ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 67, 6-7.36 Dios habita en su santa - TopicsExpress



          

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 67, 6-7.36 Dios habita en su santa morada. Él congrega en su casa a los dispersos. El dará poder y fortaleza a su Pueblo. ACTO PENITENCIAL Para que Dios nos perdone nuestros pecados, (Lc 11,4) perdonemos nosotros mismos a los que nos han ofendido. Que cada uno, en el silencio de su corazón reconozca sus faltas. · “Pidan y se les dará”. Tantas veces no pedimos nada. O pedimos cosas fútiles (Lc 11.9) Perdónanos, Señor, Te pedimos tan mal ¡Señor, ten Piedad! · “En todas circunstancias, den gracias a Dios nuestro Padre” (Col 3,17) - Tantas veces nos olvidamos agradecerte. Perdónanos, Señor, te rogamos tan mal. ¡Cristo, ten Piedad! · “Cristo Jesús vive eternamente para interceder a favor nuestro” (Heb 7,25) Tantas veces nos olvidamos orar por nuestro hermano. Perdónanos, Señor, te rogamos tan mal. ¡Señor, ten Piedad! Se dice Gloria a Dios. ORACIÓN COLECTA Padre que siempre proteges a los que en ti esperan porque eres el único que tiene poder y santidad; manifiesta en nosotros tu misericordia para que guiados por ti hagamos buen uso de los bienes de la tierra de modo que podamos desde ahora amar los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo. PRIMERA LECTURA Gén 18, 20-21.23-32 El trato familiar de Abraham con Dios le permite interceder por los habitantes de Sodoma, pues está convencido que la justicia divina no afectará a inocentes por culpables. Este relato pone también de manifiesto el efecto beneficioso de la intervención de un hombre amado por Dios. Lectura del libro del Génesis. El Señor dijo: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, qué debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré”. Entonces Abraham se le acercó y le dijo: “¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y Tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él? ¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer justicia?” El Señor respondió: “Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos”. Entonces Abraham dijo: “Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?” “No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco”, respondió el Señor. Pero Abraham volvió a insistir: “Quizá no sean más de cuarenta”. Y el Señor respondió: “No lo haré por amor a esos cuarenta”. “Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta”. Y el Señor respondió: “No lo haré si encuentro allí a esos treinta”. Abraham insistió: “Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte”. “No la destruiré en atención a esos veinte”, declaró el Señor. “Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez”. “En atención a esos diez, respondió, no la destruiré”. Palabra de Dios. SALMO Sal 137, 1-3.6-7a.7c-8 R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué! Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca, te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo. R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué! Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué! El Señor está en las alturas, pero se fija en el humilde y reconoce al orgulloso desde lejos. Si camino entre peligros, me conservas la vida. R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué! Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos! R. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué! SEGUNDA LECTURA Col 2, 12-14 Pablo les recuerda a los cristianos de Colosas que su incorporación a la Iglesia ha sido mucho más que un rito externo, ya que por el bautismo han sido asociados a esa renovación del mundo realizada por Jesús a través de su muerte y resurrección. Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas. Hermanos: En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Cristo, y con Él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con Él, perdonando todas nuestras faltas. Él canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. Palabra de Dios. ALELUYA Rom 8, 15bc Aleluya. Han recibido el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios « ¡Abbá!», es decir, Padre. Aleluya. EVANGELIO Lc 11, 1-13 En el camino hacia Jerusalén Jesús enseña a sus discípulos no sólo una fórmula para repetir, sino un proyecto que debe abrazar toda la vida cristiana, que la transforme desde dentro y la proyecte a la realidad que los rodea; todo ello con la certeza que el Padre nunca dará nada que no sea útil y saludable para quienes se empeñen en vivir tal proyecto. Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”. Él les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquéllos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”. Jesús agregó: “Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: «Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle», y desde adentro él le responde: «No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos». Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!” Palabra del Señor. Se dice el Credo ORACIÓN DE LOS FIELES Hermanos y hermanas, como Jesucristo nos lo enseña hoy (Lc 11, l-2) en su Evangelio según Lucas, oremos para que el Reino de Dios venga a nuestra tierra. Respondemos a cada oración: R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro que estas en los cielos: te rogamos! Por el Papa Emérito Benedicto XVI, y el Papa Francisco que está reunido con los jóvenes en Brasil, como él mismo desea, al servicio de la Iglesia, con humilde abandono en las manos de tu Providencia. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, santificado sea tu nombre, te rogamos! por nuestros Obispos, por nuestro Párroco, nuestros Diáconos, por nuestro Ministros extraordinarios de la Comunión y por los laicos comprometidos con la Iglesia. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, danos hoy el pan de cada día que necesitamos: Te rogamos por nuestros trabajos, por los que están sin trabajo, por los que no les alcanza para comer, por los que sufren de hambre. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, perdónanos nuestros pecados: te rogamos no privamos de la participación de los beneficios divinos por los pecados, perdonando a la humana debilidad de la sanción de sus faltas. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, porque nosotros mismos perdonamos a todos los que nos han ofendido, te rogamos por ellos, porque son para nosotros la oportunidad y la causa de nuestro mayor perdón. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, no nos dejes caer en la tentación: Te pedimos por los matrimonios que sufren las desavenencias y la separación, para que re-encanten con sus familias y recuperen la paz familiar. R/ Venga a Nosotros tu Reino! · Padrenuestro, hágase tu voluntad: Te pedimos por los enfermos: (nombrar) · Padrenuestro, Te pedimos por los difuntos: (nombrar) Oración conclusiva: Padrenuestro, encomendamos también a tu misericordia a aquellos por quienes debemos orar, a aquellos a quienes hemos prometido orar, a los que podríamos olvidar, pero cuyos nombres Tú conoces. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Acepta, Padre, la ofrenda que te presentamos y que recibimos de tu generosidad; haz que estos sacramentos, por la acción poderosa de tu gracia, santifiquen nuestra vida de cada día y nos conduzcan a la verdadera felicidad. Por Jesucristo nuestro Señor. PREFACIO DOMINICAL ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 5, 7-8 Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los que tienen un corazón recto, porque verán a Dios. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Hemos recibido, Padre, este sacramento, recuerdo viviente de la Pascua de tu Hijo; que este don de su amor inefable sea signo eficaz de nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
Posted on: Sun, 28 Jul 2013 10:36:22 +0000

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