Un poco de Astrologia para entender nuestro sistema solar. Las - TopicsExpress



          

Un poco de Astrologia para entender nuestro sistema solar. Las enseñanzas místicas acerca de la formación de un sistema solar, armonizan con la teoría nebular que dice que fueron expulsados desde la masa central del Sol a intervalos, parte de esa masa en forma de anillos formando los diferentes planetas, siendo los primeros arrojados los que se hallan más distantes del centro, mientras que Venus y Mercurio, que son los más cercanos, han sido expulsados los últimos. Detrás de cada acto hay un pensamiento y detrás de cada fenómeno visible hay una causa invisible. De la misma manera, hay una razón espiritual para la existencia y formación de los planetas en un sistema solar, y también una material explicación. El fuego nebuloso central puede ser considerado por nosotros, como la primera manifestación de un Dios Triuno y Señor de las Huestes, el cual contiene dentro de su Ser una multitud de otros seres, en diferentes etapas de desarrollo. Sus diversas necesidades requieren diferentes condiciones externas. Para proveer a tales necesidades, varios planetas fueron lanzados de la masa central estando cada uno de ellos constituidos diferentemente, y variando las condiciones climatéricas para cada uno. Sin embargo, todos ellos pertenecen al Reino de Dios, el sistema solar. En Él se mueven, viven y tienen su ser en el sentido más literal de la palabra, pues la totalidad del sistema solar puede ser considerado como el cuerpo de Dios, y los planetas como órganos del mismo cuerpo, vivificados por su Vida, moviéndose por su Fuerza de acuerdo con su Voluntad. Cada planeta es el vehículo físico de un exaltado espíritu de una inteligencia espiritual elevadísima, quien representa como ministro al Supremo Ser en tal departamento de Su Reino, esforzándose por cumplir la voluntad suprema, la cual tiene como finalidad el bien más elevado sin tener en cuenta el mal momentáneo. Estos Espíritus Planetarios ejercen influencia particular sobre los seres habitantes en el planeta que cada uno preside, pero tienen influencia también sobre los seres evolucionantes de los demás planetas, en relación con el desarrollo alcanzado por tales seres. Cuanto más atrasado en la escala evolutiva, cuanto más ignorante es un ser, tanto mayor influencia y poder ejercen sobre él los planetas, llegándose a dar casos de que respondan de una manera total y absoluta hasta a los más débiles aspectos; en cambio, el consciente, el elevado, el que lucha por dominar sus pasiones y alrededor ambiente, el que lanza pensamientos constructivos y amorosos, el que sonríe a la adversidad, domina las influencias estelares y se construye un porvenir risueño por este solo objeto. Los astrónomos de antes hablaban de Venus y Mercurio como de planetas inferiores, porque estos siempre se hallan cercanos al Sol, pues Venus se ve solamente como una estrella matutina o vespertina y Mercurio se deja ver raramente porque está siempre muy aproximado al Sol. Los otros planetas eran llamados superiores porque se ven a todas distancias desde el Sol y hasta el punto del horizonte diametralmente opuesto al Sol. Esta denominación de inferior y superior, son contrarias para el místico, pues para él es claro que el Sol es la incorporación de la superior inteligencia de nuestro sistema. En el principio de nuestra presente fase de evolución todo lo que ahora está fuera del Sol estaba dentro, pero no todos los seres pudieron continuar vibrando con el grado que allí había y como consecuencia de esto se quedaron detrás, se cristalizaron y llegó un día que se convirtieron en un obstáculo para los otros seres. Estos seres empezaron su cristalización en los polos, donde el movimiento es lento, pero gradualmente el aumento de su pesantez les arrastró hacia el Ecuador, donde existe el movimiento más rápido, y entonces, en su día, fueron expulsados del Sol por la fuerza centrífuga. Después a otros seres les pasó igual, no pudieron continuar viviendo con la intensidad que en el Sol se seguía, se rezagaron y fueron lanzados al Firmamento, a la debida distancia, para que las vibraciones solares pudieran darles la rapidez necesaria a su desarrollo. Los espíritus más avanzados permanecieron en el Sol más tiempo y, por lo tanto, si el calificativo inferior y superior debe ser aplicado en algún sentido, debe utilizarse en forma inversa. Con el objeto de evitar toda mala interpretación no estará de más el indicar que Júpiter fue expulsado y se le dio su inmenso volumen de substancia de fuego debido a que los jupiterianos habían llegado a un estado de desarrollo muy elevado, y, por lo tanto, necesitaban vibraciones altas y acción independiente. Júpiter es, por consiguiente, una excepción de la regla en algunos sentidos, un caso de esos en los que una ley superior posterga una inferior. En conclusión, reiteramos que los planetas en nuestro sistema solar son los organismos visibles de los Siete Espíritus delante del Trono de Dios, el Sol. Si nosotros deseamos obrar en armonía con las leyes del Bien, nos elevamos sobre todas las demás leyes y nos convertimos en leyes dentro de nosotros mismos, cooperadores con Dios y auxiliares de la naturaleza. Nuestro será el mérito si obramos así o, de lo contrario, nuestra será la pérdida si no somos capaces de vivir en la medida que nos brindan nuestras oportunidades. Así, pues, luchemos y esforcémonos para saber lo que podemos hacer, y sobre todo, guardémonos mucho de prostituir la divina ciencia de los astros con elcharlatanismo para la predicción de la fortuna.
Posted on: Wed, 06 Nov 2013 04:55:27 +0000

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