- Satanás... El ángel rebelde que había abandonado la senda de Dios... Pero, ¿aquello era realmente cierto? ¿Realmente Satanás había abandonado por su propia cuenta el lado de Dios? Las viejas historias cuentan sobre un ángel que le dio la espalda a Dios iniciando una guerra por el otro de los cielos, mas eso no era del todo cierto. Satanás, Lucifer, y los que ahora son considerados demonios traidores a los cielos jamás le dieron la espalda a Dios, y todavía aman y veneran a su padre, confinados en el infierno por nada más y nada menos que el Arcángel Gabriel, el "favorito" de Dios, su mano derecha, aquél que dirige a los ejércitos de los cielos y es el encargado de intervenir en algunas ocasiones, como por ejemplo durante el nacimiento y vida de Cristo. La verdadera historia, vendría a ser así: Gabriel, durante mucho tiempo había planeado tomar el puesto de Dios, en su afán por dominar los cielos y había reunido a un ejército de arcángeles para su gran ataque, arcángeles leales a él, y desleales al Todopoderoso. Muchos dicen que Dios es omnipresente y que todo lo ve y sabe, pero lo cierto es que jamás sospechó ni se enteró de esta rebelión organizada por Gabriel, jamás supo de el vil ataque del ángel. Mas si lo hicieron los ángeles como Lucifer y Satanás, quienes también reunieron un ejército de ángeles leales a Dios con la intención de detener a Gabriel, tratando de que su padre jamás se enterase ni supiese de la traición del que ya entonces se consideraba su favorito, pues sabía lo dolido que estaría Dios. La guerra entre los dos ejércitos de ángeles hizo estremecer los cielos, incluso la Tierra misma se vio afectada, terminando la batalla con la destrucción de los rebeldes de Gabriel, y la cuasi derrota de los defensores de Satanás... Gabriel había sido claramente derrotado, no había escapatoria para él, pero entonces Dios apareció en el campo de batalla viendo a Satanás y a sus filas bañados en la sangre de sus hermanos ángeles y a Gabriel malherido, pero todavía en pie... Astuto mentiroso el arcángel revirtió la situación a su favor, diciéndole que el plan que él mismo había elaborado era en realidad el plan de Satanás, culpándolo a él de sus crímenes. Satanás siempre había sido visto como un arcángel "rebelde" por todos, debido a la filosofía que él llevaba en la que decía "ustedes le dan a Dios lo que él quiere, yo le doy lo que él necesita" ... Filosofía que ni Dios ni nadie entendió realmente y el todopoderoso consideró que las mentiras de Gabriel eran verdades, por lo que todo el ejército de Satanás fue confinado a una oscura prisión en el interior de la Tierra, prisión ardiente que luego sería llamada el Infierno... Incluso los arcángeles que habían muerto, buenos o no, habían sido confinados ahí y empezaron a perder todos juntos su armoniosa forma angelical, conviertiéndose poco a poco en lo que hoy se conoce como demonios, reproduciéndose, esparciéndose, perddieno la mente hasta el punto de volverse criaturas retorcidas y malvadas... Todo por causa de su confinamiento. A los días después de aquella batalla, Gabriel se enteró de un detalle interesante, Satanás iba a ser padre y la madre era otra ángel... No dudó ni vaciló cuando el niño nació, nuevamente usó su oscuro ingenio para lograr sus fines... En aquella guerra él había sido humillado y derrotado, pero ésta vez sería distinto. Gabriel asesinó a la madre justo después del parto y lo preparó todo para que pareciese obra de un demonio que había escapado del infierno. Posteriormente crío a aquél niño como suyo, entrenándolo con el único fin de que el obtuviese el poder para matar a Satanás y luego... Bueno, luego se encargaría de que el crío muriese en un desafortunado accidente. ------- Las espadas nuevamente se cruzaban, parecía un vaivén de golpes sin fin con una compleja estrategia elaborada por cada uno de los duelistas rivales, buscando tener por sobretodo ventaja sobre el otro, derrotar a su enemigo... Ninguno lo lograba pese a todo, y las espadas seguían chocando, como también algún que otro puntapié y puñetazo que si no era esquivado, era bloqueado a la perfección por el otro. Eyael lucía realmente agotado, pero el fuego de su espíritu combatiente no flaqueaba y si contrincante sabía que tal vez ese era uno de los mejores atributos del ángel. El general Clark Morend, de la Inquisición, sin embargo lucía listo para dar más batalla en aquél entrenamiento de rutina, en el que Eyael no había adoptado aún su forma de arcángel, debía aprender a derrotar a cuántos más enemigos pudiese sin valerse del