por el nuevo fondo de competitividad. Este año, después de dos años de no cobrarlo, la Generalitat cobrará el fondo de competitividad del 2011, serán 835 millones de euros y no los 1.400 que el consejero Castells estimó, y que el primer gobierno de CiU del 2010 reclamó durante meses. Más aún, algunos ya advertimos que a la vez que se creaba el fondo de competitividad, se creaba otro, el de cooperación, que favorecía las otras comunidades, y que el resultado de todo ello se equilibraría. Y efectivamente, todas las comunidades autónomas cobran de uno de estos dos fondos, y algunas como Canarias y Murcia los dos. Cataluña recibe 110 euros por habitante, siendo la media de 108 euros. La gran ganancia del nuevo sistema se reduce a 2 euros de más por habitante en estos fondos de convergencia! Los grandes pactos que hacen los gobiernos de Cataluña, del color que sean, acaban siempre en la nada. Y exactamente lo mismo hubiera pasado si se hubiera abierto alguna negociación por el llamado pacto fiscal. Afortunadamente, después de tantos engaños, no sólo en el ámbito económico, sino en otros que tocan la médula de la identidad catalana, como la lengua, parece que finalmente la mentalidad de una mayoría de este país ha cambiado para siempre, y ya no quiere oír hablar más ni de ordinalidad, ni de financiación autonómica, ni de deudas pendientes en infraestructuras, ni siquiera de balanzas fiscales. Lo que quiere saber es cuando podrá votar sobre la independencia de su país, y durante la campaña del referéndum o consulta, tratará de convencer a sus conciudadanos con los cientos de argumentos para el Sí. Algunas de estas razones se basarán en el pasado y el presente de agravios y de asfixia, pero serán muchas más las que se basen en el futuro: en las oportunidades que se abren para un país cuando después de trescientos años pueda disponer de un estado que le juegue a favor y no en contra, un estado que vele por su economía productiva, y por el bienestar y la cohesión social de sus ciudadanos. Un estado con una administración de justicia moderna y transparente, que atienda a los ciudadanos en su lengua, con jueces que sean independientes. Pronto conoceremos el primer informe del Consejo de la Transición Nacional. Probablemente ofrecerá varias vías para el ejercicio del derecho de autodeterminación, y propondrá fechas alternativas. Al final, la decisión será política y corresponderá al Parlamento. En mi opinión, sólo saldremos de este proceso si asumimos que del gobierno español sólo podemos esperar la ilegalización de todas y cada una de las vías que proponemos (consulta, elecciones plebiscitarias, declaración parlamentaria) y que dado que habrá romper la legalidad para construir una nueva, más vale que lo hagamos con aquella que tiene más legitimidad, aquella donde los ciudadanos expresan con más claridad y más directamente, y que al fin y al cabo es la que los ciudadanos votaron mayoritariamente y que tiene más apoyo popular: una consulta donde todos puedan votar libremente Sí o No a la independencia.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 08:04:41 +0000
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