Una noche en el Hospital Rosales Escrito por Claudia Nieto el - TopicsExpress



          

Una noche en el Hospital Rosales Escrito por Claudia Nieto el Lunes, 15 de Marzo del 2010 a las 7:23 Desde hace mucho, pensaba sobre el “abandono” de este blog y con tanto que tengo para compartir. Pero el factor tiempo es determinante y la lista de “prioridades”. A diario vivimos muchos hechos, sensaciones y realidades, unas compartidas otras presadas y muchas propias. Comienzo con una breve historia de una noche, geográficamente me encuentro en San Salvador, la capital de El Salvador específicamente en el Hospital Nacional Rosales, este es el hospital donde muchos salvadoreños del centro e interior del país vienen a diario por diversos problemas de salud buscando un alivio a sus penas, y es así como comienzan mis deseos de compartir lo que vives y sientes, porque no lo puedes evitar, no sabes si es coraje, tristeza u solidaridad. Me encuentro ubicada en el área mejor conocida como emergencias, es aquí donde luego de pasar consulta o una evaluación te explican que deberás ingresar al área de hospitalización para ser sometido al procedimiento, después que pasas a esta área los medicos, enfermeras evaluan los casos más graves y las camas disponibles son otro factor determinante para que en ese orden se vayan realizando los ingresos. Esta área en la que esperas el ingreso se denomina consulta, o por lo menos así se leen los rótulos, hay un área de sillas azules, en el fondo una estación de enfermeras, a su izquierda una puerta donde se lee: Administración, al lado izquierdo de esta puerta unos escritorios donde médicos se sientan a llenar formas, el área esta dividida en dos, a la derecha e izquierda, hay una especie de cortinas azules dentro de ellas se colocan pacientes en camillas, todo esperando que se le cumplan un horario que los médicos han establecido para cada caso. Las horas pasan… entran y salen personas del área de área de emergencias, muchos doctores viene y van, algunas veces en grupo, pasan de largo de los pacientes sin embargo cabe aclarar que cada paciente ya tiene una hoja de tiempo, (Que en base a las conversaciones que se escuchan del personal médico esta es la hoja en la que se asignan horas para dar medicamento a los pacientes del área), para que las enfermeras de turno cumplan. Observo como estos personajes de batas blancas representan una oportunidad para cada persona que espera, en muchos casos las horas pasan y no hay suerte, hay algunos pacientes que al salir de su hogar probablemente no sabían que tendrían que ser ingresados, en otros casos vienen pacientes con referencia de una especialidad para ser sometidos a procedimientos específicos, para lo cual han tenido que tomar una decisión previamente y te explican que por la falta de camas deberás esperar inclusive cinco días para ser ingresado. Durante esta espera observas y eres el protagonista de una agonia por lograr el ingreso, una y otra vez los doctores que realizán sus prácticas profesionales pasan frente a los pacientes de largo, de repente algunos se detienen y dicen: y usted cómo se llama? ¿ella cómo se llama? ¿Quién le realizó los exámentes a ella? o usted se llama maría? la paciente contesta sí yo soy, así mismo su familiar contesta rápidamente. El médico que hizo la pregunta sin decir una sola palabra se da la vuelta. Me llama la atención una mujer en este caso es la enfermera líder de la estación, quisiera preguntarle el nombre pero no hay que jugar con la buena suerte, me basta con describirla es de piel blanca, usa anteojos, cabello lizo color probablemente negro porque no se logra ver bien por la luz y lo lleva amarrado; ella cuelga sueros, hace preguntas a los doctores o viceverse, aparentemente esta sola, pero no, no es así hay otra compañera en la estación. Una mujer de unos 50 años se acerca a mí con apariencia muy triste sosteniendo las lágrimas me mira y dice: Mi papá murió, inmediatamente la abrase y mi corazón se solidarizó y trato de darle consuelo, me dijo: Me siento sola sin un familiar cerca, las personas que la han estado en vela durante la noche y han compartido la sala de espera la consuelan, le digo: tiene a alguién a quién llamarle? ella contesta: “sí a mi casa pero mi celular se descargo” bueno pero yo le presto el teléfono si se puede el número interrumpo, ella me mirá y dice: “sí lo tengo aquí anotado” ella realizó la llamada y se levanta me devuelve el teléfono y decide empezar trámites para que no se lleven el cuerpo de su anciano padre a medicina legal. Una mujer de unos 80 años llega a esta área, ella es una mujer delgada con unos hemosos ojos verdes y pestañas largas, piel trigueña, me llaman la atención esa mirada triste, ella pasó a ser parte de los pacientes que esperan una camilla para no recibir sus tratamientos