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Antes de continuar les dejo este pequeño relato de el clan malkav disfruten. LA FÁBULA DE LOS NIETOS LISTOS Un día Dios se sentía un pelín travieso, por lo que pensó en una pequeña broma. Creó hijos para que comprendieran el universo por él. Cuando este hijo hubo producido hijos, Caín y Abel, les lanzó un desafío. Le dijo a los chicos: “Vuestro trabajo consiste en saber qué está pasando en realidad. Id y traedme un sacrificio digno de Mí.” Caín preparó un sacrificio de plantas, diciendo: “He aquí el mayor sacrificio que puedo encontrar: aquello que me da vida.” Pero Abel preparó un sacrificio de sangre –sangre de animal diciendo: “He aquí un sacrificio aún mejor: ¡sangre!” “Chico listo, Abel,” dijo Dios, y tomó la sangre. Pero Caín se dio cuenta de la broma y golpeó a Abel en la cabeza. “¡He aquí un sacrificio aún mejor!”, dijo. “¡La sangre de Abel!” “Chico listo, Caín”, dijo Dios. “Has cazado ésta al vuelo. Te diste cuenta de que la sangre es el camino hacia el poder, y el poder es el camino para descubrir qué está pasando en realidad. El poder al que acabas de acceder será tu protección en tu viaje”. Caín entendió, pero sabía que no podía vivir más con sus padres y la gente de sus padres, que eran como animales de sacrificio para él. Por ello, deambuló por el mundo... Un día, Caín se sentía un pelín travieso, por lo que pensó en una pequeña broma. Creo hijos para que comprendieran el universo por él. Cuando este hijo hubo producido hijos, les lanzó un desafío a sus “nietos.” “Vuestro trabajo consiste en saber qué está pasando en realidad. Id y traedme un sacrificio digno de mí.” Todos ellos sacrificaron un montón de cosas a cambio de poder: arte, magia, dinero. Un tipo hizo una ofrenda de libertad ofreciendo su sometimiento. Un nieto listo sacrificó su belleza en un altar de mortificación. Y un tipo, que aparentemente no había aprendido de Abel, sacrificó algunos animales. No se lo tendremos en cuenta. Pero el pequeño Malkav no tenía nada que sacrificar que fuera digno del hombre que le diera su sangre. Por lo que dijo: “La única cosa que puedo sacrificar que se acerque a digna soy yo mismo.” Dicho lo cual, se sacrificó a sí mismo. O lo intentó, por lo menos, pero no se pudo imaginar cómo hacerlo. Lo que acabó sacrificando fue su propio sentido del yo. “Chico listo, Malkav”, dijo Caín al pequeño, que estaba tosiendo la sangre de su autoidentificación desaparecida. “Te has dado cuenta de que la sangre propia es aún más poderosa que la sangre de otros, y es el camino para descubrir qué está pasando en realidad.”
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 21:27:46 +0000

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