Aquelos que estan tan extrañados de que Uribe sea el gran - TopicsExpress



          

Aquelos que estan tan extrañados de que Uribe sea el gran colombianos deben leer esto: Colombia: Álvaro Uribe, el hombre que cambió la historia Alvaro Uribe sigue marcando la agenda política en Colombia Infolatam Bogotá, 3 de agosto de 2010 Las claves Colombia ha pasado de ser la cuarta economía de la región tras ser el país que más creció en América latina, solo superado por Perú. El crecimiento promedio en los ocho años de "la época Uribe" fue del 4,8 por ciento, superando el 7% en varias ocasiones (en 2007). Uribe deja un país con altas tasas de pobreza, informalidad laboral y con carencias en infraestructuras. Uribe abandona la presidencia con un 80% de apoyo ciudadano tras ocho años de gobierno. (Informe especial para Infolatam de Rogelio Núñez) Pocos hombres han cambiado de forma tan radical la historia de Colombia como lo hizo Álvaro Uribe en sus ocho años de gobierno (2002-2010). Su figura es comparable a la de dos estadistas emblemáticos colombianos: Rafael Núñez -un disidente liberal como Uribe- a finales del siglo XIX y Alfonso López Pumarejo en los años 30 y 40 del siglo XX. Uribe pasará a la historia como el hombre que dejó prácticamente derrotadas a las Farc, lo que finalmente permitió que Colombia creciera económicamente y se convirtiera en un país atractivo para las inversiones extranjeras. Su hiperpresidencialismo no benefició a la institucionalidad colombiana que sin embargo aguantó los embates del personalismo uribista que deja como legado a Juan Manuel Santos un país más seguro y más próspero pero con serios problemas sociales (alta pobreza e informalidad) y con malas relaciones con sus vecinos, especialmente con la Venezuela de Hugo Chávez. Uribe, el hombre que derrotó a las Farc Cuando Álvaro Uribe llegó a la presidencia en 2002, para muchos analistas, Colombia estaba a las puertas de convertirse en un Estado fallido. Si bien Andrés Pastrana había puesto la primera piedra para evitar la derrota del estado colombiano ante las Farc (en 1999 firmó con Bill Clinton el Plan Colombia), fue Uribe quien dio el impulso final para obligar a la guerrilla a iniciar un “repliegue estratégico” hacia la selva que aún hoy perdura. presidentes entrante y saliente de Colombia Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe, presidentes entrante y saliente de Colombia. Uribe entendió que todo su plan político y socio-económico pasaba por derrotar a las Farc. Sin esa derrota no vendría la tranquilidad ciudadana, ni el desarrollo económico. Por eso, nada más asumir, lanzó su Política de Seguridad Democrática que hizo que el estado ausente colombiano se convirtiera en un estado presente en más del 25% de los municipios del país dejados hasta ese momento en manos de la guerrilla. La revista Semana analizaba las causas de la gran popularidad de Uribe y llegaba a la siguiente conclusión: “la principal razón…es que para el grueso de la opinión pública Uribe cumplió con lo que ofreció en su campaña: darle duro a la guerrilla. Uribe ganó las elecciones de 2002 porque se sintonizó con el sentimiento de frustración que había generado el fracaso del experimento del Caguán, que para muchos había convertido a Colombia en un Estado fallido”. Uribe no paró hasta ver arrinconadas a las Farc con las que nunca pensó en negociar, como aseguró en una entrevista al diario El País: “Colombia ha tenido una democracia operativa, seria y continua y no se puede admitir esta violencia, que además tiene su soporte financiero en el narcotráfico. Una violencia contra la democracia es terrorismo, como lo definen las legislaciones europeas. En América Latina hubo guerrillas contra dictaduras que se legitimaron al denominarlas insurgentes. Insurgencias. En Colombia lo que hemos tenido es un terrorismo narcotraficante contra la democracia”. El gobierno de Álvaro Uribe “acabó con el mito de la invencibilidad de las Farc” y redujo el peligro que representaba la guerrilla para la estabilidad del estado y las instituciones democráticas: las Farc pasaron de contar con 18 mil hombres y dominar extensas porciones del territorio colombiano a ser hoy en día una fuerza recluida en las