Ayer Domingo celebró la Iglesia a santa Faustina Kowalska, quien - TopicsExpress



          

Ayer Domingo celebró la Iglesia a santa Faustina Kowalska, quien recibió las revelaciones de Jesús de la Misericordia. Le decía Jesus de la Misericordia a santa Faustina: «Yo soy Santo, y el menor de los pecados me horroriza. Pero cuando los pecadores se arrepienten, mi Misericordia no tiene límites... Los peores pecadores podrían convertirse en santos extraordinarios si confiaran en mi Misericordia... Para mí es una alegría cuando los pecadores recurren a mi Misericordia. Entonces los colmo más allá de lo que esperan» Comparto un hermoso cuento sobre la misericordia que me manda un buen amigo. Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran estancia, mucho ganado, varios empleados, y un único hijo, su heredero. Un día, el viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyeran un pequeño establo.Dentro de él, el propio padre preparó una horca y, junto a ella, una placa con algo escrito: “PARA QUE NUNCA DESPRECIES LAS PALABRAS DE TU PADRE”. Más tarde, llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: ¡Ella es para ti! Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás en ella. El joven se rio, pensó que era un absurdo, pero para no contradecir a su padre le prometió que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería. El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, y así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad.Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir: - Ah, padre mío... Si yo hubiese escuchado tus consejos... Pero ahora es demasiado tarde. Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, pero al menos esta vez haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa. No me queda nada más... Entonces, él subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó: - Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad... Entonces, se tiró desde lo alto de los escalones y, por un instante, sintió que la cuerda apretaba su garganta... Era el fin. Sin embargo, el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente, cayendo el joven al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y brillantes, muchos brillantes... La horca estaba llena de piedras preciosas. Entre lo que cayó encontró una nota. En ella estaba escrito: Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre. "La Misericordia Dios es exactamente así con nosotros. Cuando nos arrepentimos, podemos ir hasta él. Él siempre nos da una nueva oportunidad".
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 07:23:05 +0000

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