XII Domingo de Tiempo Ordinario Actuar con humildad y sencillez Lc. 14:1,7-14 Jesús no fue una persona grata para muchas personas que se consideraban importantes en aquel tiempo. Hoy día, Jesús sigue siendo poco agradable para todas aquellas personas a las cuales la verdad de su mensaje les incómoda. En la historia del evangelio de Lucas, Jesús es invitado a una comida en la casa de uno de los fariseos, era una comida de gran importancia, y en el lugar Jesús observó que muchos de los invitados escogían los primeros lugares. De ahí que Jesús relata la parábola que está colmada de un mensaje incómodo para los que buscan reconocimiento. En esa parábola Jesús enseña un tema muy conocido de él: Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido, Mt 23:12; Lc 14:11 y en Lc 18:14. Vivimos en tiempos modernos en los cuales recibir reconocimiento por el esfuerzo y desempeño en nuestro trabajo es un gozo. Los premios y reconocimientos por un buen desempeño en los deportes, en lugar de trabajo, en la escuela, la política, son un hecho de nuestra sociedad, algo que ya desde los tiempos de Jesús era parte de la vida social. Ser reconocido no es pecado, buscar el reconocimiento con afán y presunción si lo es. La preocupación por una apariencia social, la ansiedad por buscar admiración y reconocimiento público se convierte en vanidad y presunción que causa una incapacidad espiritual la cual lastima nuestras acciones en la vida, algo a lo que Jesús claramente se oponía. Al enfocar el esfuerzo de nuestras acciones de nuestro servicio y ayuda a los demás en los premios o reconocimientos que podamos recibir, alimentaremos nuestro propio prestigio; más bien, como miembros de la comunidad cristiana estanos llamados a practicar la humildad que Cristo predicaba haciendo el bien con amor y sencillez para lograr un mundo mejor. El sacerdote francés Carlos de Foucauld del siglo diecinueve, decía: “Señor, te pido que me des el último lugar, de ese lugar nadie querrá quítame.” El libro del Eclesiástico señala que el que procede con humildad será apreciado con más sinceridad que al que actúa con presunción 3:19-21. Jesús aconseja que una manera de ver los frutos de la humildad es compartir con aquellos que son marginalizados y que no podrán recompensar la invitación y el favor. Lo que se hace por amor tiene más valor que lo que se hace por prestigio e interés propio. El Reino de Dios es para los humildes, Mt 5:1-12. La paz de Cristo
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 06:48:34 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015