selvas, de sólo unos 8 mil hombres. Uribe aumentó el pie de fuerza de 313.000 soldados en 2002 a casi 450.000, bien armados y bien dotados de medios para combatir. Reducidos a la mitad de sus hombres y sus frentes de combate (de 66 a 33) en 2008 perdieron a su número dos, Raúl Reyes, falleció su líder Manuel Marulanda, Tirofijo y su rehén más preciada, Íngrid Betancour fue liberada en una espectacular operación de las fuerzas armadas. Como aseguraba el diario El Tiempo “de la mano de las mejoras en seguridad, retornó la confianza. No solo los colombianos volvieron a transitar por las carreteras sin temor, sino que los inversionistas pusieron sus ojos, y también su dinero, en una nación que habían ignorado durante lustros. Como consecuencia, la economía que había estado postrada empezó a repuntar y pudo resistir en forma airosa los embates del fuerte temporal que sumió a la producción global en su primera contracción en más de seis décadas”. "Adelante, la victoria final no está lejos, pero hay que lucharla", expresó Uribe. Asimismo, Uribe consiguió en una largo y complejo proceso lleno de vaivenes que 32 mil paramilitares dejaran las armas. Este éxito se vio empañado porque parte de los desmovilizados se han convertido ahora en grupos dedicadas al narcotráfico. 5 bandas que operan en Córdoba, Valle, Antioquia y Cauca, conocidas como las bacrim (bandas criminales) entre las que destacan ’los Rastrojos’, ‘los Paisas’, ‘los Urabeños’, las ‘Águilas Negras’ y el Erpac. Colombia, de estado cuasi fallido a CIVETS Apoyado en sus éxitos en la lucha contra las Farc y en un entorno favorable por la subida de las materias primas, Colombia se convirtió en estos años en una economía emergente muy atractiva para las inversiones extranjeras ya que “al disminuir los indicadores de violencia y mejorar la imagen de Colombia ante el mundo, el país entró en el radar de los inversionistas extranjeros y motivó a los empresarios locales a emprender planes de crecimiento. Algunos critican que para atraer a los inversionistas el gobierno tuvo que compensarlos con grandes prebendas y beneficios, como los contratos de estabilidad y las exenciones tributarias, y esto, además de excesivo, terminó beneficiando más al capital que al trabajo”. De hecho, en estos momentos se considera a Colombia como uno de los integrantes de los Civets, una especie de segunda división de las economías emergentes, donde la “c” corresponde a Colombia. Si en 2002 Colombia recibía unos 2.500 millones de dólares en inversiones extranjeras ahora esa cifra ha subido hasta los 10 mil. Además, se triplicaron las exportaciones y en la actualidad Colombia está a las puertas de vivir un boom de exportaciones mineras y petroleras. El crecimiento promedio en los ocho años de “la época Uribe” fue del 4,8 por ciento, superando el 7% en varias ocasiones (en 2007). Como destacaba el editorial del diario El Tiempo del lunes ”ahora el entusiasmo que despierta Colombia es palpable, en parte debido a las posibilidades que abre la bonanza minera y energética que apenas comienza. Así las cosas, la herencia que recibe Juan Manuel Santos es sustancialmente superior a la que le correspondió a su predecesor. Aparte de un lunar aquí y una luz amarilla allá, el nuevo Gobierno tiene mucho más espacio para generar empleo, cerrar las brechas sociales que persisten y construir una sociedad mejor sobre los sólidos pilares económicos que le entrega Álvaro Uribe”. Colombia, séptima economía de América latina en 2002, ha pasado de ser la cuarta economía de la región tras ser el país que más creció en América latina, solo superado por Perú. Frente a este panorama, Colombia también afronta un alto déficit fiscal y escasa inversión en infraestructuras. Ambos son retos para la próxima administración Santos que tendrá más recursos gracias al esprado boom de las exportaciones petroleras y mineras. Uribe, ese hombre Álvaro Uribe, trabajador y de fuerte carácter Álvaro Uribe, trabajador y de fuerte carácter Uribe abandona la presidencia con un 80% de apoyo ciudadano tras ocho años de gobierno. Este antioqueño de raíces rurales logró conectar muy bien con las preocupaciones y anhelos de los colombianos, con los cuales además se comunicaba de