Un poco de historia sobre la prueba de parafina o método - TopicsExpress



          

Un poco de historia sobre la prueba de parafina o método parafinoscopico. En 1913, el doctor Gonzalo Iturrioz y Fomf, con motivo del homicidio con arma de fuego del general Armando J. de la Riva, jefe de la policía de la Habana, aplicó en los orificios de entrada de la ropa un placa de parafina que presionó para levantar los productos resultantes de la deflagración, entre ellos los nitrados. Ahora bien, para identificar estos últimos aplicó el reactivo de Guttman (difenilamina-sulfúrica), cuya reacción produce un color azul, y con base en su dispersión, determinar la distancia de los disparos. Tomando en cuenta esta experiencia, el Dr. José Antonio Fernández Benítez, también cubano, ideó, en 1922, el guantelete de parafina como medio captatorio de los derivados nitrados depositados en la superficie de las manos que habían accionado el arma de fuego, aplicando también en la superficie interna del guantelete, previamente abierto por sus bordes, el reactivo de Guttman. En el caso de existir elementos mitrados, aparecían pequeñas comas de color azul. En 1931, Teodoro González Miranda, del Laboratorio de Identificación Criminal de la Policía del D.F., introdujo en México la técnica de Fernández Benítez, conocida como “prueba de parafina”, misma que hizo del conocimiento de la Policía de los Ángeles, Carolina, donde se le conoció como “Test de González”. Es muy importante señalar que esta técnica no detecta la existencia de pólvora, sino que se aplica sobre cualquier sustancia oxidante, en especial u de acuerdo con los reactivos, a fin de verificar la presencia de nitratos o nitritos, es decir, es inespecífica. El Primer Seminario sobre Aspectos Científicos de Trabajo Policiaco, celebrado en Paris por la INTERPOL, en 1964, acordó: “El Seminario n considero que la tradicional prueba de la parafina tenga algún valor, ni como evidencia para llevarla ante las Cortes ni como segura indicación para el oficial de policía. Los participantes fueron de la opinión de que esta prueba no debería seguirse usando”. En pocas palabras, es considerarla poco sensible y escasamente específica. Dos años después, en 1966, Mary E. Cowan y Patricia L. Purdon, en un documento estudio presentado en la Decimoctava Reunión Anual de la Academia Americana de Ciencias Forenses, celebrada en Chicago, Illinois, dieron el golpe de gracia a la prueba de la parafina, all apuntar: “La evaluación critica del tipo, sitio y numero de las reacciones ofendas en modelos de manos de personas de las que se sabía habían disparado arma de fuego, y las comparaciones de estas características en reacciones similares obtenidas en modelos de un grupo de control de personas de las que se sabía o presumía que no habían disparado armas de fuego, no sirvió para establecer ningún distinción significativa”. NSAC
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 02:49:56 +0000

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