Actualización de estado De Silvia Migdalek Hoy hace 74 años, el - TopicsExpress



          

Actualización de estado De Silvia Migdalek Hoy hace 74 años, el 23 de septiembre de 1939, a los 83 años, el genio de Freud dejaba de existir. A modo de un pequeño homenaje comparto con ustedes estos párrafos conmovedores del libro de uno se sus biógrafos, Peter Gay: "Freud, Una vida de nuestro tiempo." "Freud estaba muy cansado resultaba difícil alimentarlo. Pero aunque sufría mucho, en especial por las noches, no quería que le dieran sedantes, ni se lo daban. Todavía leía; el último libro que fue "La piel de Zapa", de Balzac, ese relato misterioso sobre la piel mágica que va encogiéndose. Al terminarlo le dijo a Schur, como de pasada, que aquel era el libro más adecuado que hubiera podido leer en ese momento, puesto que trataba sobre el encogimiento y la inanición. A juicio de Anna Freud, era el encogimiento lo que en su estado sentía como más afin: su tiempo se estaba terminando. Pasó sus últimos días en el estudio de la planta baja, mirando el jardín. Ernest Jones, al que Anna Freud llamó urgentemente, pues veía que su padre se estaba muriendo, llegó el 19 de septiembre, Jones recuerda que Freud estaba dormitando, como solía hacer en esos días, pero cuando él le dijo " herr Professor", Freud abrió un ojo, reconoció a su visitante "y lo saludó moviendo la mano; después la dejó caer con un gesto muy expresivo que transmitía múltiples significados: bienvenida, adiós, resignación". En seguida volvió a hundirse en su sopor. Jones interpretó correctamente el gesto de Freud, que estaba saludando a su viejo aliado por última vez. Se había resignado a dejar la vida. A Schur lo atormentaba su imposibilidad de aliviar el sufrimiento de Freud, pero dos días después de la visita de Jones, el 21 de septiembre, estando sentado junto a su paciente,Freud le tomó la mano y le dijo: "Schur, usted recuerda nuestro "contrato"; prometió no dejarme en la estacada cuando llegara el momento. Ahora sólo queda la tortura, y no tiene sentido". Schur respondió que no lo había olvidado. Freud dió un suspiro de alivio, retuvo la mano del médico por un momento y dijo: "Se lo agradezco". Después de una ligera vacilación, agregó: "hable sobre esto con Anna, y si ella piensa que está bien terminemos". Igual que que durante años, también en ese momento Freud pensó, antes que nada, en su Antígona. Anna quería posponer el final, pero Schur insistió en que mantener vivo a Freud no conducía a nada, y ella se rindió a lo inevitable, como había hecho s padre. había llegado el momento, Schur lo sabía, y actúo. Esa era la interpretación que le daba Freud a lo que él mismo había dicho: había ido a Inglaterra para morir en libertad. Schur estuvo a punto de llorar viendo a Freud afrontar la muerte con dignidad y sin autocompasión. Nunca había visto a nadie morir así. El 21 de septiembre le inyectó tres centígramos de morfina (la dosis normal como sedante son dos centígramos) y Freud se hundió en un sueño tranquilo. Cuando volvió a agitarse, Schur repitió la dosis, y le administró una final al día siguiente, el 22 de septiembre, Freud entró en un coma del que ya no despertó. Murió a las tres de la madrugada, el 23 de septiembre de 1939. Casi cuatro décadas antes, le había escrito a Oskar Pfister preguntándose qué debe hacerse en el día en que "faltan pensamientos o no se encuentran palabras". No podía evitar un estremecimiento "ante esa posibilidad. Por ello, con toda la resignación ante el destino de un hombre justo, tengo una súplica totalmente secreta: que no se produzca ninguna invalidez, ninguna parálisis de las propias capacidades como consecuencia de la miseria corporal. Muramos con la armadura puesta, como decía el Rey Macbeth". Había velado para que esa súplica secreta se viera satisfecha. El viejo estoico conservó el control de su vida hasta el final."...
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 03:31:55 +0000

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