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+. !! YA VIENE JESUS !! +. Tiempo de Adviento. DEL ADVIENTO . Adviento es una palabra de etimología latina, que significa “venida”. • Adviento es el tiempo litúrgico compuesto por las cuatro semanas que preceden a la Navidad como tiempo para la preparación al Nacimiento de Jesus. • El adviento tiene como color litúrgico al morado que significa penitencia y conversión, en este caso, caminas lleno de esperanza ante la inminente venida del Señor Jesus. • El adviento es un periodo de tiempo privilegiado para los cristianos y se nos invita a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro. • El adviento es memoria del misterio de gracia del nacimiento de Jesucristo. Es memoria de la encarnación. Es memoria de las maravillas que Dios hace en favor de los hombres. Es memoria de la primera venida del Señor. El adviento es historia viva. • El adviento es llamada, para vivir el presente de nuestra vida cristiana comprometida y a experimentar y testimoniar la presencia de Jesucristo entre todos nosotros y por nosotros. El adviento nos invita a vivir siempre vigilantes, peregrinando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor. • El adviento es presencia encarnada de de Jesus en cada hombre cristiano, que cada vez que hace el bien, se purifica y se encarna en la natividad. • El adviento prepara y anticipa el futuro. Es una invitación a prepararse para una ves mas encontrarse con Jesus y ya en la “majestad de su gloria”. Viene como Señor y como Juez. • El adviento nos hace proclamar la fe en su venida gloriosa y nos ayuda a prepararnos a ella. • El adviento es vida futura. • El adviento es tiempo para la revisión de la propia vida a la luz de Jesus, a la luz de las promesas bíblicas. • El adviento es tiempo para el examen de conciencia continuado, arrepentido y agradecido. • El adviento es proyección de vida nueva, de conversión permanente, del cielo nuevo y de la tierra nueva, que sólo se logran con el esfuerzo de cada día en cada una de nuestras intenciones. • El adviento es el tiempo de María de Nazaret que esperó, que confío en la palabra de Dios, que se dejó guiar por El, y en quien floreció y alumbró el Salvador de mundo. • “El adviento es un tiempo de preparación para la navidad, donde se recuerda a los hombres la primera venida del Hijo de Dios. Es un tiempo en el que se dirigen las mentes, mediante este recuerdo y esta espera a la venida de Cristo, que tendrá lugar al final de los tiempos” . • “El adviento tiene una triple dimensión: histórica, en recuerdo, a la celebración del nacimiento de Jesucristo; presente, en la medida en que Jesús sigue naciendo en medio de nuestro corazón a través de cada liturgia que celebramos. • “El adviento, es presencia y espera, es tiempo de esperanza gozosa y espiritual. Toda la liturgia de este tiempo persigue una finalidad concreta: despertar en nosotros, el anhelo en Jesus Divino. Para saber el origen del adviento es preciso remontarse al siglo IV. “El Concilio de Zaragoza (año 380) este, habla de un tiempo preparatorio a la navidad, que comprende desde el 17 de diciembre, ocho días antes de la gran fiesta del nacimiento de Jesús, y obliga a los cristianos a asistir todos los días a las celebraciones litúrgicas hasta el día 6 de enero. En Francia, San Gregorio de Tours, menciona un período de ayuno para celebrar a partir del 11 de diciembre. Lo que confirió a este tiempo un carácter penitencial y ademas nos invita a la comunidad Cristiana a una gran celebración de la fiesta de la navidad. Progresivamente, según se va enriqueciendo de contenido teológico el memorial de la Nativitas domini, así se va diseñando el adviento como una sentida y hermosa celebración litúrgica, hasta llegar a nuestros días, así como la conocemos. • Cuatro son los grandes guías del adviento: en espera, en preparación y anuncio del Dios que llega y del Señor que se acerca. El primero de ellos es el profeta Isaías. En el Nuevo Testamento destacan María de Nazaret y su esposo José y Juan el Bautista, auténtico profeta del adviento. “Así también a Isaías. Habría que leerle con paz interior, dejando que ilumine nuestras conciencias, aliente a la esperanza, anime a la conversión, promueva nuestras intenciones de paz y de reconciliación entre los hombres y entre los pueblos. Adviento es también