forma directa, poco institucional en muchas ocasiones. Alvaro Uribe gobernó como no lo había hecho antes ninguno de de sus antecesores y parfa él la clava estaba en el liderazgo: “cuando la ciudadanía está inmersa en esos problemas se necesitan liderazgos que le ayuden a reaccionar. Podríamos decir que en Colombia, en el pasado, un secuestro más o un secuestro menos no importaban. Yo diría que eso es una percepción inexacta. Lo que pasa es que la ciudadanía no se pronunciaba en la debida forma porque no había un liderazgo que la orientara. Pero eso ha cambiado en Colombia”. Uribe no fue un hombre fácil: detallista en extremo, acostumbrado al combate dialéctico (muy “frentero” y confrontativo”, como dicen en Colombia) , políticamente incorrecto y absolutamente convencido de que era necesario llevar hasta el final sus ideas (derrotar a las Farc sin acudir al diálogo ni cederles territorio): “Colombia es un país que sufrió 60 años de violencia; una violencia que incrementó sustancialmente la pobreza, que disminuyó la tasa de inversión y que aumentó explosivamente el desempleo. Estamos erradicando esa violencia que tanto daño ha hecho a Colombia, pero falta un trecho. Por eso, mi única campaña es por la prolongación en el tiempo de la seguridad con valores democráticos”. Absorbente, personalista y trabajólico (su lema era “trabajar, trabajar, y trabajar”) tuvo tendencia a caer en actos de claro corte popular, sino populista. Además, presume de ser un colombiano como los demás y nunca olvida sus raíces: ”tengo que volver a trabajar en la finca y estoy preocupado porque tengo las manos sin callos. ¿Le preocupa mucho eso? Sí, claro, porque tengo que volver a trabajar en la finca”. La deuda social En materia social la herencia social no es tan brillante. La Colombia de Uribe pudo incrementar el gasto público, para mejorar la cobertura en educación y salud. Como en México o Brasil impulsó programas de transferencias condicionadas (el programa Familias en Acción) de entrega cada dos meses de subsidios en dinero a las familias inscritas en el Sisbén a cambio de que sus hijos permanezcan en el sistema escolar o cumplan con estándares mínimos de nutrición. Familias en Acción daba apoyo a 200.000 familias en 2002 y ahora llega a 2.900.000 hogares y 5.300.000 menores de edad. Pero el gobierno de Uribe no logró reducir considerablemente el desempleo que pasó del 16% en 2002 al 11% en 2010, ni la informalidad laboral que afecta al 50% de la población, ni la pobreza que golpea al 46% -si bien en 2002 era del 53%. El propio Uribe reconoce su fracaso: ”quise haber llegado a un desempleo no superior al 8% y para allá íbamos, pero sobrevinieron dos crisis: la de la economía internacional y la crisis particular con la hermana república de Venezuela. Y cuando ese desempleo venía para abajo, ¡había bajado al 10,7%! Nosotros teníamos mucha esperanza de que ya iba a llegar al 8%. Ya habíamos tenido un mes del 9%. Y se nos volvió a subir. Pudimos evitar una catástrofe, porque iba nuevamente para el 16%. Lo logramos parar en el 12%, y yo creo, por lo que veo en la economía, que en año y medio el país puede tener una cifra de desempleo muy distinta”. Problemas institucionales Uribe concentró mucho poder en su persona y forzó la constitución para conseguir sus objetivos: logró la reforma de 2005 que le permitió la reelección con métodos cuestionables (a cambio de su apoyo, se le entregaron prebendas a los congresistas Yidis Medina y Teodolindo Avendaño). Lo más dañino fueron sus peleas con el Poder Judicial que devinieron en un “choque de trenes institucional”. Además. los servicios secretos colombianos (el famoso DAS) continuaron con prácticas muy cuestionables. Sin embargo, frente al personalismo de Uribe emergieron las instituciones colombianas, históricamente sólidas. Para la revista Semana “la justicia jugó un papel decisivo como contrapeso a la concentración de poder por parte de Uribe: la Corte Constitucional frenó la segunda reelección y la Suprema procesó a congresistas y funcionarios cercanos al gobierno, en especial por sus vínculos con grupos paramilitares. Pero jamás se había visto un conflicto institucional tan profundo y prolongado como el que sostuvieron