" Bloody Romance " Capítulo ll " Tú serás mi pareja " El - TopicsExpress



          

" Bloody Romance " Capítulo ll " Tú serás mi pareja " El despertador comenzó a sonar. Como recién era el primer fin de semana de vacaciones aún no me acostumbraba a dejarlo apagado antes de ir a dormir. Recién eran las seis de la mañana. Aún estaba adormilada, así que torpemente comencé a estirar el brazo en direcciones al azar con la intención de detener aquel molesto ruido. Todavía recuerdo como mientras buscaba el pequeño objeto derribé un montón de cosas. Sin embargo, una vez silenciada la habitación me alarmé. Sarah : - ¿Dó...dónde estoy? - el sueño produjo que la habitación en la que me encontraba se me hiciera totalmente desconocida. - ¡Ahora lo recuerdo! Mi padre se fue por motivos de trabajo así que me estoy quedando con los Black. Una familia de... - no pude terminar la frase, un escalofrío recorrió mi espalda en cuanto recordé lo que había ocurrido hace unas horas. Después de una lucha conmigo misma por ver si me levantaba o no, decidí hacerlo. Fui al baño, el cual por cierto estaba en mi habitación y me duché. Al terminar, debido al frío, me puse unas calzas de polar blancas, un vestido violeta oscuro, botines negros y terminé condecorando todo con una bufanda lila. El conjunto asía que mi lacio pelo negro y mis ojos grises resaltaran. Ya eran pasadas de las siete. Una vez terminé de hacer mi cama fui a la cocina en busca de mi desayuno. Al cruzar el umbral me topé con Sebastián quien estaba en la estufa preparando un omelett de olor exquisito. Sarah : - Buenos días Sebastián. - dije mientras me acercaba para ver si podía ofrecerle mi ayuda. Sebastián : - Buenos días señorita. - contestó con la simpática sonrisa de costumbre. - Veo que se ha levantado temprano. En seguida estará listo el desayuno. Sarah : - Ah. Gracias. - aún no me acostumbraba a que me trataran tan cortés mente. Tomé la silla más cercana y me senté mientras me servía un vaso de leche de la jarra que se encontraba sobre el mesón. Sebastián : - Los jóvenes amos me informaron de lo sucedido ayer. - irrumpió el silencio mientras daba un increíble vuelta a la tortilla del satén. Sarah : - Ahora que lo mencionas. Sebastián, ¿tu también eres un...vampiro? Sebastián : - ¿Yo? Jaja, no yo no. Yo soy humano al igual que usted señorita. - puso frente a mi un plato con el omelett manteniendo su sonrisa. Sarah : - ¿No es incomodo vivir en una casa así? Sebastián : - A decir verdad, yo estoy en deuda con los amos Black. Hace mucho tiempo, cuando yo era joven, ellos me salvaron la vida. Para mí es un honor el poder servirles como mayordomo. Sarah : - Ya veo. De seguro es una historia bonita. - le sonreí amablemente mientras me echaba a la boca un poco del delicioso platillo dándole a entender que era de mi agrado. Sebastián: - La es. - respondió devolviéndome la sonrisa en señal de satisfacción. Terminé de comer y me quedé jugando con el vaso, ya vacío, observando el hermoso acabado de mármol que se hallaba en las paredes. Sebastián se había sentado al otro costado del mesón con na taza de té caliente. Todo estaba pacífico... incluso llegué a pensar que no demoraría en acostumbrarme a la nueva casa. Pero mi concentración en cada detalle de la cocina fue interrumpida por Basile quien entró repentinamente vestido con un pantalón blanco, sandalias y un ligera camisa verde limón. Me dio frío de solo verlo. Basile : - Buenos días Sebastián. - bosteza. - Oh. Hay alguien más aquí. ¿Quién eres? - me miró mientras se restregaba uno de sus ojos con el puño derecho de su delgada prenda. Sarah : - ¿Eh? ¿Cómo que "quién eres"? Nos presentamos ayer, ¿no lo recuerdas? Basile : - Oh, ya me acordé. Perdón Sarah. - se acercó lentamente y me abrazó por detrás tal como lo había hecho el día anterior. Sarah : - ¡O...oye! ¿Otra vez con eso? - lo empujé suavemente hacia atrás y se sentó a mi lado. Pude notar como Sebastián sonreía discretamente