poder de los cielos, para así tener un factor sorpresa en su mano... Como también como método de ganar fuerza, pues en el infierno su forma de arcángel no podría ser invocada. Pero era realmente complicado luchar sin poder usar el 100% de sus poderes y sobretodo con un hombre que había combatido contra demonios desde los 10 años, teniendo él ahora 26 años. Los 16 años, entonces, de la carrera de cazador de Morend le volvían indudablemente un hueso duro de roer y es que decían que el hombre había enfrentado a grandes demonios como Sparda, El Caballero Oscuro, quedando en empate con éste. Todos en el cuartel de la Inquisición observaban al único hombre que había aguantado más de media hora luchando contra el General y realmente era impresionante el despliegue de movimientos de ambos espadachines, pero una ofensiva mal realizada de Eyael llevó a su derrota tras perder su espada y luego, ver la de su contrincante amenazando su cuello, aunque el arma se retiró y a cambio llegó una mano amiga. Ambos se saludaron y mostraron respeto el uno por el otro debidamente luego de que se encontrasen frente a frente, y posteriormente, Eyael se dirigió a recuperar su espada mientras todos en el cuartel regresaban a lo suyo. - Estás mejorando - felicitó Morend.- - Gracias, General - y sin duda se sintió complacido ante la felicitación.- Pese a ser un arcángel, todavía tengo mucho que aprender. - Calma, chico, te impidieron usar tus poderes... En el estado actual en el que te encuentras eres igual a un humano - le recordó el joven General.- Y el entrenamiento es la única vía para que me derrotes y que te hagas más fuerte. - Lo sé, es nada más que no quiero decepcionar a mi padre - y ante aquellas palabras, Morend se sintió horrible por dentro mas lo ocultó mostrándose impasible, tranquilo.- - Dudo que esté decepcionado, ningún hombre aguanta más de 5 minutos contra mí,... Y hasta donde sé, tu aguantaste 34 hoy. Así que tranquilo, fue un buen entrenamiento - le dijo y pareció complacer a Eyael.- Ahora ve a descansar, te espera un día duro mañana... Ya sabes que la Orden de los Caídos no se andará con tonterías. - Claro, gracias general... - y el chico que ya había recogido y envainado su espada salió corriendo a las duchas, mientras Morend tomaba una ruta alternativa para llegar a sus aposentos.- En el trayecto se cuestionó si lo que hacía era correcto, se preguntó si realmente estaba bien usar a Eyael de esa forma... Él sabía la verdad, Gabriel le había contado todo y no tenía más remedio que callar y obedecer, el arcángel había amenazado con matar a su hermana y él no podía permitir eso... Sabía bien que él no sería capaz de detener a ese desquiciado. Los pasillos se hacían más oscuros a medida que se aproximaba a su habitación, la cual por unos momentos consideró su única ruta de escape de toda aquella situación tan gris... Aunque no le sorprendió encontrarse a Gabriel. - Pronto - dijo tajante y seco el joven.- Su auténtico poder despertará pronto, ahora lárgate - expresó luego, sin darle chance a Gabriel de decir nada antes.- - ¿Te crees en condición de darme órdenes? No olvides quién tiene la carga ganadora en éste juego, Clark - amenazó el arcángel aparentemente calmado.- Y tus dudas me fastidian. - Tu concepto de privacidad me pone de mal humor... He cumplido todas tus órdenes al pie de la letra y te recuerdo que aún no eres Dios - la mirada de Clark atravesó por completo los ojos de Gabriel, y este rió.- Y si le haces algo, el más mínimo rasguño a mi hermana, te mataré a como de lugar. - Eso me gustará verlo - se burló el arcángel que luego desapareció, mientras Clark se introducía por fin en sus aposentos, cerrando la puerta con llave y dejándose caer sobre la cama de mal humor, pero pensativo.- - ¿Estaré haciendo lo correcto? - se cuestionó mirando al techo.- La Inquisición jamás había desaparecido a pesar de lo que todos decían... El Vaticano la había mantenido secretamente para combatir demonios de forma más disimulada. Clark había ascendido rápidamente al cargo de General gracias a Gabriel, quién 6 años atrás había sacado al cazador del negocio común con aquella amenaza. Su hermana era lo único que le quedaba y él no estaba dispuesto a perderla, así que Clark estaba entre la espada y la pared. Aún así, le molestaba el hecho de que se usara tan vilmente a Eyael, al cual veía como una pobre marioneta movida por los retorcidos hilos de Gabriel. Ese chico no merecía eso, mas él no podía hacer nada por evitarlo... .-
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 19:23:04 +0000