Y Jesús, la noche antes de que lo asesinaran, manifestó con toda - TopicsExpress



          

Y Jesús, la noche antes de que lo asesinaran, manifestó con toda claridad cómo quería ser correspondido: Ahora les doy mi Mandamiento: Ámense unos a otros, como yo los amo a ustedes. No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si cumplen lo que les mando... Y yo les mando esto: que se amen los unos a los otros (Jn 15,12-14.17) En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se aman unos a otros. (Jn 13,35) Es la insistencia de una persona que sabe que va a morir, dejando su último deseo a los suyos. Procuremos reflexionar sobre el significado de estas palabras, ayudándonos, como siempre, de diversas citas bíbli­cas. De nada serviría conocer el Amor de Cristo, si no sabemos vivir sus consecuencias. 20. “SI TAL FUE EL AMOR DE DIOS, TAMBIÉN NOSOTROS DEBEMOS AMARNOS MUTUAMENTE” Es la consecuencia lógica del Amor que Dios nos ha demostrado. El que cree de veras en Dios, tiene que amar a los amados de Dios. Y el que diga lo contrario, miente. En el Nuevo Testamento es tan clara esta lección, que bastará meditar unas cuantas citas bíblicas, que se comentan por sí solas. Esto, o se entiende o no se entiende. Pero no tiene más vuelta de hoja. Veamos lo que dice Juan dirigiéndose a los primeros cristianos: Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios: pues Dios es Amor... Si tal fue el Amor de Dios, también nosotros debemos amarnos mutuamente. Nadie nunca ha visto a Dios, pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros... Entonces amémonos nosotros, ya que él nos amó primero. El que dice: “yo amo a Dios”, pero odia a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, y no amar a su hermano, a quien ve? Él mismo nos ordenó: El que ame a Dios, ame también a su hermano. (1 Jn 4,7-8.11-12.19-21) El que ama al Padre, ama también a todos los hijos de ese Padre. (1 Jn 5,1) Es una exigencia fuerte y arrolladora de amor al prójimo, ya que la única forma de conocer y amar a Dios es a través de los hermanos. Cristo se ha metido en los seres humanos y en la historia de tal manera, que no se le puede encontrar si no es a través de personas concretas. La medida del amor que le tenemos a Dios es la medida de nuestro compromiso por los otros. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano, es un asesino, y, como lo saben ustedes, en el asesino no permanece la Vida Eterna. Jesucristo sacrificó su vida por nosotros y en esto hemos conocido el Amor; así también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Cuando alguien goza de las riquezas de este mundo, y viendo a su hermano en apuros le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá el Amor de Dios en él? Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios afuera, sino verdaderamente y con obras.
Posted on: Sun, 01 Dec 2013 04:37:34 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015