mientras se ponía en pié para servirle el desayuno al príncipe presente. - Más importante, ¿no tienes frío? Basile : - ¿Estás... preocupada... por mí...? - creí haber visto brillar sus ojos. Sarah : - No es que esté preocupada. Es solo qu... - Basile cayó cómodamente sobre mi hombro izquierdo. - Se quedó dormido... Sebastián: - Bien, si me disculpan iré a hacer los preparativos para el desayuno. - advirtió parándose de su asiento con la taza de té en mano. Sarah : - Eh... ¡Sebastián! ¿Podría ayudarlo en algo? Sebastián: - No es necesario. Parte de mi deber es hacer que su vida en esta casa sea lo más cómoda posible. Sarah : - Es que... No quiero abuzar de su amabilidad. La verdad me gustaría ayudar en todo lo que pueda. Sebastián: - Está bien. - dijo con una sonrisa comprensiva. - Si es así como se siente, no estoy en el derecho de impedir su deseo. Entonces, ¿podría ir y despertar a los amos? Sarah : - Cla...claro. - al escuchar esas palabras me arrepentí rotundamente. ¿El par de raros y el maniático desquiciado? No tuve opción más que verlo por el lado positivo... tal vez si ayudaba al amable Sebastián no me sentiría inútil del todo. Me decidí a realizar la tarea y me puse de pie... provocando a propósito que la cabeza del "inconsciente" rebotara con la meza. Aún así no despertó. Sebastián me entregó un mapa dibujado con gran detalle, indicándome el rumbo y los corredores que debía seguir para cumplir mi misión. Sebastián: - Por cierto. Tenga cuidado con el joven Elliot. Tiene un pésimo genio al levantarse. Sarah : - ¡Entiendo! - respondí alzando la voz desde las escaleras principales. Ya había decidido el recorrido. Empezaría por la habitación más cercana y así sucesivamente. El primero era Lain. Toqué a su puerta pero no respondía. Repetí el ejercicio unas tres veces más y continuaba con el mismo resultado. Sarah : - ¡Lain, soy Sarah! - no hubo respuesta. - ¡Voy a entrar! - era la única solución que se me ocurría. El cuarto estaba completamente negro. Las cortinas estaban cerradas impidiendo que entrara la luz. Una vez abiertas me percaté de que el cuarto era tan gigantesco como el mío... pero me impresioné. Estaba terriblemente desordenado. Me era imposible conciliar que en ese cuarto pudiese dormir una persona. De echo, ni siquiera estaba Lain. Debido a la flojera que me causaba el pensar en buscarlo dentro de las montañas de ropa, decidí seguir con el siguiente cuarto. Sarah : - ¡Colin, soy Sarah! - ocurrió exactamente lo mismo. No soy de mucha paciencia, así que me limité a entrar después de la primera llamada. - Ahhh... ¡Voy a entrar! Giré la perilla y la habitación estaba en las mismas condiciones que la anterior, sólo que esta tenía una pequeña diferencia. Se podían divisar claramente dos figuras recostadas en la inmensa cama. Me acerqué cautelosamente. Ambos gemelos estaban profundamente dormidos abrazándose mutuamente. Sarah : - Oigan, ya es de día. - en ese momento, pude percatarme de algo. - Escuchen, no quiero gastar tiempo jugando a esperar a que dejen de hacerse los dormidos. Colin : - ¿Eh? ¿No funcionó? Lain: - Al menos podrías habernos seguido el juego. Sarah : - Bien, van dos queda un... - murmuré inconscientemente hasta que me agarraron por los hombros dos manos. Ya me estaba acostumbrando a que interrumpiesen mis diálogos. Gemelos : - Entonces, ¿Qué tal esto? - dijeron con sonrisas malévolas mientras me tumbaban en el medio de la cama. Me dejaron prisionera entre sus cuerpos semi-desnudos ( sólo llevaban pantalón ). Sarah : - Podrían soltarme, aún tengo que ir a despertar al psicópata de su hermano. - mascullé fríamente mientras me abrazaban más fuerte. Colin : - Si te mueves... Te quebraremos las costillas. Lain: - Sería fácil. Después de todo tienes un cuerpo extremadamente frágil. Gemelos : - ¿Ahora qué? ¿Ya tienes miedo? - dijeron mientras aumentaban la presión sobre mi cuerpo. Sarah : - Por favor, deténganse. No quiero tener que cambiar