Chapter Two: Al caer Rogelio, levantarlo sentí que la suerte estaba decidida, caminamos en diagonal la corriente era fuerte, la altura del agua no, de hecho nos recordamos en ese momento de que la Av. Fidel Velázquez que por años habías transitado tenía un fuerte declive… en nuestra contra… íbamos marcha arriba. Con el agua apenas a nivel de los calcetines llegamos al camellón central de la avenida, si te recuerdas esa avenida es de 8 carriles, dos laterales con un medio camellón y 6 carriles centrales con un camellón central… y ahí estábamos, en cosa de nada el agua subió unos centímetros más, poco mas o menos debajo de mis rodillas, en eso aparece Gerardo el profe de Ed. Física “Que onda para donde van o que?”, digo es fácil recordar, mi amigo tenía poco mas de 18 años, así que para el era casi un paseo dominical con los abuelos… Le aceptamos por si acaso teníamos que “empujar el carro”. Le digo a David “oye moreno, se me hace que tendremos que caminar mas hacia arriba de la avenida, recuerdo que allá está mas alto y batallaremos menos”, Rogelio dijo, “si lo que quieran pero apúrense ya no veo mi carro”. Avanzamos a contra corriente unos pocos metros de repente empecé a sentir unos golpes en los pies, en los tobillos, ya con el agua arriba de la rodilla, piedras, palos, basura, ramas y solo dios sabe que más iniciaron “la danza del dolor”, empecé a sentir frio, eran las primeras lluvias de Septiembre, no había hecho ese año tanto frio como ahora, entonces se sentía mas fría, “Vamos a avanzar hasta aquellos arbolitos, es lo mas alto que está la avenida, dijo David, y seguí avanzando, Rogelio era el último de la “fila india”, detrás de David Gerardo, al llega al primer árbol, dijo David “no le piensen a cruzar ya, ya, ya”, he iniciamos la travesía tres carriles, los 15 cm mas del cordón al asfalto, nos elevó el agua casi a la cintura, en mano cadena lo conseguimos llegamos al siguiente camellón, el lateral estábamos a carril y medio de llegar a la otra orilla, a unos pasos atrás de ese camellón otros arbolitos un poco mas “gruesesitos”, nos fuimos sin hablar hacia allá, de nueva cuenta Rogelio pierde pisada y “para abajo”, tropieza con Gerardo y lo tumba y si no fuera por un raquítico árbol de cómo 2 pulgadas de diámetro, pero suficiente para salvarlo los dos hubieran terminado rodando hasta parar debajo de un puente a poco mas de 800 metros, pero no era momento del fin de la aventura. Con el agua en la “ingle”, empapados porque la lluvia iba y venía, el nivel aumentaba momento a momento, la situación ya era desesperante, ya no podíamos escucharnos el ruido del agua era ensordecedor, ya no había nada alrededor nuestro agua, arbolitos, piedras rodando bajo el agua y nosotros 4. De la nada vimos acercarse una grúa de esas que remolcan trailers, era enorme, le hicimos señas, gritos que no se escuchaban, era eso o era nada, el chofer nos vio, acerca la grúa de reversa, de repente se veía semi-flotar, se le movía para un lado y otro, pero lo peor estaba por venir, estando a casi 4 metros la grúa producía un oleaje que hacía que casi nos ahogáramos, el agua nos llegaba a los hombros, los arbolitos cedían ante nuestro peso, la fuerza del corriente de agua y los golpes de las piedras rodando por debajo, donde la corriente es mayor. Después de algunos intentos de acercarse le pedimos que usara la pluma de la grúa para sacarnos, el tipo se salió de la cabina (lo hicimos a señas, el no podía oírnos), se lanzó a la plataforma movió la pluma, cambia la relación de peso en la grúa y empieza a ser arrastrada por la fuerza del agua, el deja de mover la pluma, se va a la cabina, el vehículo deja de moverse, menea la cabeza se le ve la angustia y lo decide, se va, el ya no podía hacer mas, que salvar su vida, seguía lloviendo y la grúa podía arrollarnos, ese hombre hiso lo que pudo, espero este bien, feliz y con una bella familia que amar, NOSOTROS LE AGRADECEMOS SU ESFUERZO, VALENTÍA E INTELIGENCIA.
Posted on: Sat, 07 Sep 2013 04:32:29 +0000
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