VICTORIANO HUERTA A MÁS COGNAC MÁS MAQUIAVELICO Para el chacal - TopicsExpress



          

VICTORIANO HUERTA A MÁS COGNAC MÁS MAQUIAVELICO Para el chacal sus más preucupantes enemigos más allá de los que en nuestra nación se manifestaban en su contra, eran finalmente el gobierno de Wilson y los empresarios en especial los petroleros. Sabía que ya contaba con Inglaterra pero no le era suficiente como para sentirse tranquilo. En adición pensó entonces además en Alemania. Por eso ideó una nueva ofensiva que si bien sonaba en extremo audaz, en el fondo tenía una buena lógica. Incrementó de la noche a la mañana a un peso el impuesto por tonelada extraída de petróleo y no sólo eso, también meditó la posibilidad de finalmente expropiar toda la industria petrolera para acabar de una vez con cuentos chinos. Blanquet quien era su Secretario de Guerra en principio se asustó y argumentó que eso significaría una traición en contra de los ingleses que tanto los habían apoyado. Sin embargo Huerta lo atemperó haciéndole la observación de que vería que el congreso aprobara un artículo en la ley que otorgara al presidente facultades extraordinarias para que a juicio suyo, una decisión de expropiación se hiciera flexible de manera de hacer excepciones que evitaran en este caso afectar a los que hasta el momento eran sus aliados. Con esto, Huerta terminaba de amarrar navajas y se hacía a un lado en el enfrentamiento abierto que se suscitaría ya solamente entre Estados Unidos y la Gran Bretaña. Todo esto a mediano plazo sifnificaría un capítulo de enorme trascendencia en razón de lo que en el mundo ya se estaba cocinando y en torno a lo cual México con sus grandes riquezas petroleras sería protagonista particularmente importante: la Primera Guerra Mundial. Huerta con tanto Henessy en la cabezota no proyectaba que el río que se estaba revolviendo haría que la profundidad de los manantiales estuviera muy lejos de ser vista con toda claridad. En cuanto a lo que sucedía al interior del país a Huerta le valía madres y no se detenía ante la actitud de los diputados del congreso. Sentía, sabía que los tenía “controlados” aunque aquellos no apoyaran sus planes y conducta. No sucedía lo mismo en el caso del senado donde de manera abierta sus participantes cada vez más se encargaban de denunciar con toda acritud al gobierno usurpador. A más de eso, también habían piedras en las botas de Victoriano. Una de ellas era la Casa del Obrero Mundial desde donde sus miembros también se manifestaban en su contra. En relación a dicha institución, el presidente de facto pretendía clausurarla pero no se atrevía dado que no quería propiciar conflictos laborales que fueran a afectar la productividad de las empresas. Había entre los senadores un señor chiapaneco de nombre Belisario Domínguez, quien no se detenía en su insistencia de calificar a Huerta con todos los adjetivos que coincidían con su personalidad: usurpador, asesino, incapaz de darle paz al país y más bien provocador de que la situación que entonces prevalecía fuera peor que antes. Cuando el yerno del chacal se enteró de lo expresado por Domínguez, enfureció y salió a salvaguardar la dignidad e imagen de su suegro. Hipócritamente Huerta dijo que había tratado de controlar a aquel de nombre Alberto Quiroz para evitar con ello que el conflicto cayera en el extremo. El hecho es que un día por la noche el yerno acompañado de tres elementos, se acercó al hotel donde se hospedaba el senador para secuestrarlo y obligarlo a acompañarlos a un cementerio en el cual ya previamente se había cavado una fosa. Estos malditos procedieron de entrada a cortar la lengua del pobre hombre, luego lo golpearon y por último terminaron baleándolo y sepultándolo. Huerta luego se decidió a disolver la cámara para poner fin a los ataques del Senado no obstante que Blanquet trataba de hacerle reflexionar que a la vista de las elecciones previstas para tres semanas después a esa fecha, el presidente Wilson seguro no se detendría en mandar tropas a México y así llegar a tomar el zócalo de la capital. Huerta de pronto me recuerda la obra de Mario Puzzo: El Padrino. Cuando se decidía a arrasar lo hacía en serio y debo reconocer que sus planes provenían de una mente diabólica pero con un contenido de gran inteligencia. Sabía imaginar y llevar a cabo estrategias como militar que luego llevó a la práctica en el terreno también de la política. Entendía muy bien y sabía jugar según la ubicación de los enemigos. Tenía razón cuando se rebelaba a la posibilidad de que un gobierno extranjero tomara las riendas de su país aunque aquel tuviera sobradas razones para tratar de imponerse. También le estaba claro que ese enemigo estaba enfrentado con otro que tenía a su gobierno en crisis cada vez mayor: el gran capital norteamericano. Buscaba inducir a que los dos se enfrentaran entre ellos para así debilitar a quien en ese momento era su principal amenaza al interior del país: Carranza y el Congreso de la Unión. Victoriano Huerta era como el experto en ajedrez que de pronto estaba capaz de jugar con varios contrincantes a la vez. @ap_penalosa antoniopatriciopeñalosa/
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 21:33:12 +0000

Trending Topics



ody" style="min-height:30px;">
Its colder than I can ever remember for November 24th. But I drug

Recently Viewed Topics




© 2015