Un ser humano que ofreció belleza, que transmitió la infinita soledad de los que no tienen a nadie a su lado, que supo comprender los vaivenes del amor, que observó la naturaleza y la devolvió en música, que nos hizo vibrar con intensidad la hondura de la canción, que no claudicó, que hizo de la caballerosidad un estado permanente, que siempre estuvo alejado de la soberbia y la grandilocuencia. Que fue siempre un maestro pero no se la creyó. Eso y muchísimo más fue Eduardo Falú. Has quedado en la historia de nuestra cultura. Y será para la eternidad. Para la eternidad de los que entienden la potencia del arte como motor del caminar.
Posted on: Sat, 10 Aug 2013 04:40:12 +0000
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