26 Me equivoqué. No había nadie en la oficina. Fui y me senté - TopicsExpress



          

26 Me equivoqué. No había nadie en la oficina. Fui y me senté detrás de mi escritorio. Me sentía raro. Había tantas cosas que no encajaban. Por ejemplo, en el despacho del abogado, oepor qué estaba aquel hombre leyendo el periódico al revés? Donde tenía que haber estado era en la sala de espera del loquero. oeO quizá sólo estaban al revés las páginas de fuera del periódico y estaba leyendo las de dentro al derecho? oeExistiría un Dios? oeY dónde estaba el Gorrión Rojo? Tenía que resolver demasiadas cosas. Levantarme de la cama por la mañana era igual que enfrentarme al impenetrable muro del Universo. oeDebería irme, quizás, a un bar topless y meter un billete de 5 dólares en una braguita? Intentar olvidarlo todo. oeDebería irme, quizás, a un combate de boxeo y mirar cómo dos tipos se reventaban entre sí? Pero sufrimiento y problemas son lo que mantienen vivo a un hombre. O intentar esquivar el sufrimiento y los problemas. Es un trabajo de dedicación plena. Y hay veces que ni durmiendo se puede descansar. En el último sueño que tuve yo estaba tumbado debajo de un elefante, no me podía mover y él estaba soltando una de las cagadas más grandes que se hayan visto jamás, y estaba a punto de caerme encima cuando mi gata, Hamburguesa, pasó sobre mi cabeza y me desperté. Le cuentas ese sueño a un loquero y seguro que saca una conclusión horrible. Como lo que le pagas es una barbaridad, ya se asegurará él de hacer que te sientas mal. Te dirá que la mierda es un pene y que eso te asusta o te gusta, o cualquier gilipollez por el estilo. Lo que en realidad quiere decir es que él está asustado o desea el pene. No es más que un sueño sobre la cagada de un elefante y nada más. A veces las cosas son simplemente lo que parecen y no hay más. El mejor intérprete del sueño es el que lo sueña. Conserva el dinero en el bolsillo. O apuéstalo a un buen caballo. Di un trago al sake, estaba frío. Las orejas me dieron un respingo y me sentí un poco mejor. Podía sentir cómo se me iba calentando el cerebro. Todavía no estaba muerto, sólo en un estado de rápido deterioro. oeY quién no? Todos estamos en un mismo barco que hace aguas, animándonos unos a otros. Como por ejemplo eso de la Navidad. Sí, –a la mierda la Navidad! El tipo que la inventó fue uno que nunca tuvo que cargar con exceso de equipaje. Todos los demás tenemos que deshacernos de nuestros trastos para poder enterarnos de dónde estamos. Bueno, no de dónde estamos, sino de dónde no estamos. De cuantos más trastos prescindas, mejor verás. Todo funciona yendo hacia atrás. Retrocede y el Nirvana te saltará al regazo. Seguro. Me metí otro sake en el cuerpo. Ya estaba volviendo en mí. Volviéndome loco. Fuera coña, yo era Nick Belane, el superdetective. Entonces sonó el teléfono. Contesté igual que lo haría cualquier persona normal. Bueno, no exactamente. Hay veces en que el teléfono me recuerda a una cagada de elefante, ya sabes, por toda la mierda que oyes. Un teléfono es un teléfono, pero lo que nos llega a través de él, eso ya es otra cosa. –Eres un filósofo de segunda –dijo la señora Muerte. –Yo me considero perfecto –contesté. –La gente vive de ilusiones –dijo ella. –oeY por qué no? –sugerí–. oeEs que existe otra cosa? –El final –contestó ella. –Bueno, váyase al infierno. –Al infierno tú –dijo la señora Muerte–. oeQué pasa con el caso Céline? –Ya lo tengo todo resuelto, nena. –Desembucha, gordinflón.
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 22:40:27 +0000

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