AHORA que se llevan las rutas donde se le rinde memoria hasta a un - TopicsExpress



          

AHORA que se llevan las rutas donde se le rinde memoria hasta a un delincuente que se dedicaba a robar a punta de navaja, como es el caso del Tempranillo en su Jauja natal, ¿por qué no hacemos lo mismo en Sevilla para animar al turismo de cantidad? —Será de calidad, jefe... Turismo de cantidad hemos escrito: de la cantidad de parné que se embolsan algunos por ahí y por aquí, o sea, por aquí te quiero ver. Ya que los visitantes que llegan en verano son de low cost, vulgo cortitos con sifón o con botellita de agua mineral, diseñemos la ruta del mangoneo para atraer a los que quieren saber dónde y cómo se trinca en la ciudad de Rinconete y Cortadillo. Una ruta teatralizada, que es lo que ahora está de moda, con personajes reales que lleven nombres ficticios para evitar querellas. Un poner: la ruta de la manteca. Arranca por la mañana en un bar donde Juan Panzas, conseguidor de ERES, explica cómo hay que untar la tostá del poder para llevárselo calentito. Este Juan Panzas nos va guiando por hoteles donde se entregan sobres, por consejerías abiertas al visitante para mostrar los despachos donde se abrían expedientes que eran un posit, vulgo «pozí». —¿Incluimos a mi cuñado de intruso? —Pozí... Juan Panzas nos presenta a los actores del pasillo de comedias. Políticos sonrientes y mediáticos, mediadores sin vergüenza, sindicalistas sindicados, testaferros con la cara más dura que el hormigón. En la cafetería Monipodio nos tomamos unos yintonis mientras asistimos a un reparto de ERES a discreción. Y por último acudimos al juzgado para ver cómo entra, o cómo sale, la única mujer honesta en todo esto. La ruta del mangoneo se enriquece con las consabidas tiendas de recuerdos. «No te vayas a ir sin llevarte un souvenir». Hay que llevarse algo. Lo que sea. Un juego de sobres que no dejan rastro cuando se llenan con dinero negro. Un bote de setas en conserva. Una calculadora para calcular los incrementos de coste en la obra pública. Y una maletita con ruedas idéntica a la que usa doña Mercedes para regalársela a la esposa, no vaya a ser que se la lleven esposada y tenga que llevarse los útiles de aseo y maquillaje al talego, que no es justo que sólo la jueza salga guapa, como dice el consejero del ramo. Ahora ríanse, pero piensen que estamos en la era del frikismo. ¿Por qué no se instalan escenarios delante de esos termómetros que marcan los 50 grados al sol? Con un friki que certifique que el turista de agua mineral y chanclas ha estado allí. Los viajeros que vienen en busca de la Sevilla romántica son cuatro gatos, y están orientados. Hay que orientarse con esta fauna que disfrutaría viendo cómo se manga mientras llevan camisetas sin mangas. Que ésa es otra, oiga. Camisetas con la cara de los caraduras implicados, o con el título de la canción de Los Chanclas. «¿Y tú de quién ERE?» A ver si la marca Sevilla va a ser Mercasevilla, vocablo musical.
Posted on: Thu, 18 Jul 2013 11:20:21 +0000

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