-Buenos días, señor Cónsul. Yo soy colombiano y radico en el - TopicsExpress



          

-Buenos días, señor Cónsul. Yo soy colombiano y radico en el Perú desde hace quince años. Acabo de recibir una llamada telefónica, donde me informan que han detenido aquí en el Perú, a Wilson Pimentel Merino, también colombiano. Le agradecería que averiguara dónde lo tienen para ir a visitarlo, ya que yo soy el único amigo que tiene en el país. -¿Wilson qué? -Wilson Pimentel Merino. -Bien. Llame mañana a esta hora. -Muchas gracias, señor Cónsul. Al día siguiente llamé a la hora señalada. -Su amigo Wilson está preso en la ciudad de Huacho, en la cárcel de Carquín. Lo detuvieron cuando salía con sus compinches de una agencia del Banco Continental, luego de asaltarla. También tiene una orden de captura por un robo ocurrido en Comas, de donde escapó en extrañas circunstancias que son motivo de investigación. -Muchas gracias señor Cónsul, que tenga un buen día. Esta conversación la sostuve el jueves 10 de mayo de 2007, y para el domingo siguiente ya estaba listo para visitarlo. Ese día me levanté muy temprano, tratando de no despertar a mi esposa, pero antes que pudiera salir de la cama me agarró de un brazo: -¿Para dónde vas?- Me preguntó, a pesar de que ya conocía la repuesta. Como no me gusta contestar obviedades, me quedé callado a la espera del sermón acostumbrado. -¡Claro, para eso sí madrugas! ¡Pero no cuando te necesito! ¡Para ti los amigotes son primero! ¡Pero algo te duele siempre que tienes que hacer cualquier cosa en la casa!- Sus gritos debieron despertar a los vecinos, pero no lograron que cambiara de opinión; lo peor no era irme… Lo peor era que tenía que regresar. Mientras me preparaba para salir, me llegó a la memoria una frase, a modo de sentencia, pronunciada solemnemente por un amigo -ducho en la materia-, que me sirvió de pobre consuelo: -“Mujer que no molesta, es hombre” Llegué a la ciudad de Huacho sin problemas, constatando que efectivamente allí estaba mi amigo reponiéndose de la golpiza que le propinó la policía, como un aviso para que, en lo sucesivo, dejara de hacer competencia desleal a la delincuencia nacional. Me contó, con detalles que prefiero pasar por alto, que los habían atrapado cuando salían del banco en un auto, porque en la huida, y coincidentemente, se encontraron de frente con una patrulla de la policía. Nada hubiera ocurrido si seguían adelante, pero el nervioso chofer frenó bruscamente, y cuando puso marcha atrás, de la nada salió otro auto de policía que les impidió el paso, quedando atrapados entre dos fuegos, lo que hizo que se entregaran sin disparar una sola bala...
Posted on: Tue, 26 Nov 2013 03:30:04 +0000

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