el presidente Uribe y la Corte Suprema de Justicia. Fue una pelea que sacudió a la democracia”. El ejemplo de Uribe demostró que pese a la fuerza y el poder del poder ejecutivo donde hay leyes y se respetan triunfan las instituciones “a pesar de la inmensa popularidad de un hombre que quiere quedarse en el poder, la fortaleza de las instituciones en Colombia ha hecho que este país se mantenga en el sendero de la democracia”. En ese contexto se explica la emergencia de la propuesta moralista de Antanas Mockus que tanto éxito tuvo entre el electorado urbano y joven: “los dineros públicos son sagrados y sí creo que se pueda combatir la corrupción con rechazo social, con reacciones colectivas y coordinadas, y con algo de bien pensar”. presidente y vicepresidente electos de Colombia Santos recibió junto a Angelino Garzón, “más de nueve millones de votos”. Fin del sistema político tradicional Desde 1839 la política en Colombia enfrentaba a liberales y conservadores, que, pacíficamente o no, se alternaron en el poder. La llegada de Uribe a la presidencia cambió ese modelo. Ahora el entramado político se divide en uribistas vs antiuribistas. La campaña de 2010 demostró que los antiuribistas para tener éxto electoral deben aceptar los éxitos del uribismo porque cuenta con, al menos, el 70% de apoyo.El sistema tradicional de partidos en Colombia está muerto. Desde 2002 liberales y conservadores están fuera de la presidencia aunque no del poder. Los conservadores apoyaron a Uribe desde 2002 y desde 2010 los liberales respaldan al heredero del uribismo, Juan Manuel Santos, Las dos grandes fuerzas están muy deslegitimadas, debilitadas y sin liderazgos. En el oficialismo, Uribe, muy despegado de los partidos, no lideró la construcción de un sólido e institucionalizado partido oficialista. Lo más parecido es el Partido de la U, de Juan Manuel Santos, quien es de suponer que tratará de nuclear en torno a él a todas las fueras uribistas. De todas formas, conservadores y liberales no están dispuestos a terminar con su autonomía y aspiran a volver a ser determinantes. La oposición es nueva: el izquierdista Polo Democrático y el Partido Verde de Antanas Mockus deben luchar por convertirse en la principal fuerza opositora. Por el momento el Polo está muy dividido entre radicales y moderados y los verdes son un proyecto con muchas interrogantes. Alianza con Estados Unidos y tensiones con los vecinos Álvaro Uribe optó reforzar la alianza con Estados Unidos, su principal aliado en la lucha contra las Farc desde que en 1999 se firmara el Plan Colombia. Por eso, apoyó a George Bush en la invasión de Irak o en 2009 firmó con la administración de Barack Obama el acuerdo que permite que tropas estadounidense utilicen bases militares colombianas. Pese a la cercanía con Estados Unidos, no pudo ver ratificado el TLC que ambos países firmaron en 2006. La última pelea de Hugo Chávez y Álvaro Uribe Venezuela rompió lazos diplomáticos con Colombia el pasado 22 de julio. Para muchos analistas, esa cercanía con EE.UU, aisló a Colombia de los países de la región. De hecho, con Ecuador y Venezuela las relaciones no fueron tan buenas. El ataque en 2008 contra el campamento de las Farc en Ecuador que terminó con la muerte de Raúl Reyes y los innumerables roces con Hugo Chávez pusieron en ocasiones en riesgo la paz en la región. Uribe explicaba así los problemas con sus vecinos: “nuestro problema es con un grupo terrorista que son las FARC, grupo narcotraficante y terrorista que ha maltratado a Colombia durante 40 años y nosotros tenemos toda la disposición de que Colombia supere esta tragedia, por eso todos los días hacemos votos para poder contar con nuestros vecinos, con los gobiernos vecinos a fin de que estos terroristas no se instalen allá, porque Colombia tiene toda la decisión de ser un país sin narcotráfico, sin guerrilla, sin paramilitares y nosotros tenemos toda la determinación de contribuir a que ni la guerrilla, ni paramilitares ni bandas de narcotráfico le hagan daño a nuestros países hermanos y por eso necesitamos todos los días el apoyo de ellos”.
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 07:22:48 +0000

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