COMPARTO...EDITORIAL Publicado el 31/ 7/2013 - Candidaturas y - TopicsExpress



          

COMPARTO...EDITORIAL Publicado el 31/ 7/2013 - Candidaturas y programa Cuando falta un poco más de un año para los próximos comicios, el tema de las candidaturas acapara el debate en prácticamente todas las tiendas políticas. Es normal que así sea pues el tiempo apremia y es preciso ir definiendo los nombres que competirán en las internas de junio próximo. La elección de la fórmula presidencial exige un análisis serio y detenido en el que se tendrán en cuenta las características, las virtudes y defectos de cada precandidato; se tejen alianzas, se buscan acuerdos, de modo de lograr un diseño electoral a la interna de cada colectividad y someterlo al juicio de los ciudadanos. Ahora bien, con ser esto de innegable importancia, hay otro asunto especialmente relevante que debe definirse con tiempo. Nos referimos a la elaboración del programa de gobierno. De poco valdrá contar con el mejor candidato, el de perfil más adecuado, si la fuerza política no tiene un programa claro, definido y lo más preciso posible. En la cultura política de la izquierda se ha sostenido desde siempre que el programa es prioritario y que los nombres vienen después: primero, una definición ideológica y programática; y luego, analizar quién de los posibles candidatos es el más apto para llevar adelante y plasmar el programa en hechos concretos, en leyes y actos de gobierno. Al nacer el Frente Amplio, en 1971, más allá de los matices inevitables que distinguían a los diferentes partidos, grupos y sectores que lo componían, había un consenso sólido acerca de un buen número de propuestas e iniciativas. El país venía soportando el régimen despótico de Pacheco Areco que, además, había integrado en su gabinete a representantes de la más pura oligarquía. En primer lugar, era imperativo buscar la forma de pacificar el país y de reencauzarlo por el camino del respeto a las instituciones y de la vigencia plena de las libertades. Y luego, venían las medidas de corte económico como la reforma agraria, la nacionalización de la banca y del comercio exterior y otras que apuntaban a recuperar la soberanía y el nivel salarial, como primer paso hacia la construcción del socialismo. Han transcurrido más de cuarenta años y hoy la coyuntura es otra muy distinta. Luego del fracaso del socialismo real, la izquierda uruguaya debe definir con seriedad las metas de mediano y largo plazo. Al respecto, nos parece pertinente transcribir parte de una extensa nota de Jaime Secco publicada por Uypress, en la que aborda el tema del programa y plantea algunas prioridades. Dice Secco que el crecimiento es esencial “para la autonomía del país, para que podamos esquivar las amenazas y aprovechar las oportunidades, incluyendo las de cambio social (…) Pero también crecimiento económico para posibilitar una sociedad y unos uruguayos menos vulnerables”. Más adelante agrega: “El capitalismo es concentrador de la riqueza, y el capitalismo actual y los modelos productivos exitosos en Uruguay son especialmente concentradores. Redistribuir es una ocupación central, es la clave de un gobierno de izquierda cuyo norte es la igualdad”. Entendemos que se trata de aportes valiosos para abordar un asunto tan importante.
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 01:58:01 +0000

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