XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CONTEXTO DE LAS LECTURAS: 1 - TopicsExpress



          

XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CONTEXTO DE LAS LECTURAS: 1 Reyes: 19, 16. 19-21: Elías, hombre pobre y nómada, dedicado al pastoreo aparece hacia el S. IX a.C., en el escenario de la división del reino de Salomón bajo su hijo Roboam y su principal general Jeroboam. Elías además de sus manifestaciones como profeta verdadero de Yahveh, se convierte en instrumento para el llamado a Eliseo, quien es un terrateniente sedentario, dedicado a la agricultura. Gálatas: 5, 1. 13-18: Después de que Pablo en sus exhortaciones doctrinales a los gálatas sobre la importancia de la fe para la salvación, hace un llamado a vivir en la libertad la experiencia de la fe de acuerdo al espíritu de Dios y no a las apetencias de la carne. San Lucas: 9, 51-62: Como preámbulo de lo que sucederá más tarde en Jerusalén, Jesús es rechazado en un pueblo de samaritanos y aprovecha intentos de algunos para seguirle, para explicar algunas de las exigencias de su seguimiento. Hoy podríamos iniciar dando como preámbulo el tema que recorren las lecturas de la liturgia de la Palabra de Dios: LAS EXIGENCIAS DE LA VOCACIÓN. Vocación cristiana es vocación a la libertad, esta libertad nos la conquistó Cristo; Pablo les advierte que la verdadera libertad, la que viene del Espíritu, libera de la esclavitud de la carne y del egoísmo. Lo primero que tenemos que meternos entre ceja y ceja que aquello que buscamos todos: placer, satisfacción, felicidad, plenitud, son metas humanas laudables y que Dios quiere que vivamos y desarrollemos, pero que sólo se consiguen con un buen ejercicio de la libertad en el seguimiento a Él; puesto que lo contrario, estar apartados de Dios como de la fuente que nos puede calmar la sed (de felicidad, placer, satisfacción y plenitud), nos haría esclavos en LAS PASIONES Y SATISFACCIONES PASAJERAS, que nos conducen a la infelicidad y vacío existencial. No obstante tenemos que poner de nuestra parte para que nuestros pasos en el camino de Dios sean aunque posiblemente lentos, progresivos y graduales. Eliseo no sabe negarse; sacrifica la pareja de bueyes con que araba, abandona su familia y se pone al servicio de Dios. Se dan en el caso de Eliseo las condiciones de una vocación especial: a) llamada de Dios, b) respuesta a la llamada, c) ruptura con el pasado y d) nuevo género de vida al servicio de su misión. EL JARDIN FLORIDO • En un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, había un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era.! Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano: "Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¡mira qué fácil es!" "No lo escuches", exigía el rosal. "Es más sencillo tener rosas y ¡ve que bellas son!" Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: "No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la Tierra. Yo te daré la solución... No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, conócete... y para lograrlo, escucha tu voz interior." Y dicho esto, el búho desapareció. "¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?..." Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... - Tienes una misión: ¡Cúmplela!" Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz. Yo me pregunto al ver a mi alrededor: ¿Cuántos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?... ¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?... ¿Cuántos, naranjos que no saben florecer? En la vida, todos tenemos un destino que cumplir y un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser." Jesús, al que quiere seguirle le exige: A) Ser llamado (DON). Quiere decir escuchar nuestra voz interior que nos permite reconocernos como Hijos de Dios, únicos e irrepetibles, con muchísimos dones y virtudes para dar y con algunos defectos o limitaciones que superar. B) Desapego de BIENES MATERIALES, AFECTOS (segunda lectura de San Pablo lo manifiesta poniendo de ante mano la necesidad de la libertad). Desapegarnos de las cosas exteriores a nosotros o de otros que no podemos ser o hacer, descubriendo mi propia realidad de riqueza desde mi interior hacia afuera, para no valorarme por lo que tengo sino por lo que soy. C) Ruptura con el pasado. "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". Dejar de lado muchos sentimientos, pensamientos y actitudes humanas negativas que obstruyen la misión a la que hemos sido encomendados, como en el caso de Santiago y Juan: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?” No seguir sufriendo y lamentándome por todo lo intentado y no logrado. Libres de la manera como otros piensen, sin cargar con condenas o resentimientos hacia los demás que no son como nosotros. D) Misión (CONQUISTA): Jesús se encamina decididamente hacia el cumplimiento de su misión. El viaje de Jesús a Jerusalén no es un viaje turístico. Por eso el maestro exige a los discípulos la conciencia del riesgo que comparte esa aventura: “la entrega de la propia vida.” Sentirnos fuertes y seguros de nosotros mismos, imágenes de Dios, con la disposición y arranque por poner todo de nuestra parte para realizar nuestra propia vocación siempre tendiendo a lo máximo de cualquier tarea que hagamos y recordando la meta que Jesús nos propone: “ustedes, pues, sean perfectos como es perfecto su Padre celestial” (Mt 5,48). ¿Cuál es el motor que nos impulsa a mantener la respuesta a Dios? También San Pablo lo recuerda cuando en su exhortación a los Gálatas hace referencia AL AMOR. Sólo por amor, por enamoramiento de la Causa de Jesús, podremos avanzar en el seguimiento. Ni las prescripciones legales, ni los encuadramientos jurídicos, ni las prescripciones ascéticas pueden suplir el papel que el amor, el amor directo a la Causa de Jesús y a Dios mismo a través de la persona de Jesús, tiene que jugar un papel insustituiblemente en nuestras vidas llamadas. Una vez que ese amor se ha instalado en nuestras vidas, todo lo legal sigue teniendo su sentido, pero es puesto en su propio lugar: relegado a un segundo plano. «Ama y haz lo que quieras», decía san Agustín; porque si amas, no vas a hacer «lo que quieras», sino lo que debes, lo que Dios amado espera de ti. Es la libertad del amor, sus dulces ataduras. PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL ¿Qué ataduras me impiden seguir a Jesús? ¿Soy yo de los que a veces querría “hacer bajar fuego del cielo”? ¿Cuáles son hoy las principales exigencias del seguimiento en nuestro mundo? P. Jhon J. Flórez G.
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 05:35:59 +0000

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