Un cromosoma extra no altera el amor. Cómo enseñarle a un hijo a decir, te amo, esta es mi experiencia. A los cinco meses de embarazo me hablaron de la posibilidad de que naciera con síndrome de Down. Los próximos cuatro meses fueron confusos, pero nunca faltó amor. Lo amé desde el segundo que supe que estaba creciendo dentro de mí. Y desde ese día no ha pasado uno sólo sin decirle “te amo”. El día en que nació fue como sentir materializarse el amor, por primera vez en la vida sentía que tenía en mis manos la gloria transformada en vida. Lloré de alegría, de emoción y también de confusión. Lo tomé entre mis brazos y lo apreté fuerte a mi pecho, y le dije: “Tu sabes que te amo, no?” Nos tocó enfrentarnos a los exámenes, las pruebas genéticas y los diagnósticos adicionales. Los comentarios fríos y los pronósticos vacíos, pero cuando el día llegaba a su fin y lo miraba a los ojos, sólo podía sentir agradecimiento y admiración, por haber recibido en mi vida uno de los milagros más perfectos de Dios. Mientras dormía entre mis brazos siempre le decía “Nunca te olvides que te amo”. Su primer año fue todo un suceso. Ya para entonces se había consagrado como todo un luchador, había salido victorioso de una anemia aguda, se movilizaba por toda la casa en su carrito azul, ya se sentaba sólito y comenzaba a gatear, y cuando tenía hambre o sueño, gritaba fuerte “mamá, o leche” Yo no podía creer todo lo que había logrado. Ante mis ojos este niño no estaba por detrás en el desarrollo. Era simplemente único, y todo lo que lograba, se daba en el momento justo y perfecto. Nunca hubo necesidad de comparar. Y con cada triunfo, cada reto y cada lágrima de alegría o desesperación, yo siempre le decía ¿tú sabes que te amo, no?” Siempre sonreía. Mientras pedía dulces y aprendía a correr. Verlo avanzar por la vida me hizo sentir orgullosa, y llenó mi corazón de fe. Viéndolo caminar a lo lejos, en mi mente se repetían las mismas palabras de siempre. “Recuerda siempre que te amo”. Y siguió creciendo y siguió transformado mi vida y llenándola de amor. Dejó de ser un bebé y se convirtió en un niño. Y ahora que los años han pasado, cada día despierta listo para ir a la escuela. Le encanta aprender, tiene un humor increíble, le encantan los super héroes y este año le pidió a Santa Claus “A red truck, big” – Un carro rojo, grande. Le gusta caminar sólo hacia al autobús, ya no quiere que lo abrace. Siempre voltea y me regala una sonrisa. Se que ya no cabe entre mis brazos, ya ni siquiera puedo cargarlo,pero no hay un sólo día de mi vida en que no le diga “Pase lo que pase, no importa lo dura que sea la vida. En tus logros y en tus retos. Tu sabes cuanto te amo, ¿no? Siempre me dice “Si, yo se Mamá, yo sé”. y hace unos días atrás, mientras mirábamos una película, me abrazó fuerte junto a su pecho y me dio un beso en la frente y me dijo “Tu sabes que yo te amo, no” y yo le dije “Sí mi amor, yo lo sé” y me dijo “No te olvides que te amo, mamá”. Cómo podría olvidar algo así alguien que vive y respira gracias a ese amor? “Los hijos son el simple reflejo de cada pequeña cosa que les damos día a día. Si reciben amor, ellos entregan amor”. Tomado del Blog de Eliana Tardio. elianatardio/2012/12/23/hijo-dice-te-amo-cromosoma-extra/?utm_content=bufferc6330&utm_source=buffer&utm_medium=linkedin&utm_campaign=Buffer
Posted on: Thu, 21 Nov 2013 17:09:45 +0000
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