Carta del demonio (metáfora) Querido ángel: Hoy Dios o el destino (sea quien sea) me demostró que el valor de mi alma se asemeja a los desechos de un insecto. Gracias, sé que uno no puede ver sus defectos, pero yo si los conocí frente a frente, face to face... Y si hay demonios en la tierra: personas perversas, malévolas en el mundo que no se dan cuenta porque la maldad forma parte de su cotidiano vivir y de su naturaleza misma. Pero por otra parte ... hay también ángeles: personas especiales, humildes que luchan en la vida y que te hacen querer ser mejor. ¿Tú eres un ángel o un demonio? Mmmmm.... aunque parezca un tanto infantil y poco sobria la comparación... Cuando te conocí no sabía que eras un ángel y tampoco sabía que yo era un demonio. Cada día se iban descubriendo tus alas y a mi se me ocultaban menos los cuernos. En ese proceso de quitarnos los disfraces me dijiste que me amabas y yo recordé que los demonios no pueden amar, sólo pueden odiar. Tu ternura me elevó a los cielos sin ser un ángel y antes de ser expulsada mis recuerdos me llevaron a la realidad. No pertenezco ahí, yo no merezco ser feliz. Tampoco merezco que me ames. Es hora de marcharse, de abandonar tu luz y volver a mi obscuridad. Me sujetas de la mano y me dices que me quede. Te suelto y cuando sólo queda un rayito de luz .... vuelvo a tus brazos. Soy un demonio, pero jamás te haré daño. Me dedicaré a hacerte feliz aunque el cielo y el infierno se pongan en nuestra contra. Aún a costa de todos, hasta de mi propia felicidad, lo juro. Firma: Tu demonio fiel
Posted on: Mon, 18 Nov 2013 19:32:12 +0000