Algunos investigadores defienden que la vida en la Tierra se - TopicsExpress



          

Algunos investigadores defienden que la vida en la Tierra se originó por una serie de casualidades imposibles de repetirse Esta semana el SETI, organización privada que busca vida extraterrestre, anunció que tras captar suficientes fondos gracias a donaciones anónimas reanudaba su tarea en busca de señales de radio en el espacio originadas por una raza alienígena, una tarea que inició hace décadas. Los investigadores del SETI son férreos defensores de la existencia de vida extraterrestre, una creencia que defienden con sólidos argumentos. Frente al SETI se sitúan otros científicos que opinan justamente lo contrario, y lo hacen también presentando una batería de razones. Estos últimos aducen, en definitiva, que estamos solos en el Universo. Los defensores de la vida extraterrestre aducen que, por fuerza, el proceso desarrollado en la Tierra tiene que haberse repetido en otros lugares similares, de los que debe haber muchos en el Universo. En contra de esta opinión surgió en el año 2000 la Teoría de la Tierra Rara. Formulada por Peter Ward y Donald Brownlee, defiende que la vida en nuestro planeta es fruto un extraordinario cúmulo de casualidades en el que confluyen condicionantes como la temperatura, la atmósfera, la existencia de agua, un campo magnético que desvía la radiación solar o el tener cerca a un gigante gaseoso como Júpiterque ejerce como escudo contra los meteoritos. Entre los principales factores que han permitido la vida en la Tierra se encuentra también la Luna y la fuerza gravitatoria que ejerce sobre el planeta. A ese efecto se debe la estabilidad en el grado de inclinación de la Tierra, que se sitúa con ligeras variaciones en 23,5 grados. De no ser tan estable el clima estaría en constantes cambios que irían de glaciaciones a persistentes sequías. De no concurrir solo un de estos factores, la vida no sería posible. La paradoja de Fermi Muchos relacionan la ‘Teoría de la Tierra Rara’ con la paradoja de Enrico Fermi, uno de los más importantes físicos del siglo XX. Fermi se preguntó, si la vida está tan extendida en el Universo, ¿por qué entonces no nos han visitado ya los extraterrestres? En contra del pesimismo de Ward y Brownlee se sitúa buena parte de la comunidad científica. Y es que mantienen que el Universo, en el que hasta ahora solo han detectado apenas un millar de planetas, es demasiado grande como para que no haya nadie o nada más. Otra cosa es que lleguemos a encontrarlo o, como algunos temen, que una civilización superior nos encuentre a nosotros. En los campos de la astronomía y la astrobiología, la Hipótesis de la tierra especial plantea que el surgimiento de vida pluricelular en la Tierra requirió la coincidencia de una gran cantidad de eventos y circunstancias astronómicos y geológicos. El término utilizado en inglés es "Rare Earth" y surge del libro de Peter Ward "Rare Earth: Why Complex Life Is Uncommon in the Universe" (2000). En contraposición al principio de mediocridad, existen los que afirman que la vida en la Tierra no es un caso mediocre, y que las condiciones necesarias para su aparición son tan únicas y particulares, que bien puede ser posible que existan muy pocas, o incluso sólo un planeta con vida en el universo: la Tierra. Los defensores de esta hipótesis alegan que la vida en la Tierra, y en particular la vida humana, parece depender de una larga y extremadamente afortunada cadena de eventos y circunstancias, que bien podrían ser irrepetibles incluso en la escala cósmica. Por ejemplo, se menciona con regularidad que sin una Luna tan grande como la que tiene la Tierra, el planeta tendería a presentar una precesión mucho más importante, cambiando drásticamente de inclinación en su rotación, y afectando así de manera caótica el clima y, muy posiblemente, imposibilitando la vida como la conocemos. Se mencionan también otras aparentes casualidades afortunadas, como el hecho de que el Sol esté en un lugar de la Vía Láctea relativamente libre de supernovas, en contraposición al centro galáctico, o que el Sol es del tamaño justo para dar energía suficiente, y durar lo suficiente, como para que la vida haya aparecido. Otra positiva casualidad para la vida en la Tierra es la existencia de un planeta del tamaño de Júpiter, como apuntan los autores del libro Rare Earth, en una órbita estable, casi circular, y a la distancia suficiente de la Tierra para atrapar numerosos cometas y asteroides que, de otro modo, terminarían impactando con el planeta, arruinando todo tipo de vida incipiente. Ésas entre muchas otras casualidades, separadamente pueden parecer triviales, pero juntas convierten a la Tierra en un lugar cósmicamente especial.
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 19:30:00 +0000

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