mi opinión sobre ustedes, pienso que son unos chicos amables y simpáticos. Me gusta la forma de ser que tienen, así que... - dije seria mientras ambos me miraban concentradícimos y a medida hablaba aflojaron sus brazos sobre mí. - Ya levántense, ¿si? - logré liberarme poniéndome de pie. Gemelos : - Espera. - exclamaron incorporándose. Lain: - ¿Acaso crees que después de decirnos que te gustamos...? Colin : - ¿Vamos a dejar que te vallas así como así? - me agarraron fuertemente de cada mano y de un fuerte tirón pusieron mi rostro a la altura de los suyos. Tras escuchar unas risas, sentí el rose de sus lenguas en mis mejillas. De un saltó dí unos tres paso atrás con la cara completamente sonrojada. Ambos chicos rompieron en risa. Sarah : - ¿Po...po...por qué hi...hicieron eso? - me sacaron completamente de mi balance, algo que era muy difícil de conseguir. Ambos pasaron de un estado sorprendido, a unas carcajadas que provocaron lágrimas en sus ojos tras ver mi reacción. Colin : - ¡Jajaja! ¡No lo puedo creer! Lain: - ¡Y pensar que sólo bastaba eso para sacarte de tus casillas! ¡Jajaja! Gemelos : - ¡Jajaja! ¡Es... está bien, está bien! ¡Jajaja! - los miré a ambos con los ojos entrecerrados. - Enseguida nos cambiamos. - observaron mi rostro indiferente nuevamente, conteniendo una sonrisa. Gemelos: *¡Es ella de nuevo!* Colin : -Vamos, date prisa y sal. Lain: - ¿O acaso quieres vernos desnudos? Sarah : - Es cierto, perdón. - volví a mi estado normal y cerré la puerta una vez fuera. Ahora faltaba mi querido amigo. Seguí el mapa adentrándome en lo más profundo de los corredores. Por fin al frente de mi nuevo objetivo inicié el ejercicio que realicé antes. Otra vez ocurrió lo mismo. Realmente no tenía ganas de entrar, pero la cara de Sebastián sonriendo se me venía una y otra vez a la mente haciendo que sintiera culpa si no cruzaba esa puerta. Ya reunido el valor, giré la perilla. La verdad... no era lo que me esperaba. El cuarto estaba completamente vacío a excepción de un armario, una cama y un pequeños hilo de luz que salía de una cortina entreabierta. Dejé que toda la luz entrase y vi el rostro de Elliot profundamente dormido. No pude evitar acercarme... parecía otra persona. Se veía tan pacífico que me daba lástima despertarlo. Eso hasta que repentinamente abrió los ojos. Elliot : - ¿Intentando atacarme mientras duermo? - soltó una pequeña risa sarcástica y me empujó hacia atrás haciendo que cayese al suelo. - No puedo creer que tengas el descaro de venir a mi habitación siendo así de débil. - Se sentó sobre mí sujetándome de las muñecas. Sarah : - ¿Lo dice el chico que quedó inconsciente luego de un pequeño golpe en sus partes nobles? Elliot : - ¡Eso ocurrió porque me distraje! Además, ¿qué pasa con esa cara? Estás demasiado calmada aún cuando un chico está forcejeando contigo a solas en su habitación. Tal vez debería subir de nivel. - sonrió de forma perversa acercando su rostro lentamente al mío. Cerré los ojos fuertemente como reflejo a mi agresor, pero este volvió a reír poniéndose de pie. Y con un tono burlesco dijo. - ¡No eres más que una mocosa horriblemente fría! - hablaba dándome la espalda en dirección a la puerta. - ¡Con una actitud así, no me extraña que tu padre te haya abandonado! Sarah : *¿Abandonado?... ¿Me dejó a causa de mi frialdad? * Sarah : - ¡T... tú! - estaba temblando por la furia. Como no me enojaba con facilidad, era de ese tipo de personas que en cuanto tocan su punto débil, estallan. - ¡Tú eres el único mocoso aquí! ¡¡¡Idiota!!! - agarré la almohada más cercana y con toda mi fuerza se la arrojé a la cara. Inmediatamente se volteó con la almohada aún pegada al rostro.Por supuesto no le hizo daño alguno, pero al menos conseguí ponerlo rojo de rabia. Elliot : - ¡¡¡Bastarda!!! - rápidamente fue tras de mí. Rodeé la cama y antes de que me alcanzara, de una voltereta llegué al otro lado del colchón. Me incorporé en cuanto sus manos rozaron mi