youtube/watch?v=Te11UaHOHMQ Young And Beautiful El espejismo de - TopicsExpress



          

youtube/watch?v=Te11UaHOHMQ Young And Beautiful El espejismo de su sonrisa enciende engranajes de un cuerpo marchito que nació con su voz y pereció en su silencio. La estancia circular de la torre olvidada acusa su austeridad y clama entre sombras una pizca de espíritu glorioso. Llueve. El techo pulcro permanece intacto pero una llovizna espectral cae de la nada e inunda la habitación. Siento las gotas taladrando mi cuerpo desnudo extendido sobre un catre mientras penetro con la mirada la cortina de agua para observar inquieto una bóveda maciza. Afuera los granos de arena transcurren y me acercan el momento anhelado, la hora temida, el instante soñado, la ocasión alarmante. Resuenan sus pasos. A mi derecha una ventana amplia da vista a la nada absoluta y al cielo teñido de muerte. A mi izquierda el umbral de la puerta sumido en penumbra se ilumina a medida que ella se aproxima. Entonces aparece. Ángel caído, deidad desterrada. ¿Acaso escucha el lamento del coro divino? ¿Se percata de que cielo e infierno cuestionan pasmados su paradero y avistan el fin inminente de los tiempos? Quien la echó la llama, quien la guardó ahora sufre, y yo que la esperaba bendigo la maldición de su llegada. Porque contemplo su figura etérea apenas ataviada con un blanco transparente y experimento la nefasta, adictiva electricidad de su presencia. Afuera de la torre olvidada grietas coléricas aparecen devorando pasado y presente. Y ella allí, en la entrada, envuelta en brumas milenarias cargadas de tragedia. Te acercas. Tu semblante sinónimo de suplicio consigue hacer gala de orgullo inflexible. Sostienes mi mirada, trepas a la litera, subes la única prenda hasta la cintura y montas mi cuerpo. La danza censurada de tus caderas hipnotiza mis sentidos e incita a mis manos a rebasar la fortaleza de tu vestido. El gozo teñido de luto devora nuestros cuerpos al tiempo que tormentas atroces nos embisten sin tregua. Delirio prohibido y nostalgia perpetua entrechocan en una soberbia lucha por el dominio de nuestras almas sombrías. Pero es cuando abres tu boca que se desata el éxtasis siniestro causante de mi calvario exquisito. ¡Canto solemne! ¡Himno inefable! ¡Voz omnipotente! Liberas la melodía portadora de los intrincados misterios de la humanidad condenada. El movimiento de nuestro ritual se acopla a tu susurro cadencioso y vislumbro entonces la creación de todas las cosas. La vela de la existencia se consume mientras diviso en las notas que sueltas cada proeza y vergüenza jamás realizada. Y comprendo por fin que la historia no es más que la cadena de sucesos que tu voz excelsa ha querido producir y conducir. Te oigo en el ayer, te oigo en el mañana, te oigo por encima de todo lo lógico e inconcebible. Entonces ruego con dolor que intervengas e ilumines a los miserables. Diles que el progreso está en la toma de la Bastilla. Adviérteles que en popa se despidan del último atardecer porque ya no habrá 15 de abril. Salta con ellos al vacío cuando desde algún piso 80 huyan a la muerte vestida de escombros y trozos de avión. Susúrrale que pida al Pater perdonarlos porque no saben lo que hacen. Y júrame, júrame, júrame mil veces que romper lo nunca unido desgarra el alma porque necesito la indeleble, abrasadora cicatriz de tu partida para comprender por fin mi cruel destino para siempre. ¡Acalla el llanto de los violines! Que hagan silencio y detengan el pasillo fúnebre que rinden a tus lágrimas, gotas ardientes que en vano intentan evaporar una laguna negra que de a poco sumerge mi rostro y distorsiona tu ya borrosa figura. Despréndete de mí como tus cabellos ahora grisáceos que te abandonan y se funden con el líquido oscuro hogar de espíritus podridos como el mío. Enmudece, que el universo agoniza y tu voz con él. Allá fuera el mundo ya no es mundo y acá dentro las estrellas ceden su lugar a agujeros que se alimentan de tu fulgor. Sí, levántate. Dirígete a la ventana e ignora mis gritos lastimeros. No des vuelta, arrastra contigo el agua que te cubre como capa de reina. Sella tu boca por la eternidad, lánzate, desaparece. Y entonces contestaré con aire derrotado de guerra perdida a la pregunta que nunca hiciste…Cuando ya no haya ser alguno que me oiga y ni siquiera mi mente sepa lo que digo, mi corazón carbonizado escuchará y albergará la certeza de que incluso cuando no seas joven ni bella te amaré por los siglos de los siglos. Por los siglos de los siglos… Por los siglos de los siglos, amé. Jef Volkjten
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 23:20:06 +0000

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