en las sillas. La luz del día se aproxima nuevamente y con ello la esperanza de poder estar en una camilla para su familiar o uno mismo. Decidí escribir por todas las cosas que pasan por mi mente al ver y estar aquí, una señora camina balanceandose de un lado a otro, viene a ver como esta su hija… Son las 2:30am, algunos buscan sin éxito una bebida caliente para espantar el frío, la señora de ojos bellos tiene malestares se sostiene su estomago y se mira desesperada, pero no hace ni un solo comentario. Observo nuevamente a mí alrededor y veo rostros cansados y algunos tristes siempre en la espera de recibir noticia que ya hay una cama disponible en el área de hospitalización. Comienza una nueva ronda de para controlar el medicamento de todos, bueno, casí todos, mi vista se siente un poco cansada, hago una pausa, luego levanto mis mirada y observo a un joven que viene con su suero y otro medicamento en la mano, para su sorpresa la silla que dejó antes de levantarse, por suerte su acompañante le encontró un banquito. El teléfono sonó y mis nervios se complicaron un poco. Hora: 2:45am, …El INTERNO DE CIRU! EL INTERNO DE CIRU! NECESITO ATENCIÓN AQUÍ!!! gritaba la enfermera del área, nadie contesto, pero de repente aparece un joven doctor serio y le toma la presión a la paciente, sin decir nada se dió la vuelta y se retiró. La que pedía la ayuda era la enfermera que había mantenido un orden impecable durante la noche, ésta se lleva a su paciente hacia un lado. Un cuerpo esta en la salida con una sábana, es el padre de la señora de 50 años que se me había acercado, este señor antes de morír estuvo cuatro días en esta misma área esperando que le ingresaran, me acerco a la señora y le pregunto: ¿Logró que le entregaran a su papá? la mujer humilde contesta: Los cuatro doctores que estan ahí no me quiere firmar, ¿Por qué? pregunto nuevamente, ella inmediatamente me dijo: Dicen que ellos no se pueden hacer cargo y firmar. Un hombre que trabaja en el hospital se acerca a esta señora y al parecer le ayudará y se podrá llevar le cuerpo. Se escucha la voz de la enfermera líder que dice: Y de la señora que viene de Suchi le entregaron indicaciones?, su colega no contesto y todo quedó en silencio total! Me pregunto, ¿será buena idea estar aquí? pero bueno, en este momento no tengo otra opción. Una enfermera de otra área ingresa, me mira insistentemente, luego pide una silla de ruedas prestada, entonces comprendí, yo estoy sentada en una silla de ruedas, pero esta es mía, aquí es complicado encontrar un silla de ruedas y sobre todo que te la presten. Morfeo esta dispuesto a vencerme, pero la verdad no debo, ni puedo pegar un ojo, creo que sería peor si durmiera un poco, me distrae un n joven doctor pasa a paso lento con un rostro poco alentador, probablemente ya es el casancio. Ya por cuarta ocasión la de los ojos bellos vuelve a tener malestares, no hay ningún médico, ella esta en el suelo, al parecer no podía estar más tiempo sentada. Mi mente me juega una broma pesada si fuera el hospital donde trabaja “Dr House” (el de la serie), en estos momentos no hay ni un solo doctor aquí porque estan analizando cada caso, pero creo que no es así, pero al mismo tiempo me acorde de un capítulo donde decian: Los pacientes son números, estadísticas nada más! volví a mi realidad. Hora: 3:35am, otro joven doctor llega donde la mujer de los ojos bellos, pregunta si es la del nombre que lleva en el archivo, los familiares de la mujer rápido contestan: Sí ella es!, el doctor se da la vuelta sin decir nada y se va. Por cierto me acaba de hacer lo mismo a mí. Al fonde desde hace varias horas un joven y una mujer se hacen compañia mutuamente, han platicado casi toda la noche, ambos son acompañantes de dos pacientes diferentes que han logrado descansar en camilla. Hora: 3:55am, Dos doctores pasan por cada camilla indicando que tiene cada paciente, hacen un conteo y se vuelven a retirar. Morfeo me sigue insistiendo, yo escribo para no dormir. Ya son las 4:00am y se llevan a la mujer de ojos bellos al área de hospitalización. Son tan largas las horas, pero a las 6:00am, el nuevo turno de médicos ingresan, hay mucho movimiento entregando pacientes y procedimientos, pero nadie saluda o habla con los pacientes. Esta fué una sola noche en el hospital Rosales, yo pasé cinco días exactos esperando ingreso, pero estando dentro es otra historía digna de contar, pero será en otra ocasión. PD. Si un día no puedes dormir en tu casa, llama a tus amigos y visita el hospital rosales en el área de emergencia, ahí se desea de algo caliente para los que esperan, un chocolate, un atol. Espero que puedas hacerlo con tus amigos o grupo en el que te reunes.
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 04:21:53 +0000

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