espalda. Sabía que sería en vano, pero corrí lo más fuerte que pude echando un par de miradas para ver como un frenético psicópata de ojos azules me perseguía. De alguna forma logré sacarle algo de ventaja, siendo que mi nota más alta en deportes no pasaba el cuatro. Tal vez se aya debido a que antes de salir de la habitación cerré la puerta y a causa de la velocidad con la que corría Elliot, este fácilmente la hizo pedazos teniendo un breve momento de confusión. Revisar que tan grave fue el daño o simplemente seguir persiguiéndome. Tengo el presentimiento de que optó por la segunda. El problema se presentó metros más tarde. Había dirigido otra mirada hacia atrás y no me había percatado de que las escaleras estaban frente a mi. En un segundo estaba volando. Sarah : - ¡Kya! - quedé afónica por el increíble grito que dí. Basile : - Oops. - escuché una suave y tranquila voz. - No deberías correr por la escaleras Sarah, es peligroso. - alcé la vista y me topé con los verdes ojos de Basile quien me sostenía con gran facilidad entre sus brazos. Elliot : - ¡Ya te ten...! - antes de terminar, Basile puso un pie sobre su cara frenando su velocidad aún sosteniéndome sobre sus brazos. Basile : - Tomaré a esta chica prestada por un momento si no te importa. - quitó su pie y la silueta de la sandalia quedó perfectamente grabada en el rostro de Elliot. Elliot : - ¡Basile, maldit...! Basile : - GUARDA SILENCIO. - Elliot había estirado su brazo con la intensión de arrebatarme de las manos de Basile, pero extrañamente en cuanto escuchó las palabras de este se detuvo al instante. Se mordió el labio inferior reprimiendo su orgullo y se retiró del salón. Sin embargo, antes de cruzar el umbral de la puerta, volteando me miró fijamente diciendo: Elliot : - Esto no se va a quedar así. ¡Tch! Sarah : - Lo odio. - dije con impotencia una vez se fue. Basile : - No lo hagas. Puede ser algo bruto pero en el fondo es una buena persona. Sarah : - Pues entonces ¿qué tan a fondo? Por otro lado, ¿qué acabas de hacer? Basile : - ¿Te diste cuenta? Sarah : - ¿Acaso creíste que no notaría el dramático cambio de Elliot? Basile : - Solo utilicé mi don. Sarah : - ¿Don? Basile : - Es cierto. En parte fue por eso que vine a buscarte. Sebastián me dijo que debía advertirte. Ven conmigo. Sarah : - Está bien, pero... ¿podrías bajarme? - me dedicó una cálida sonrisa y me posó suavemente sobre el suelo. Tomándome de la mano me arrastró por toda la casa. Basile : - Aquí nadie nos interrumpirá. - giró una perilla y me encontré con una selva tropical. Sarah : - ¿Qué es este lugar? - era increíble. Habían plantas de muchas especies por todas partes. Basile : - Es mi habitación, ¿te gusta? Sarah : - ¡Parece un invernadero! Me encanta. - dije eso aún cuando mi cara no mostraba emoción alguna. -Bien, ¿qué ibas a decirme? Basile : - Oh. Mmm... ¿Por dónde debería empezar? Ayer te enteraste de lo que somos, ¿verdad? - asentí con la cabeza.- Bueno, nuestra familia no es una familia de vampiros común y corriente. Somos una clase especial entre nuestra especie. Todos aquí pertenecemos a la nobleza. Eso debido a que todos somos vampiros pura sangre. Sarah : - ¿Pura sangre? Basile : - Sí. - soltó una pequeña risa. - Como ya te habrás dado cuenta, nuestras capacidades físicas son más altas que las de los humanos. Sin embargo, debido a nuestra condición, se nos ha bendecido con ciertos dones. Me parece que ayer viste el de Elliot. Sarah : - ¿El fuego azul que salía de sus manos? - me respondió afirmando con una sonrisa. Basile : - Dentro de los pura sangre, existen dones de dos tipo. Físicos y mentales. Aaron y Elliot obtuvieron dones de la primera clase, mientras que los gemelos y yo de la segunda. En ocasiones normales, el fuego de Elliot es capaz de volver cenizas incluso hasta el acero. Lain y Colin son un caso especial, incluso dentro de los vampiros, ya que ellos tienen el don de leer tanto las mentes como el futuro. En mi caso tengo