Unas palabras de Juan Ignazio Zulaika que, simplemente, me habrÃa gustado escribir yo. Es cierto: "les darÃas dos ostias, pero...". Confieso que sólo recientemente he empezado a aprender a distinguir entre Oteiza y sus epÃgonos... Y es que "Oteiza les darÃa dos ostias, pero ellos... ni se las merecen siquiera". "Toto queriendo o sin querer ha tenido que trasladarse a Filipinas. Abandonó o le hicieron abandonar, qué más da. Consciente o inconscientemente, ha ido al destino que le pertenece. Me explico, el jai-alai, su grandeza, ha sido, sobre todo, popular por su internacionalización, se creó una industria porque se expandió, dejó el nido y echó a volar. Y lo hizo gracias a emprendedores, aventureros que dejaron de escribir y pasaron a la acción. Toto, no hay mal que por bien no venga, ha encontrado el lugar que le corresponde. En la más pura tradición de los Aranzibias tiene que volcarse en consolidar su frontón, el de Filipinas. Oteiza abandonó la escultura y le surgieron imitadores sin talento, pseudoartistas, esteticiens del arte, amigos del plagio. Personajes barojianos. Contradictorios, ególatras, temperamentales, autoritarios, histriónicos, brutos y a la vez de una sensibilidad extrema. Les darÃas dos ostias pero acabas abrazándolos porque los quieres, porque pertenecen a tu tribu . Mezcla de aventureros y quijotes creyeron luchar contra gigantes sin darse cuenta que eran molinos. Tozudos como el Capitán Chimista de Baroja que pese a ser detenido una y otra vez en el tráfico de esclavos no paraba de fletar más y más buques para volver a ser apresado. Son guerreros y, paradójicamente, también dragones a la vez, que luchan hasta el final con lo que tengan a mano, la espada o una lengua de fuego. Extrañas asociaciones."
Posted on: Sat, 07 Sep 2013 10:57:47 +0000
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