X Hasta la mañana del día siguiente Gonzalo terminó la restauración del cuadro decapitado, devolviéndola a la vida, aunque sabía que tardaría en secar por lo menos dos semanas. Cansado se retiró al dormitorio, quedó dormido profundamente, al medio día se levantó nervioso y se dirigió a su taller, observó que el cuadro estaba normal como la primera vez que lo pintó, entonces sabía que el mal rato había pasado. Al abrir su armario, donde guardaba las demás obras que iba pintando, saltó de la nada una gran cantidad de pintura roja que le salpicó la ropa y se esparció por el piso. Sacó todos sus cuadros y todos estaban llenos de pintura color rojo oscuro y opaco , igual que la sangre cuando está sin oxígeno, tomó una esponja seca, los limpió y vio que absolutamente todos sus desnudos estaban decapitados, cada uno más sangriento y cruel que el otro. Volvió a desesperarse, toda su colección había muerto, era imposible restaurar todos en dos días para la exposición, pero sobre todo no entender lo ilógico y absurdo de lo que le pasaban a sus cuadros. Uno de sus cuadros tenía una rubia sin la mano derecha y degollada, en el piso estaba una especie de navaja escondido entre los matorrales. En otro una pelirroja sin sus ojos, con la cabeza cayendo y un manto oscuro tapando su seno derecho. Llamó a Catherine y le pidió que regresara a su departamento para que pudiera ver lo que estaba ocurriendo, ella en un comienzo se rehusó, en primer lugar por el mal genio que siempre carga y luego porque estaba harta de sus locuras.
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 04:39:47 +0000
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