Capitán y único tripulante de un barco al capricho de los vientos. Terminarás, un día, por no lanzar más botellas al mar... tienden a tomar un rumbo equivocado. Más tarde, abordan tu nave gentes con oscuros corazones, de los que te cambian el trato, si encuentran que tu circunstancia ha mutado. Y en los días en que sólo eres partícula, sostenido en las mareas del éter del universo, más pasajero que un parpadeo, con las palabras dando vueltas por tu boca y temiendo salir por la inconmensurable pequeñez de tu existencia; te hablarán como si la espontaneidad les motivara, como si el mundo no cambiara, como si no supieras que sólo el cálculo es padre sus razones. Y harán desfilar en el carrusel de sus palabras rangos, propiedades y lugares comunes. Te enterarás que allí donde albergaron preguntas, los prejuicios más comunes han alzado sus tiendas. ¡Ten cuidado! pues no buscan ni a un náufrago, ni a un navegante, sino a un esclavo al que llamar “Viernes”. Será mejor hacerse el único troglodita de tu barco, olvidarlo todo, guardar silencio, mirar con desconfianza toda presencia humana. Y que el mar decida si tu destino son los arrecifes o encallar en alguna playa. Será mejor ver morir la tarde en la proa de tu barco, apenas sostenido por la película de agua que rodea esta diminuta piedra de tibio corazón que llaman planeta. Y mientras la brisa golpea tu esfinge flotante, tu monumento a lo huidizo, preguntarte: ¿Tendrá más sentido ladrar con los perros en medio de la madrugada? ¿O escucharlos deslizar sutilmente en sus discursos simples comparaciones? ¿Resultará preferible hacer ritos inexplicables, de religiones unipersonales, los días de luna llena? ¿O intentar contactar a los que observan la soledad como un delito o una deformidad; una excrecencia rara de la que te liberarán proponiéndote los planes que antes ellos desprestigiaban; o incurriendo en las acciones que te reprochaban?
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 19:35:42 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015