el tiempo de María; es litúrgicamente más mariano que ninguno otro a lo largo del año . Es María madre, es Maria de la expectación que orienta a la Iglesia que está llena de JESUS; padre, hijo y hermano y lo pone como luz en el mundo, para que el resto de sus hijos y y hermanos habitemos la tierra en paz unidos a EL, por EL y para EL . “María de Nazaret es la estrella del adviento. Ella llevó en su vientre con inefable amor de madre a Jesus. Ella vivió un adviento de nueve meses en su regazo materno y virginal, en su mente y en su corazón. Ella es la “mater spei”, el modelo de la espera y de la esperanza. Supo, como nadie, preparar un sitio al Señor Jesus, el Hijo que florecía en sus entrañas. • El desierto, el ámbito donde clama la voz del Señor a la conversión, donde mejor se escuchan sus designios, el lugar que se convertirá en vergel, que florecerá como la flor del narciso. • El camino, signo por excelencia del adviento, camino que lleva a Belén. Camino a recorrer y camino a preparar al Señor. Que lo torcido se enderece y que lo escabroso se aclare. • La colina, espacio de paz y tranquilidad que nos alienta y convierte. • El valle, símbolo de nuestro esfuerzo por elevar la esperanza y mantener siempre la confianza en en Jesus. Y ¡Qué los valles se levanten para que puedan contemplarlo!. • El renuevo, el vástago, que florece desde su raíz y sobre el que se poza el Espíritu del Señor. • El silencio de la noche y la luz del día donde se manifiesta Dios y resuena para siempre la Palabra hecha carne. • El gozo, sentimiento hondo de alegría, el gozo por el Señor que viene, por el Dios que se acerca. El gozo de ser salvados. • La luz, para el pueblo que camina en tinieblas, que habita en tierras de sombras, y que hoy se ve envuelto en la luz divina con el alumbramiento del Señor. Esa luz expresada hoy día en los símbolos litúrgicos y en la corona de adviento. • La paz, que es el don de los dones, la plenitud de las promesas y profecías el anuncio y certeza de que quien viene es el arbitro de las naciones, el juez de pueblos. “De las espadas se forjarán arados; de las lanzas, podaderas”. Y “¡Qué en sus días florezca el amor, la justicia y la paz celestial. Todos estos lugares, todos estos símbolos, conducirán, como un peregrinar, al pesebre de Belén, que una ves mas, nos alegran con la festividad del adviento. La corona de Adviento. Se trata de una corona de ramas verdes, en la que se fijan cuatro velas vistosas, generalmente violáceas. Suele colocarse sobre una mesita, o sobre un tronco de árbol, o colgada del techo con una cinta elegante. En principio, no se pone encima del altar, sino junto al ambón o en otro lugar adecuado o junto a una imagen de la Virgen Santa María. Por ello la corona es así el primer anuncio de la NAVIDAD. La corona es una costumbre originaria de los países germánicos y extendida a América del Norte, ya convertida en un símbolo, ya en los templos, parroquias y santuarios y ya en los hogares y comunidades en todo el mundo Cristiano. Durante el frío y la oscuridad del final del otoño los pueblos germánicos precristianos recolectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza. La Corona de Adviento encuentra un espléndido referente en Jesucristo, la luz del mundo, el vencedor de la oscuridad y de las tinieblas. • La Corona de Adviento es un circulo de ramas o follaje verde, cuatro velas y un adorno sobre ellas; manzanas rojas y listón rojo. La Corona circular hace presente la figura perfecta que no tiene principio ni fin, evocando la unidad y eternidad de Nuestro Señor Jesucristo que es el mismo ayer, hoy y siempre (cfr. Heb 13, 8). Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio ni fin. Es así mismo invitación para que también nuestro amor a Dios y amor al prójimo siga vivo por siempre. El follaje o ramas verdes pueden ser de de pino, abeto, hiedra.... Los adornos, son unas manzanas rojas y un listón rojo. Las manzanas representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva. Hablan, del pecado de la expulsión del paraíso y el anhelo permanente del hombre de regresar a él. Por eso el listón rojo significa el amor de Dios que nos envuelve y nuestra respuesta también de amor a ese amor de Dios. Las cuatro velas: Representan los cuatro domingos que integran este tiempo de vigilante espera. Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Y así con cada vela que encendemos, la humanidad se ilumina y aun mas con la llegada de Jesucristo a nuestro corazón. El encendido de las velas como expresión de alegre expectación, cada semana, se realiza el rito de encender las velas correspondientes: el primer domingo de Adviento, una, el segundo, dos, el tercero, tres, el cuarto y último, las cuatro. El progresivo encendido de estos cirios nos hace tomar conciencia del paso del tiempo en el que esperamos la última y definitiva venida del Señor. Este itinerario, acompañado de oraciones y cantos nos marca los pasos que nos acercan hasta el día de Navidad. • Esta costumbre del encendido de las velas, puede realizarse en todas las misas dominicales de las parroquias incluyendo la vespertina del sábado. En las comunidades religiosas, en cambio, será mejor hacerlo en la celebración en la que se inaugure cada semana las primeras Vísperas. La Corona que se ha instalado en la iglesia parroquial, se puede bendecir al comienzo de la Misa. La bendición se hará después del saludo inicial, en lugar del acto penitencial. !! El significado global de la Corona de Adviento: Este sencillo lucernario es a la vez memoria, símbolo y profecía !! . ** Es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo. ** Es símbolo de la luz profética, que ilumina la noche de la espera, hasta el amanecer y ver la llegada de NUESTRO SEÑOR JESUS, NUESTRO SALVADOR. ** Es profecía de Cristo, luz que vuelve para iluminar definitivamente al mundo y a quienes esperamos con las lámparas encendidas. EL ADVIENTO EN LOS PREFACIOS DE LA MISA El Prefacio es la parte de la plegaria eucarística de la Santa Misa, previa a la consagración, en la que el sacerdote, en union con todo el pueblo santo y peregrino glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra de la salvación o por algunos de sus aspectos particulares, según las variantes del día, fiesta o tiempo litúrgico. En el actual Misal Romano hay cuatro Prefacios generales de Adviento. Los Prefacios 1 y 3 se rezan desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, y los Prefacios 2 y 4, del 17 al 24 de diciembre. La lectura y meditación de los cuatro prefacios nos muestra espléndida y hermosamente la identidad del Adviento de sus signos, símbolos, praxis y como María Virgen siempre en unidad íntima con la Navidad y nos guía hacia Ella. Estos Prefacios, algunos de los cuales nos repiten su intención por su riqueza, hondura y contenido. • • “Quien al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación”. “A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de Madre” • • “El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la espera dichosa de su reino” • • “Para que cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, deseamos alcanzar” “Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la historia, aparecerá revestido de poder y de gloria, sobre las nubes del cielo. En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva” • • “Vigilante espera” “Prepararnos con alegría” “Velando en oración y cantando su alabanza” “Recibir al Señor en la fe, testimoniarlo en el amor y esperar confiados en su reino” • • “A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de Madre, Juan lo proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres” “Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sión ha germinado aquel que nos nutre con el pan de los ángeles, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz. • • La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida. Así donde creció el pecado, se ha desbordado tu misericordia en Cristo, nuestro Señor”. LOS DONES QUE EL SEÑOR QUE VIENE NOS TRAERÁ “El pan de los ángeles” “La salvación y la paz” “La gracia recuperada” “El don de la vida nueva” y el desbordamiento de misericordia” a toda la humanidad. + A todos los hombres y mujeres de todos los lugares de nuestra bendita tierra, de todos los tiempos y edades; QUE EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESUS CORONE DE BENDICIONES SUS INTENCIONES ILUMINE CON LUZ CELESTIAL SUS CORAZONES Y BAÑE DE AMOR A TODAS SUS FAMILIAS AMEN. + Por JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR AMEN. + manuel Ob. OBC. En los tiempos de nuestro SEÑOR.
Posted on: Sun, 01 Dec 2013 04:22:50 +0000

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