[5] Ibid. Más concretos dats sobre Pietro Ferrante Avella (nacido - TopicsExpress



          

[5] Ibid. Más concretos dats sobre Pietro Ferrante Avella (nacido en Palermo, Italia, en 1889) nos los ofrece su hijo (Federico Ferrante Patriarchi, alias Bambino). En carta personal de agosto del 2013, don Federico nos envía dos páginas que constituyen una pormenorizada biografía. Sobre la llegada de Pietro Ferrante al Pepino nos cuenta: «En el año de 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial, fue reclutado por el ejército italiano y sirvió durante un poco más de dos años hasta que fue herido en combate. Al terminar la guerra estableció en unión a sus dos hermanos una fábrica donde se producían aceites esenciales de frutas citrosas y el sabroso vino de naranja. En 1927, decidió emigrar a los Estados Unidos y le vendió su participación en el negocio a sus dos hermanos. A principios de 1928, llegó a la ciudad de Nueva York en unièn a dos amigos italianos. Uno de apellido Gambino y otro de apellido Mángano. Los tres se asociaron y planificaron establecer una fábrica en los Estados Unidos, similar a la que tenían en Italia... Luego de investigar sobre el lugar más propicio para establecerse, supongo que dentro de sus averiguaciones, alguien les informó del territorio de Puerto Rico que pertencecía a los Estados Unidos y que tenía un clima favorable para establecer este tipo de empresa y los tres viajaron a Puerto Rico y se establecieron en el Pepino. Escogieron a San Sebastián ya que algunos años antes se había establecido aquí otro siciliano, amigo de ellos, llamado Eleuterio Botttari, quien les orientó de que en esta zona de la isla habían grandes plantaciones de frutas citrosas que era la materia prima que usaba la fábrica que ellos pensaban establecer, Aconsejados por el señor Bottari, vinieron y se establecieron en el Pepino. Llegaron a Puerto Rico y a los tres días de haber llegado azotó a Puerto Rico el huracán San Felipe que causó mucha destrucción y muertes en el país. Atemorizados, ya que en Europa no se conocían estos fenómenos naturales, pensaron que habian elegido el lugar menos indicado para establecerse, pero el señor Bottari que había llegado varios años antes les informó que esto raramente ocurría y por lo tanto decidieron quedarse... A principios del año 1929 establecieron entre los tres la primera fábrica manufacturera en la historia de San Sebastián. Debido a la gran demanda que existía en los Estados Unidos por los productos que producía la fábrica y por la gran abundancia de la materia prima en la zona, decidieron establecer dos turnos de trabajo de ocho horas cada uno. En cada turno trabajaban de entre 50 a 80 personas. La mayor parte e de los empleados eran de Piedras Blancas y de la Barriada Pueblo Nuevo... A la china sse le extraía el aceite de la cáscara, el que se exportaba a los Estados Unidos, al igual que la cáscara que también se exportaba en barriles de madera y agua de sal para conservarla. Del jugo de la china se preparaba un vino exquisito que era distribuido a través de toda la isla. En el año de 1935, el señor Gambino decidió volver a Italia y le vendió su parte a Don Pietro. En 1936, también el señor Mángano decidió también vender su parte y se marchó a Brooklyn, New York, donde estableció un mercado de frutas. El señor Ferrante se quedo solo como único propietario». Su hijo Federico cuenta además sobre el carácter, amistades y otras cualidades de su padre en San Sebastián. Dice, por ejemplo, «a mi padre nunca le entusiasmó la política ya que pensaba que él era un extranjero y no debía meterse en estos asuntos que, según él, era de la incumbencia de los puertorriqueños». Con una dama pepiniana, Luisa Alers, tuvo un hijo que murió como soldado en la Guerra de Corea en 1953. El respeto y carño que Don Pietro Ferrante se ganó de los pepinbianos se ilustra bien con esta anécdota: «En el año 1939 dio comienzo la Segunda Guerra Mundial en que Italia, Japón y Alemania eran enemigos de los Estados Unidos; entonces, el Servicio Secreto de los EE.UU. ordenó el arresto de todos los ciudadanos pertenecientes a esos países que residían en Puerto Rico, incluyendo a mi padre que todavía para ese tiempo era ciudadano italiano. Apenas fue arrestado y transportado a San Juan, se reunieron un grupo de personalidades del Pepino, entre las cuales estaban el Alcalde para ese tiempo, Joaquin Oronoz Font, el señor José Padró Quiles, el señor Bernardino Méndez y el señor Luis Rodríguez Cabrero, entre otros. Se dirigieron ese mismo día a San Juan para intervenir en favor de mi padre. Luego de una reunión con las autoridades federales concluyeron que el grupo se haria responsable de su persona y fue liberado bajo esas condiciones, trayéndole de vuelta al Pepino. Tan pronto terminó la guerra, mi padre se hizo ciudadanos americano. A su retiro, su familia le pedía que regresara a Italia a pasar los últimos años de su vida junto a ellos; pero él decidió pasar los últimos días en el Pepino donde la gente tanto lo apreciaba. Recuerdo que me decía que al fallecer quería que sus restos descansaran en el pueblo donde pasó los mejores años de su vida y así mismo se le respetaron sus deseos»
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 02:08:42 +0000

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