Un latido tras otro, parecen indicarme que aun hay vida en mí. A - TopicsExpress



          

Un latido tras otro, parecen indicarme que aun hay vida en mí. A veces lentos y aletargados como mis pulsiones… otros hostiles y agraviados como mi espíritu. Un día extenuados… y al siguiente cabalgando desenfrenados y sin rumbo. Latidos… los mismos que se aceleran ante mis piernas abrazadas por un par de manecitas necesitadas de mi… y yo tan sorda. Latidos… los mismos que brincaron ante el primer beso de amor que aún no acaba para ralentizar luego su fortaleza tras su ausencia. Latidos… los mismos que se mostraron inertes tras la apagada vida de quien me enseñara lo que puede resultar en un ser frágil, la angustia, la soledad y el hostigamiento. Esos momentos en los que la pared se acerca a la espada, me ubico fuera de la escena y creo ver lo que nadie ve: a una pequeña y quebradiza niña habitando un cuerpo que no condice con su esencia. A un ser con luces interiores no aptas para su entorno… a un resabio de la rebeldía que antes fuera su paladín justiciero. A una mujer con más obligaciones que sonrisas, con más presiones que consuelos, con más hastíos que promesas. Busco entre las hojas de mi libro mental y encuentro palabras de amor que hoy se vistieron de cinismo. Releo la lealtad de la jura eterna y me presento desvalida ante su inexistencia. Escudriño el papel para localizar el filtro por el cual se escurrieron tantos sentimientos que hoy parecen no haber existido. Y allí te encuentro. Pobre e indefenso en tu mundo ahogado de presiones que tu mente impuso. Con el corazón apretado y alejado de la realidad que nos oprime, para no enfrentar tu rol y poseerlo. Con el alma infantil, esquivando mis lágrimas y los reclamos del pequeño que percibe la falta de oxígeno de nuestros sentimientos. Mis manos ya no se elevan para atraerte y contenerte. Mis ojos ya no buscan tu boca para clamar por un beso. Mi amor ya no lucha por ese amor que tanto renegó de expresarse. Hoy amor, mi amor, se silencia en el dolor acumulado en el baúl de las pérdidas. Mis brazos caen al costado del cuerpo con la energía agotada de tanto andar contracorriente. Mi sueño de a dos se desmigaja como algo reseco y avejentado. Mientras tus acciones continúan atesoradas en la inexistencia. Mis latidos aún no ubican el destino del ritmo necesario para continuar. Pero saben que es imposible detenerse. Hoy el amor abre la puerta para despedirse y la mitad de mis sueños rotos se escapan en conjunto. La fortaleza se hace cada vez menos propia, con cada dolor que mi vida tropieza. Aunque buscaré en mi alma, sin descanso, tratando de encontrar la calma necesaria. Y entonces allí, en ese preciso momento, volveré a trazar mis sueños como protagonista y cubriré de amor cada poro de las heridas de mi niño. Latidos que lloran mi destino… los mismos que hoy me muestran, que no todo está perdido.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 09:04:15 +0000

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