el lobo llega a la casa de paja del primer cerdito y llama a la - TopicsExpress



          

el lobo llega a la casa de paja del primer cerdito y llama a la puerta: "inspector de la vivienda..." el cerdito tiembla de miedo. al final abre la puerta. "¿diga?" "propiedad y licencia de construcción", responde el lobo. "¡ay!", dice el cerdito, "¿dónde la guardé?" el lobo lo mira con los ojos entornados. "a mí no me vengas a meter cuentos", dice el lobo, "que esta casa es un llega y pon. ¡si viene un ciclón esto es un peligro!". "pero mire", replica el cerdito, "no se ponga así. seguro que podemos resolverlo..." "bueno", dice el lobo, "si me pasas un pernil..." el cerdito se mira las piernas. "no, ¡eso no!" "bueno", dice el lobo, "entonces esto hay que echarlo abajo". "¡no me haga eso, por su madre! ¡si yo me metí quince años en una microbrigada!" "a mí eso no me interesa", responde el lobo indolente, "esta vivienda es ilegal, precaria e insalubre". "¡ay dios mío!", grita el cerdito corriendo a casa de su hermano mientras el lobo sopla para tumbar la choza. "mi hermano", dice el cerdito al llegar a la casa de madera, "me vas a tener que albergar una temporada". "¿y por qué no te alquilas?", pregunta el otro cerdito. "¡tas loco! ¿tú has visto cómo están los alquileres? pa eso le hubiera pagado al inspector, que, a propósito, viene por ahí". "inspector de la vivienda...", grita el lobo al llegar a la casa de madera. "¿sí?", dice el cerdito mediano abriendo la puerta. "propiedad y licencia", responde el lobo. "no, mire", dice el cerdito, "yo acabo de comprar esta casa, y no tenía papeles". "¡ja!", exclama el lobo, "¡compra ilegal!" "¡cómo que ilegal, compañero! ¡si ya se puede!" "pero no tiene papeles, ¿no?" el cerdito duda. "ah... no". "pues hay que echar abajo esta casa". "¡no me haga eso, por su madre! ¡que esta casa me costó quince mil fulas!" "¿quince mil esta covacha?", pregunta el lobo. "sí", dice el cerdito, "como está en playa..." "bueno", dice el lobo, "me pasas un pernil y resolvemos". el cerdito se mira las piernas, igual que su hermano. el lobo ve entonces al otro cerdito. "¿usted está alquilando? a ver, deme la licencia". "no, compañero. este es mi hermano que vino del campo a hacerse un chequeo en el almeijeiras". "dos perniles, entonces". "no, ¡eso no!" "¡pues esto va abajo!" "¡ay, dios mío!", gritan los dos cerditos corriendo a casa del hermano mayor, mientras el lobo sopla para tumbar la casa de madera. "ja", piensa el lobo al llegar a la casa de mampostería del cerdito mayor –un palacete de tres plantas, cuatro plazas de garage, puertas y ventanas de madera y cristal y un muro con cariátides y delfines en el arco de la entrada–, "este está en algo. ¡lo voy a partir!" "inspector de la vivienda..." "¿diga?", se escucha la voz del cerdito a través del intercomunicador. "propiedad y licencia", dice el lobo, "¿con qué dinero usted construyó esta casa? no me irá a decir que con el de las remesas..." "no, compañero", responde el cerdito, "yo trabajo en una firma". "bueno", dice el lobo, "eso está muy bien, pero su vivienda se encuentra encima de la duna. hay que tumbarla". "¡cómo que encima de la duna, compañero!", exclama el cerdito, "¡si el hotel de al lado está casi en el agua y no lo han tumbado!" "eso no es mi problema", dice el lobo, "eso es con el mintur. lo mío son las viviendas particulares". "¡lo de usted son ganas de joder!" grita el cerdito, "¡arriba, hermanos, a vender cara la vida!" "¡no me hagan eso, por su madre!", exclama el lobo, compungido, "¡que ya la carne de puerco está carísima!"
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 19:58:50 +0000

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