Bunbury, el regreso del artista equilibrista... O se le ama o se - TopicsExpress



          

Bunbury, el regreso del artista equilibrista... O se le ama o se le odia, no parece existir término medio —ni él parece desearlo—en la opinión que se genera en torno a la figura de Bunbury. Artista en continuo equilibrio de búsqueda incesante e inquieto deambular sonoro, cantante de imperdonable insolencia para los mediocres, de héroe a villano del rock patrio y situado de manera insólita entre el Mainstream y el Indie, (tierra de nadie vetada en el país de la etiqueta y el posicionamiento radical) El aragonés errante se deleita en jugar al despiste ante propios y extraños que intentan perseguirlo con el tranquilizador cazamariposas del encasillamiento. Esto en España, en México y toda Latinoamérica es idolatrado sin más. Todavía no hay quien le perdona que fuera el culpable de la ruptura de la que seguramente fue la banda más importante de la historia de la música patria. En sus conciertos se pueden ver, aún a día de hoy, a nostálgicos de Héroes del silencio que acuden a verlo tan solo con la intención de que cante algún tema del desaparecido grupo. Y es que los comienzos en solitario del maño fueron duros, primero con la incomprendida ruptura con todo lo anterior que supuso su disco de debut en solitario Radical sonora, un album de experimentación y búsqueda de nuevos sonidos que fue totalmente incomprendido y que, aunque fallido, no solo dejaba un par o tres de buenas canciones como Salomé, Big Bang o Alicia sino que además supondría toda una declaración de intenciones. Luego llegaría Pequeño, un disco excelente en el que Bunbury bebía de los ecos musicales del Mediterráneo fusionando el rock con reminiscencias que iban desde los tañidos balcánicos hasta su natural unión con el flamenco, pasando por el cabaret e introduciendo sonidos de cuerda y metales haciéndose acompañar por una gran banda llamada El huracán ambulante. Un disco adelantado a su tiempo que al principio tampoco fue recibido como merecía llegando algún director de radio-fórmula a tirar el CD a la basura en clara muestra del deplorable nivel de la mayoría de los que manejan (o manejaban) el cotarro musical en nuestro país. Sin embargo Pequeño sería el disco que afianzaría a Bunbury como artista en solitario y que haría que la crítica y el público se rindiera a la evidencia de un album que es una absoluta obra maestra. A partir de entonces llegaría la consagración y el éxito internacional pese (o quizá por) a que el cantante en lugar de acomodarse en lo que había funcionado optó por cambiar una y otra vez de registro con discos como Pequeño cabaret ambulante, Flamingos, El viaje a ninguna parte o Freak Show así como dos discos corales y experimentales o atípicos para los muy fans como eran Bushido y Panero (musicalizando y recitando al gran poeta Leopoldo Panero) en los que el maño viajó por inumerables paisajes sonoros, geográficos y vitales tan memorables como maravillosos. No obstante la inquietud innata de Bunbury y el miedo casi obsesivo a repetirse, unidos al cansancio físico y emocional, le llevan a disolver El huracán ambulante y abandonar los escenarios durante un tiempo que parece indefinido. La unión con otro genio inclasificable como es Nacho Vegas, con quien le une una de esas amistades extrañas para unos y completamente inevitables para otros, le hace regresar de su retiro para grabar El tiempo de las cerezas, un hermoso disco compartido en el que sin embargo el cantautor asturiano ganaría el supuesto duelo de composiciones, pero que tendría una versión mejorada, gracias a la fusión de temas, en su versión en directo en el Liceo. Hasta que en 2007, quizá el mejor momento posible, sorprendentemente llega la noticia más esperada para legiones de fans en todo el mundo y Héroes del silencio se reúnen de nuevo para una gira de ocho ciudades entre América y España que movió a miles de seguidores y fue uno de los acontecimientos musicales más memorables y emocionantes que se recuerdan en la última década. Esta reunión sirvió para alimentar aún más si cabe la leyenda del grupo y dejarlo, como la banda merecía, por todo lo alto. Posteriormente Bunbury se haría a compañar por Los Santos Inocentes, una banda más básica y rockera con los que volverá a reinventarse en sus siguientes discos; Hellville de Luxe, Gran Rex, Las consecuencias y Licenciado Cantinas ( disco de versiones de canciones latinoamericanas) en los que indagará en un fronterizo cruce de caminos musical entre Estados Unidos y Latinoamérica con su sello inherente de extranjero eterno y en el que denota estar en plena madurez creativa y personal, si siempre hizo lo que le vino en gana, en estos discos lo hace con la tranquilidad de quien nada tiene que demostrar ni disculpar. Regresa Bunbury, el de la pose de rockstar, el de la voz portentosa y engolada en la mejor tradición patria, más Nino Bravo que Robert Plant, el cantautor y crooner, más Elvis que Morrison, el de las letras preñadas en poesía y literatura, el dandy camaleónico, más Bowie que Dylan, el de la evolución constante, el comprometido socialmente con su mundo y con la música, el decadente, el cabaretero, el showman, el único, controvertido, imitado e inimitable. Uno de los más grandes y maravillosos artistas de nuestro país, aunque a algunos todavía les pese. Su nuevo disco titulado Palosanto sale a la venta el 29 de Octubre y ya podemos disfrutar de Despierta, el adelanto de mensaje sencillo y directo, pero necesario, con guitarras luminosas que recuerdan a Lady Blue. FUENTE: papeldeperiodico/2013/09/20/bunbury-el-regreso-del-artista-equilibrista/
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 21:05:28 +0000

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