el don de la palabra. Sarah : - ¿Qué es eso? Basile : - Básicamente cuando lo utilizo, todo lo que digo se toma como una orden irrompible por parte de la otra persona. Sarah : - Ya veo... Sarah : * Espera un segundo... siento que algo se me está escapando... * Sarah : - Basile. Si no mal recuerdo. Cuando Elliot me tocó con su mano encendida no sentí nada. Basile : - Es por eso que eres tan extraña... Sarah... Por alguna razón ninguno de nuestros dones funcionan contigo. Por lo general, la efectividad varía si el receptor posee una mayor fuerza. Pero nunca había escuchado que un humano pudiese anular completamente a un vampiro. Sarah : - Con que a eso se referían Lain y Colin. Bueno, en cierta forma es tranquilizante. - Basile me miró con una cara de sorpresa. - Quiero decir... Sería una verdadera molestia si saliese quemada, me leyesen la mente o tuviese que obedecer a todo lo que me digas. - respondí su mirada con una sonrisa. Basile : - Sarah... La verdad es que te traje aquí porque quería preguntarte... - empezó a cerrar lentamente los ojos. - si quieres ser mi pa... - fue vencido por el sueño. Tal vez todo el discurso de recién había significado un récord para él. Lo cubrí con una manta que estaba a los pies de la cama, saliendo lenta y silenciosamente de la habitación. Sarah : - Mmm... Vivo con vampiros con poderes especiales... - murmuraba en voz baja mientras miraba por las ventanas del corredor. - De alguna forma siento que en cualquier momento saldrá Harry Potter por una puerta. - suspiré. - Al menos sé que ya no se puede poner peor. Elliot : - ¿Estás segura? - dijo con una sonrisa siniestra mientras apoyaba el hombro en la pared detrás de mi. Un escalofrío recorrió mi espalda. No me dio tiempo ni de voltearme. Enseguida me percaté se su presencia, apareció frente a mí tomándome fuertemente del antebrazo. Elliot : - Ya me había cansado de esperarte. Les tomó mucho tiempo esa "conversación". ¿Qué estaban haciendo? Sarah : - Eso no es asunto tuyo. - dije rígidamente. Elliot : - ¿A no? - me empujó hacia la pared poniendo sus manos a cada lado de mi rostro. - No me gusta compartir mi comida. Sarah : - Yo no soy la comida de nadie. Elliot : - Error. ¿Acaso crees que los demás son amables contigo porque les caes bien? Si es así. Valla que eres ingenua. Para nosotros no eres más que un contenedor de sangre deliciosa. Aunque debo confesarte que eres más interesante que el resto de los humanos. Y pensar que existe algo que no pueda quemar. Oye, ya di algo. Es molesto ver tus ojos desafiantes sin que hagas nada. Sarah : - ¿Y qué quieres que haga? - fruncí el ceño. Elliot : - Entretenme un poco. Estoy aburrido, así que creí que podría divertirme contigo por un momento. Mis hermanos ya me explicaron las reglas que estipularon nuestros padres. Sarah : - ¿Reglas? Elliot : - Está prohibido matarte. Eso era lo que iba a hacer pero ni modo. Sin embargo... nadie dijo que no podría hacerte dañ... - le dí un rodillazo igual de fuerte que la noche anterior provocando que cayera al suelo. Estaba cansada de escuchar sus tonterías. Sarah : - ¡Hmp! Dices que me harás daño pero caíste en el mismo truco. Como dije antes no eres más que un idiota. Si piensas que te dejaré tocarme tan fácilmente de nuevo, estás equivocado. Tal vez parezca débil pero no lo soy. Y déjame decirte que desde el principio he visto mi estadía en esta casa como una experiencia de supervivencia. Ni tú ni tus hermanos van a vencerme tal fácilmente. - lo ignoré y seguí caminando. Elliot : - Si serás... ¡Jajaja! - soltó una risa malvada. - ¡Ya me decidí! Sarah : - ¿Eh? - me volteé viendo como tenía una tenebrosa sonrisa aún demostrando dolor en su rostro. Elliot : - ¡A partir de ahora...! ¡T...tú serás mi pareja! Sarah : * ¿Qué demonios?... * By: xkurousagix.blogspot Correo: xkurousagix@hotmail
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 05:17:58 +0000

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